—¡Matt, tú y Emilia sí que saben cómo dar un buen espectáculo!. Me reí mucho por las expresiones de odio que tus ex amantes le soltaban a mi dulce amiga, estaban ardidas todas. Si Emilia no tenía enemigos, ahora tendrá de sobra. —Oliver no sé equivocaba, Emilia se había convertido en no solo la envidia de la ciudad, sino también en la mujer más odiada por muchas de las que fueron amantes de Matthew.—A ella le encantó saber que le tenían envidia, disfrutó mucho ver cómo todas la asesinaban con la mirada. No sé por qué eso le pareció tan satisfactorio. —Dijo Matthew sin apartar la mirada de su portátil.—Si yo estuviera con la mujer más deseaba del país, también me sintiera satisfecho en medio de los hombres que querrían mi lugar. Hiciste con Emi lo que con otra no, bailar, besarse en público, reírte con ella y no soltarla en toda la noche, cualquiera de ellas habría querido ser Emilia. —Matt siguió redactando un documento que debía tener listo en un par de horas.—Ninguna me había
La música sonaba a todo volumen esa noche en el antro complaciendo a los anfitriones que habían asistido a perder la cabeza. Matthew, había llegado y caminaba en medio de la multitud mirando como ahogaban sus miserables vidas en alcohol, drogas y sexo para aquellos que no tenían vergüenza, era un lugar libre de hacer lo que desearan y nadie los iba a juzgar. Matt subió las escaleras mientras deslizaba sus dedos por el barandal y sin apartar su mirada de las personas que se iban quedando abajo, al llegar arriba siguió por un pasillo que lo llevaba a la sala donde tenían mejor vista del antro y también donde siempre se llevaban las subastas online. El área estaba siempre repleto de monitores que usaban para mantener vigilado el sitio y las calles cercanas, de esa forma se aseguraban de saber si algo extraño que pudiera afectarlos sucedía afuera.También sus sistemas tecnológicos eran muy avanzados, tenían una función de hacer desaparecer toda información en tal caso de que algo no sali
—Buenos días, hermano —Emilia saludó a Bruce con un beso en la mejilla, él por su lado no se inmutó a tan siquiera responder a su saludo, siguió desayunando y enfocado en el periódico—. Aún sigues de indiferente conmigo. —Dijo ella mientras tomaba asiento.—Buenos días a todos —Sally apareció segundos después, le dio un beso en los labios a Bruce y uno en la mejilla a Emilia—. Guao, creo que hoy todos amanecimos de mal humor. —Dijo al ver que todos estaban molestos incluyéndola a ella, por haber tenido una fuerte discusión con Bruce por Brent.—Bueno, tu querido y amado Bruce hace que uno se enoje rápido. Es tan mal educado que ni los buenos días da y solo porque no hago lo que quiere. —Bruce cerró el periódico y miró a Emilia por unos segundos para después ver a Sally, las dos estaban en contra de él. —Sí, me pongo en tu lugar, Emi. —Sally llevó un trozo de fruta a su boca mientras miraba a Bruce. —Ahora yo soy el culpable por estar enojado con ustedes por dos razones que al final
Matthew salió del ascensor y caminó por el amplio y lujoso pasillo que llevaba a la oficina de Bruce, la recepcionista, intentó detener a Matt por no tener cita ni haber contestado a sus preguntas, él la hizo a un lado y entró en la oficina sin importar que Bruce estaba reunido con su colega Anorld, él solo entró y pegó sus manos sobre el escritorio de Bruce al mismo tiempo que clavó su imponente mirada en él y habló.—No quiero que te metas entre tu hermana y yo, Bruce. ¡Deja de interferir! —Golpeó sobre el escritorio.—Oye amigo, cálmate…—Tú no te metas en esto si no quieres salir lastimado. —Matt se dirigió a Arnold.—Tú a mí no me amenaces…—Basta —Bruce se levantó de su asiento—. Déjanos solos, amigo, este señor y yo debemos conversar sobre mi hermana. —Arnold no estaba convencido; sin embargo, no iba a contradecir a Bruce.—Cuidado con lo que haces, maldito idiota. —Sentenció Arnold a Matt antes de irse. —¿Qué le dijiste a Emilia?, ella no ha querido decirme nada, pero sé que
