Por más que seguí buscando creyendo que ella no había salido de casa, convenciéndome a mí mismo de que ella seguía cerca de mí, no la encontré. Sin embargo, me resultaba inconcebible que ella hubiese escapado sin que absolutamente nadie la viera, ni siquiera fue visto el final de su sombra, ni siquiera un pequeño rastro de su andar y la dirección que tomó. Nada. Volvía a sentirme frustrado y un bueno para nada, suponía que ella tramaba algo pero jamás me imaginé que planeaba entregarse a los Napoli, aun así, debí quedarme con ella en todo momento al suponer que algo no marchaba bien y que tramaba algo que resultaba ser peligroso. Le fallé, y por sobre todo le fallé a Luz en proteger a su niña, ahora no sabía qué sería de su destino… y del mío, de nuestro futuro. Bruno se mostró abrumado y un poco callado toda la noche mientras la buscábamos, lo único que indicaba a cada momento era que no la había visto salir, igual sus compañeros de guardia, los tres quizá pensaron que los golpearía
Mantuve aquella carta conmigo durante todo el día, observando con recelo la firma del jefe Napoli, me causaba indignación que, en vez de utilizar su nombre, colocase una especie de seudónimo para generar más intriga a sus enemigos. Pues era claro que eso hacía, solo buscaba provocar una especie de psicoterror para mantener al margen y precavidos a los ajenos a él y su entorno, siendo evidente que aquello le producía una gran fuente de diversión.Y se trataba de aquel mismo hecho el motivo por el que me generaba tanta duda y amargura, su poca capacidad para ser un hombre honesto y claro, era nula. Tan nula que ordené a mis hombres vigilar con fiereza durante esa noche y madrugada, ya que no me confiaba para nada de los Napoli y de la palabra de su absurdo líder. Bruno y sus dos compañeros novatos se dedicarían a tomar un descanso mientras que todos los que no habían realizado ningún tipo de vigilancia anteriormente tomarían el turno para hacer aquello con mucha más precaución.Luego de
¿Acaso era algún tipo de ilusión o realmente me encontraba viendo a Laura sentada en el sillón del líder de los Napoli? La miré desconcertado mientras que ella me observaba en silencio con una sonrisa llena de completa picardía, como si se hubiese salido con la suya, aunque efectivamente eso había sucedido. Lucía un poco diferente a como me acostumbré a verla a diario, y es que además de su vestimenta evidentemente distinta, era que su cabello estaba corto, a nivel de su mentón. Puede todo el mundo llamarme estúpido, pero se veía sexy… demasiado. Se había vestido con las mismas características que el gordo Ricci me había dado en nuestras múltiples reuniones sobre el líder Napoli. Una camisa, pantalón y sombrero blancos, este último tenía una cinta de color negro que lo bordeaba por completo. No llevaba un saco, pero lo tenía en un perchero colgado a un par de metros de ella, igualmente de color blanco. Tenía una corbata negra, sus guantes de cuero y debajo del escritorio podía ver su
Laura se dio la vuelta, mirando hacia la gran ventana, tenía una STAR semiautomática calibre 9mm descansando en el cinturón de su pantalón, poseía en sus manos una buena pistola, bastante popular, además de que le lucía por ser una mujer pequeña, a su medida. Sin embargo, me resultaba muy extraño verla con ese pantalón. Sus brazos se encontraban cruzados sobre su pecho, no pronunciaba palabra alguna, solo miraba al exterior como si pensara en lo que haría a continuación. Me preocupaba un poco el arma, el certero disparo que le había dado al hombre que acabó con la vida de Luz me indicó desde el principio que tenía una puntería implacable, y pensaba en ese instante que solo había sido por cuestión de suerte por el calor del momento, la rabia y el miedo. Artemis se estiró, bostezó y se echó en el sillón donde se encontraba Laura hacía poco menos de un minuto, y fue en ese momento en que ella se volteó hacia mí, bajando sus brazos comenzó a caminar hacia mi dirección, a paso lento, caus
