Brooke estuvo en completo silencio, deseaba estar en cualquier otro lugar, menos en el departamento de Caleb, pero no tenía más opciones que quedarse, aunque tenía dinero, no podía permitirse el lujo de malgastarlo. Todo lo que había tomado de allí, había sido para pagar el servicio del taxi mientras huía del hospital, eso le hizo pensar en Richard, y, si para ese momento él ya tenía conocimiento de su desaparición. ¿Estaría preocupado? ¿Lo echaría de menos o simplemente…?—Será mejor que vayamos a dormir —habló Nick, sacándolo de sus cuestionamientos. Quizá para Richard era un alivio haberlo perdido de vista. Brooke no tenía idea de la preocupación que carcomía el corazón del oficial.(…)—¿Cómo que ha desaparecido? —preguntó, levantándose de la silla. Su turno no terminaba sino hasta dentro de cuatro horas, lo que era una eternidad.—Es todo lo que sé, Benjamín se negó a darme mayor información, Richard, no sé lo que le sucede al jefe, últimamente —comentó el agente, sentándose fren
Gary escuchó atento todo lo que se decía en la sala privada, no podía creer que este tipo de negocios tuviera lugar en su discoteca, aunque, en una ocasión había sido advertido, jamás creyó que Paul fuera capaz de tanto.Los puños de Gary se apretaron con fuerza y sus ojos se llenaron de lágrimas mientras escuchaba cada maldita palabra que se decía. No tenía idea de quién se había encargado de hacer llegar el audio y no le interesaba, en ese momento solo quería escuchar la verdad, que, de una u otra manera, se había negado a aceptar.—¿Qué decías de Darío?—Cierto, te decía que llamó la atención de la persona menos indicada y, pues, fue inevitable que sucedieran las cosas. Negarse a los deseos del jefe fue la peor decisión que pudo tomar.—Ve al grano, papá —urgió Benjamín, mientras su corazón latía acelerado por la presencia de Nick en la discoteca.—Pensé que no estabas interesado.—Deja de jugar conmigo —gruñó Benjamín.—El jefe tomó lo que se le negó y Darío no lo soportó; así que
Richard no se apareció en el hospital luego del traslado de Benjamín, las siguientes tres semanas pasaron entre reportes sobre la misión y la búsqueda incansable de Paul Raymond, era como si la tierra se lo hubiese tragado y él no esperaba encontrarlo pronto. Paul era un exagente, por supuesto, que sabía cómo funcionaba la institución, por lo que, estaría escondido como la rata miserable que era.La verdad solo hacía enfurecer a Richard, como agente había fallado en su misión de atrapar a Paul y como hombre, había vuelto a fallarle a Brooke. ¿Cómo tendría el valor de enfrentarlo cuando su principal agresor estaba libre? Moría de vergüenza.Richard caminó con paso lento por el estacionamiento del hospital, a principios de la cuarta semana, finalmente, encontró un tiempo para visitar a Benjamín Davis.Mientras tanto, Brooke miró a Enrique, el muchacho llevaba una hora intentando convencer a Nick de volver a casa y descansar. Él había estado al pendiente de Benjamín y también estaba reac
Gary miró fijamente la imagen en la pantalla, era de Brooke dormido en su cama, cuando era feliz a su lado. Las lágrimas se derramaron por sus mejillas, Gary se llevó la botella de licor a sus labios y bebió su contenido, había dolor, tristeza y rabia en su cuerpo, y nada de eso aliviaba el alcohol. —Señor, esto no le hace ningún bien. La empresa lo necesita —dijo Cecilia, arrodillándose delante de él, con una taza de humeante café en las manos, el cual dejó en el piso, no quería arriesgarse a salir herida, pero le preocupaba mucho la situación de su jefe.—Vete, Cecilia —le ordenó sin verla.La mujer suspiró, pero no se movió.—No puedo hacerlo, señor, no puedo dejar que siga hundiéndose de esta manera. La empresa lo necesita, nosotros lo necesitamos —insistió Cecilia, quitándole la botella de whisky de las manos e intentó quitarle el móvil, pero esa fue la única cosa que Gary no se dejó arrebatar.—Todo, menos esto —susurró con la lengua pesada por el alcohol—. Es lo único que me q