Franklin bailaba con Tessa al mismo instante que cantaban en voz alta, Emi por su lado los observaba sentada en la orilla de la piscina mientras bebía vino y sonreía por ver a sus amigos disfrutar unidos ese fin de semana.Los tres se habían ido de paseo el fin de semana a un resort como celebración de que Tess y Frank habían comprado el apartamento donde comenzarían a vivir, aparte de que Emi habló con Bruce y le ofrecieron un trabajo en la compañía. —¡Ven y únete a nosotros, Emi! —Tess gritó, pero Emilia se negó, prefería mejor mirarlos desde donde estaba.—Oh, no, déjenme a mí aquí tranquila, yo sirvo como espectadora. —Alzó su copa en honor a ellos. —Debo admitir que tener de vuelta con nosotras a Frank ha sido lo mejor. —Tess abrazó fuerte a su amigo. —Yo me siento muy feliz de estar con ustedes, me han ayudado mucho en estos días que he estado cabizbajo por mis problemas. —Tess y Franklin se sentaron junto con Emilia en la orilla de la piscina. —Para eso somos los amigos, pa
Matt se estaba dando una ducha sin dejar de pensar en Emilia ni un segundo y en el hecho de que no ha podido llamarla como tanto lo ha querido, su posición en la mafia iba a jugar un rol fundamental y tenía que seguir las órdenes que allí le imponían si quería tener lo que deseaba. Ya había conocido al gran jefe la mafia Rusia, Luka Jakov, quien se había mostrado fascinado con Matthew por su impecable trabajo en su organización. Sin contar el hecho de que demostró que Lombardi lo estaba estafando como tanto lo sospechó, posicionándolo así en lo más alto.Jakov no era tonto, obviamente de serlo no estaría dónde estaba, por lo que le preguntó a Matt que era lo que buscaba o quería, por supuesto Matthew no iba a decirle que deseaba en realidad, solo le dijo que le apasionaba su trabajo y nunca toleraba que nadie por robar, lo estropeara todo, menos si eso lo iba a perjudicar. Luka se convenció, Matt tenía el don para persuadir a una persona de forma fácil, y Jakov no iba a ser esa excep
Matt y Oliver acababan de regresar a los Ángeles luego de su viaje a Rusia, uno que resultó ser un total éxito y Victoria para los dos, ambos iban a dejar el trabajo de las subastas para dedicarse a tomar total control de las organizaciones. Ya no pasaría sus noches metido en un antro subastando a personas, ahora sería quien se ocupara de manejar algo más grande que eso. La idea le fascinaba, dirigir las organizaciones para él sería pan comido, incluso ya tenía las estrategias que iba a implementar para manejarlo de manera más fácil.Ese mismo día planeaba ocuparse, obviamente antes debía solucionar un problema muy importante para él que era buscar a Emilia y hablar con ella. Todavía no sabía que iba a decirle, lo cierto es que pensaba en barajarle el tema con detalles y sorpresas, algo que no le iba a funcionar cuando ella estaba vuelta una fiera. —¿Le avisaste a Emi que volviste?. —Oliver estaba preocupado por Matthew y Emilia.—No… Contesta mis llamadas. Sé que esto lo hace por v
—¿Y? —Inquirió Oliver al momento de entrar en la oficina de Matthew. —Bueno, ella… sigue sin querer verme. —Respondió Matthew.—Llevas un mes detrás de ella con la esperanza de que te perdone, y en mi opinión no creo que lo haga. Emilia no es tan tonta como para no darse cuenta de que algo no está bien en ti, debiste decirle la verdad, o una buena mentira que ella creyera. —Matt suspiró agotado por ya no saber cómo hacer para que ella vuelva. —Ese amigo de ella la está poniendo en mi contra. La última vez que me acerqué para hablarle, él me lo impidió, y la única razón por la cual decidí callarme y permitir que me insultara fue por ella, pero te juro que la próxima que vuelva a meterse en medio voy a partirle la nariz en frente de quien sea. No he podido tener una buena oportunidad de hablar con Emilia porque siempre está a su lado ese tal Franklin. El imbécil es un estorbo. Te apuesto a que está enamorado de Emi. —Oliver negó.—Son amigos, Matthew, y lo sé porque salgo con Tessa y