Emilia entró en el Pen-House de Matt con una caja de pizza en su mano derecha, el magnate no había almorzado y apenas era que acababa de llegar de su trabajo, para ir a alistarse y volver a salir de nuevo, a continuar con su trabajo de noche.
Mantenerse ocupado todo el día hacía que se olvidara de su alimentación.Emilia dejó sobre la mesa la caja con pizza y subió a buscar a Matthew arriba en la habitación, quien estaba terminando de ajustar su corbata para luego peinarse y salir en compañía de Oliver al antro.Al ver a Emilia recostada del marco de la puerta y con sus brazos cruzados, dejó de anudar su corbata, no contaba con que ella fuera esa noche a verlo cuando le había dicho que iba a salir en esta oportunidad mucho más temprano de lo habitual.—¿Llevas mucha prisa? —Inquirió ella al verlo.—Algo, no puedo llegar tarde. —Mencionó y continuó arreglando su corbata, esa noche Matt estaba más estresado que nunca porque iban a inaugurar otro Antro, planeTessa y Emilia habían salido el sábado por la noche a tomar unos ricos Martini, habían asistido al antro el cual solían frecuentar algunas veces cuando se reunían, esta oportunidad lo hacían para festejar que Franklin, un gran amigo de ellas, estaba de regreso en el país, convertido en todo un encantador empresario. Tessa pidió como entrada shot de tequila para dar la bienvenida a su gran amigo con algo fuerte que quemarán sus gargantas y los hicieran arrugar sus rostros, cada uno lo bebió hasta el fondo y luego liberaron un grito de emoción por la reunión. Emi era de muy poco tomar bebidas fuertes como el tequila, pero como ellos lo iban a hacer, ella no quería ser la única rara del grupo que no lo bebiera, aparte lo hacía en honor a ese viejo amigo que amaba con su vida y que extrañaba demasiado.—¡Guao! ¡Qué alegría es tenerte de vuelta, Frank! —Tessa saltó sobre él para volver a darle otro abrazo y confirmar que no era un sueño. —Las extrañé mucho a las dos, tenía que venir
Matt despertó y lo primero que hizo fue ver la hora en su reloj, la impresión de ver qué había dormido hasta el medio día lo hizo volarse de la cama y maldecir porque se había quedado dormido cuando tenía que salir ese mismo domingo a una reunión.Emilia abrió sus ojos y confundida miró toda la habitación e incluyendo a Matthew quien estaba caminando de un lado a otro, buscó su bolso que está a en la mesa y sacó su celular dónde se encontró con docenas de llamadas de su hermano, Sally y de sus amigos. —¡Ay, mierda! —Expresó ella al leer un mensaje de Bruce dónde le decía que iba a quitarle la cabeza a Matthew por haberla secuestrado—. ¿Matt, que sucedió anoche? —El magnate le quitó el celular y leyó el mensaje que Bruce le mandó a Sally, leyó el siguiente donde decía que Frank llegó solo a la mansión sin ella, y diciendo que no pudo protegerla como se lo había prometido a Bruce.—¿En serio Bruce le pidió a ese pendejo que te protegiera?, ja, qué imbécil es tu hermano —le devolvió
—¿Qué crees que haces? —Matt se apareció en la compañía de Lombardi para reclamarle por las flores que le envió a Emilia en la mañana. —Oh, entonces si las recibió, me da gusto de que así fuera, es un presente que iba dedicado a ti. La próxima vez me ocuparé de enviarte directamente una linda corona de flores. —Matt golpeó sobre el escritorio de Lombardi con fuerza, no le había hecho gracia su juego. —No vuelvas a acercarte a Emilia, o no respondo de mis actos. Que sea la primera y última vez que haces algo como eso. —Su miraba desafiaba a Lombardi, en ese instante Matt no media su posición ni la del hombre frente él, quien por cierto podía aplastarlo con una sola llamada.—Matt, me parece que no has entendido algo, tú perteneces a mi mundo, por lo que soy quien lleva las riendas de tu insignificante vida. Mientras trabajes para mí tengo derecho a hacer contigo lo que me plazcas, incluso si quiero que te arrodilles frente a mí y que beses mi mano lo tendrás que hacer, porque soy
—¿Cómo ha ido todo con tu magnate, amiga? —Tess inquirió. —Mejor de lo que esperaba. —Respondió muy contenta. —Él sigue sin agradarme. —Dijo Franklin. —No tiene que agradarte a ti, debe agradarle, es a Emilia. —Espetó Tessa contenta de que su amiga por fin estuviera, logrando que la relación entre su magnate y ella fluyera. —A veces pienso que ese Matt un día va a pasar su auto por encima de mí si me llegó a cruzar en su camino. Cada vez que me ve al lado de Emilia me mira como una amenaza. Si el pobre supiera que soy indefenso y que no voy a morder a su mujer. —Emilia se comenzó a reír a de su amigo, el cual le tenía miedo a Matt. —Descuida, así suele mirar a todo el mundo, luego te acostumbras, hay días que suele verme de la misma manera. —Eso no reconfortaba a Franklin. —A ti no te asesinará, a mí probablemente sí. —dijo Frank. —Es increíble que Matthew sea todo un cascarrabias, y su primo sea todo lo contrario. —Tessa habló de Oliver. —Oliver es un encanto, un hombre divert