A la mañana siguiente, Richard volvió al hospital. Luego de dejar a Brooke a salvo, le pareció que ya no era un buen momento para visitar a Benjamín, lo que tenía que hablar con su jefe era un tema delicado, no era fácil, pero también se le encomendó aquella misión, solo esperaba que Benjamín quisiera escucharlo.—Nick —saludó, entrando a la sala de espera del hospital.El hombre se puso de pie tan pronto como lo vio.—Richard —respondió—, ¿qué haces aquí? —le preguntó, tendiéndole la mano para saludarlo.—El médico me ha llamado anoche para informarme que Benjamín despertó —explicó y Nick asintió.—Lo ha hecho, también le conté que fuiste tú quien le salvó la vida —comentó el rubio.—En realidad no hice mucho, Nick.—Te quedaste a su lado y llamaste a emergencia, eso le salvó la vida a Benjamín y no sabes lo agradecido que estoy contigo por eso.Richard asintió.—¿Puedo verlo? —preguntó.Nick asintió y lo guio a la habitación de Benjamín, quien estaba acompañado de Steven.—Alguien q
«Enrique Turner, también era tu padre».Brooke se quedó en silencio, la noticia lo dejó sin habla por un momento, pero luego creyó que eso solo era un producto de su imaginación.—Mamá.—Nunca quise decirte quién fue tu padre, Brooke, no deseaba que sufrieras por su culpa. Él se fue cuando tu tenías cuatro o cinco años, no recuerdo con exactitud, la cabeza a veces me falla.—Creo que solo estás confundida, mamá.Molly negó con energía.—Ese muchacho es la copia exacta de su padre. Enrique era rubio como tú y como él.Brooke sintió un nudo subirle a la garganta. Era verdad, él y Quique tenía un ligero parecido, sin embargo, Nick se veía casi como una copia suya, aunque él era más bajo, unos pocos centímetros, eso no hacía diferencias en el resto de sus facciones.—No puede ser, debes estar equivocada —susurró Brooke, no porque no quisiera a Quique y a Nick de hermanos, sino porque como él, esos dos muchachos habían sido abandonados. ¿Qué clase de hombre era Enrique Turner? ¿Qué tipo ab
Richard miró a Brooke jugar con su comida, parecía pensativo y eso le preocupó. Cuando el chico lo llamó invitándolo a comer, él no dudó y aceptó de inmediato; sin embargo, ahora que estaban juntos, tenía la impresión de que esta invitación no era por un interés personal por parte de Brooke y las ilusiones del agente se rompieron, por un momento había creído que…—Gracias por venir, Richard —murmuró Brooke, dejando el tener a un lado y levantando la mirada para enfrentarlo.—Siempre es un gusto, Brooke.Él asintió.—Has estado pensativo, ¿quieres contarme lo que sucede? —preguntó, arriesgándose un poco.—Yo… necesito pedirte un favor —susurró, apartando la mirada, sintiendo que abusaba de la generosidad de Richard, pero no tenía otra opción. El próximo mes debía pagar la clínica y era imposible conseguir un trabajo por su cuenta. Luego de que Gary se encargara de cerrarle todas las puertas, dudaba de que alguien quisiera contratarlo.Nick le había ofrecido hablar con Sebastián Cooper,
Brooke sonrió, mientras tomaba la botella de agua que Richard había dejado sobre la mesa de centro, la destapó y bebió un trago, era una muestra de que confiaba en él.—No bromees conmigo de esa manera, no creo que haya un lugar para mí en la estación de policía, ni siquiera puedo usar un arma. ¿Esperas que te sirva café todas las mañanas? —preguntó, colocando la tapa a la boca de la botella y dejándola en su sitio.—Me agrada la idea de tenerte cerca todo el día…, sin embargo, espero encontrar algo realmente bueno, que sea acorde a tus capacidades —respondió Richard, tomando la botella que recién había dejado Brooke y bebiendo de ella.—Estás logrando que me confunda, Richard —murmuró Brooke, viéndole beber el agua, mirando cómo la nuez de Adán se le movía con cada trago del vital líquido.—¿Por qué? —preguntó Richard, volviendo su atención a él.Brooke negó.—Olvídalo —dijo, tomando el bolso que traía colgando del brazo.—¿Qué es eso? —cuestionó el agente, dejando la botella de lado