Ella cayó junto con su arma, aunque esta última rodó unos metros lejos por el golpe, de inmediato la tomé entre mis brazos, comenzó a toser, la sangre salpicaba mi ropa a medida que ella tosía mientras sus prendas seguían tiñéndose de rojo por la hemorragia, mis manos sintieron al instante aquel líquido viscoso y tibio apenas la sostuve. No pude evitar comenzar a llorar y a casi gritar desesperadamente al tiempo que una ola de disparos se escuchaba afuera, justo al frente del edificio, el lugar desde donde le habían disparado a Laura.La bala la había atravesado por completo, me revisé y claro, yo también resulté herido, sin embargo, no sentía dolor alguno más que el ver a la mujer que amaba tendida en el suelo luchando por seguir viviendo. La pregunta de Laura sobre Bruno cobraba sentido en ese instante. Él había ido dispuesto a acabar con ella, sus hombres lo vieron pero maldigo el tiempo en que se tardaron en dar con Bruno y atraparle antes de que hiciera aquel acto tan patético de
Era el final de ambos, pero ¿qué pasó con Laura todo ese tiempo? Ahora veremos su versión y podrán odiarla o amarla más. Sin más preámbulo, esta es su historia.Me siento tan agotada… ¿moriré? Me duele respirar.Lo único que hacía durante el día era estar en cama. Durmiendo la mayor parte del tiempo gracias a estar enferma. Le había pedido a mi padre que me dejara viajar, que la gripe ya había pasado y que quería visitar Atenas, Grecia, me dijo que no pero le rogué hasta que aceptó dejarme ir. Debí hacerle caso, pero en mi defensa, fue hermoso visitar tan bella ciudad y quedarme por un tiempo recorriendo sus calles tan hermosas.Mi padre murió justo antes de partir, así que el viaje me ayudó a pasar el luto, pues sentía que mi corazón se destrozaba en mil pedazos, no fue el mejor padre, pero era mi padre. Desde ese momento era completamente huérfana y lo único que tenía era a mi hermano. Y el grupo mafioso que él había dejado donde tenía algunos primos con los que incluso jugué en mi
Comencé con pequeñas reuniones con mis hombres, aún seguía bajo el cuidado de los médicos así que me pedían llevar siempre una máscara protectora que ellos me prepararon en las oportunidades en que me reunía con ellos.Siempre les pedía a mis hombres vigilar de cerca las acciones de los Lombardo, estudiarlos y anotar cada mínimo detalle que ellos consideraran importante, que anotaran todas las tareas que ellos realizaban por día, las veces que ellos salían, las veces que Alessandro Coppola saliera de la seguridad de la casa y la dirección en la que se dirigía al momento.René incluso se encargó de tomar un edificio para usarlo como base, quedaba muy cerca de la localización de los Lombardo y así resultaría mejor vigilarlos para evitar ser considerados como sospechosos y ser descubiertos al hacer aquella tarea. Igualmente, sería ocupado por mis hombres poco a poco para evitar levantar algún tipo de desconfianza ante la presencia del bando enemigo.Cada dos o tres noches, el auto de Cop
Me sentía contenta con la información que esa tal Fiorella me había brindado, lo mejor era que el precio por sus palabras me resultó bastante económico. Teníamos varias reuniones ya donde ella me daba alguna nueva información del hombre, aunque a veces me parecía que mentía en ciertas cosas, como el hecho de que le gustaba beber un vaso de leche todas las noches antes de dormir. Eso era raro, aunque no sé qué motivo tendría para mentir con una información como esa. También dijo que él era un caballero con las mujeres, aunque no sabía cómo podía decir eso cuando claramente ella seguía laborando como una mujer que abre las piernas por dinero.Cosas como aquello y otras, me hacían dudar un poco de la palabra de la mujer. Lo retrataba como el hombre más benevolente que había conocido en su vida, pero no me parecía certero, estaba fuera de lo que pensaba. ¿Benevolente? Una persona benevolente no asesina a otro de esa forma. Mi hermano, en cambio, era muy tonto, muy dócil y tierno. No mentí