—¡Matt, tú y Emilia sí que saben cómo dar un buen espectáculo!. Me reí mucho por las expresiones de odio que tus ex amantes le soltaban a mi dulce amiga, estaban ardidas todas. Si Emilia no tenía enemigos, ahora tendrá de sobra. —Oliver no sé equivocaba, Emilia se había convertido en no solo la envidia de la ciudad, sino también en la mujer más odiada por muchas de las que fueron amantes de Matthew.—A ella le encantó saber que le tenían envidia, disfrutó mucho ver cómo todas la asesinaban con la mirada. No sé por qué eso le pareció tan satisfactorio. —Dijo Matthew sin apartar la mirada de su portátil.—Si yo estuviera con la mujer más deseaba del país, también me sintiera satisfecho en medio de los hombres que querrían mi lugar. Hiciste con Emi lo que con otra no, bailar, besarse en público, reírte con ella y no soltarla en toda la noche, cualquiera de ellas habría querido ser Emilia. —Matt siguió redactando un documento que debía tener listo en un par de horas.—Ninguna me había
La música sonaba a todo volumen esa noche en el antro complaciendo a los anfitriones que habían asistido a perder la cabeza. Matthew, había llegado y caminaba en medio de la multitud mirando como ahogaban sus miserables vidas en alcohol, drogas y sexo para aquellos que no tenían vergüenza, era un lugar libre de hacer lo que desearan y nadie los iba a juzgar. Matt subió las escaleras mientras deslizaba sus dedos por el barandal y sin apartar su mirada de las personas que se iban quedando abajo, al llegar arriba siguió por un pasillo que lo llevaba a la sala donde tenían mejor vista del antro y también donde siempre se llevaban las subastas online. El área estaba siempre repleto de monitores que usaban para mantener vigilado el sitio y las calles cercanas, de esa forma se aseguraban de saber si algo extraño que pudiera afectarlos sucedía afuera.También sus sistemas tecnológicos eran muy avanzados, tenían una función de hacer desaparecer toda información en tal caso de que algo no sali
—Buenos días, hermano —Emilia saludó a Bruce con un beso en la mejilla, él por su lado no se inmutó a tan siquiera responder a su saludo, siguió desayunando y enfocado en el periódico—. Aún sigues de indiferente conmigo. —Dijo ella mientras tomaba asiento.—Buenos días a todos —Sally apareció segundos después, le dio un beso en los labios a Bruce y uno en la mejilla a Emilia—. Guao, creo que hoy todos amanecimos de mal humor. —Dijo al ver que todos estaban molestos incluyéndola a ella, por haber tenido una fuerte discusión con Bruce por Brent.—Bueno, tu querido y amado Bruce hace que uno se enoje rápido. Es tan mal educado que ni los buenos días da y solo porque no hago lo que quiere. —Bruce cerró el periódico y miró a Emilia por unos segundos para después ver a Sally, las dos estaban en contra de él. —Sí, me pongo en tu lugar, Emi. —Sally llevó un trozo de fruta a su boca mientras miraba a Bruce. —Ahora yo soy el culpable por estar enojado con ustedes por dos razones que al final
Matthew salió del ascensor y caminó por el amplio y lujoso pasillo que llevaba a la oficina de Bruce, la recepcionista, intentó detener a Matt por no tener cita ni haber contestado a sus preguntas, él la hizo a un lado y entró en la oficina sin importar que Bruce estaba reunido con su colega Anorld, él solo entró y pegó sus manos sobre el escritorio de Bruce al mismo tiempo que clavó su imponente mirada en él y habló.—No quiero que te metas entre tu hermana y yo, Bruce. ¡Deja de interferir! —Golpeó sobre el escritorio.—Oye amigo, cálmate…—Tú no te metas en esto si no quieres salir lastimado. —Matt se dirigió a Arnold.—Tú a mí no me amenaces…—Basta —Bruce se levantó de su asiento—. Déjanos solos, amigo, este señor y yo debemos conversar sobre mi hermana. —Arnold no estaba convencido; sin embargo, no iba a contradecir a Bruce.—Cuidado con lo que haces, maldito idiota. —Sentenció Arnold a Matt antes de irse. —¿Qué le dijiste a Emilia?, ella no ha querido decirme nada, pero sé que