Bruce se encontraba sentado en el jardín de su mansión, disfrutando de un buen whisky y tabaco cubano mientras miraba el hermoso atardecer, desde esa parte de la casa era uno de los mejores lugares donde podía mirar mejor la puesta del sol, y como cada tarde que llegaba de su trabajo, iba al mismo punto para ver lo hermoso de la propia naturaleza.En la puerta que da al jardín, Sally se encontraba mirándolo fumar, nunca interrumpía su instante de privacidad, siempre que llegaba ella del trabajo se quedaba allí observándolo a él disfrutar de como el atardecer llegaba a impresionar su vista, y a pesar de querer darle las buenas noticias, prefirió quedarse allí a verlo mejor.Él, podía sentir su presencia incluso desde lejos, sin contar que el perfume de Sally llegaba incluso hasta donde él se encontraba sentado, así que volteó su rostro en su dirección y le sonrió alegremente por su presencia. Con su dedo le indicó acercarse y tomar asiento en sus piernas para juntos contemplar el ci
—¡Emi, baja ahora o vamos a llegar muy tarde a la tienda, estoy emocionada por probarme mi vestido de novia y no quiero perder más tiempo, así que vamos, apresúrate! —Sally gritó desde la sala ansiosa de ir a probarse su vestido, en pocos días se convertiría en la esposa de Bruce y quería tener su vestido listo para ese día tan esperado.—¡Ya bajo, estoy terminando de maquillarme! —gritó Emi desde su habitación.Bruce se hallaba parado en la puerta que daba hacia la sala de visitas, recostado del marco de la puerta y mirando con admiración a su futura esposa feliz por la boda, Sally no tenía idea de que estaba siento contemplada en silencio por el hombre que en los últimos meses le había brindado la mejor de las felicidades. —¡Ay, debiste levantarte más temprano! —Chilló Sally en medio de su desesperación.—El vestido no se va a mover de su lugar, llegues a la hora que llegues estará allí esperando por ti. —se giró para ver a Bruce.—¿Cuánto tiempo llevas ahí?, me has asustado, mi am
Emilia, se había encaprichado con un atractivo multimillonario luego de haberla salvado de una fuerte caída, desde aquel día había quedado encantada con el sujeto a pesar, de que él siempre se mostró indiferente con ella. Su salvador, de nombre Matthew Duperly Cox, es un multimillonario, presidente y CEO de la compañía Grupo Internacional de Hoteles, el cual maneja más de seis mil instalaciones, cinco estrellas en ciento cinco países del mundo, uno de los más famosos, es El Gran Continental, ubicado en cincuenta países, es el hotel más lujoso que tiene la compañía, y es donde se alojan los grandes empresarios multimillonarios, políticos y artistas. Emilia había investigado la vida del magnate como toda una loca obsesionada, desde que tiene uso de razón ningún hombre le había encantado tanto como él, ¿pero como era eso posible si ni siquiera él le había dirigido la palabra?, a ella le cautivó eso, lo callado que era, sabía que era un hombre misterioso y con una vida interesante, se ll
Matthew estaba mirando por el balcón de su Pen-house la gran ciudad de San Francisco, mientras su primo, Oliver, conversaba y él solo pensaba en Emilia, después de aquella noche, tuvo más seguidos encuentros por pura coincidencia en el mismo restaurante, por un instante había pensado que ella lo continuaba acosando cuando en realidad ella siempre iba allí con su amiga a almorzar.La última vez que se la encontró se encerró con ella en el baño de damas para reclamarle que ya dejara de acosarlo, fue ahí entonces dónde ella le dijo que estaba loco si pensaba que lo estaba siguiendo, y que ya no le resultaba tan interesante como para malgastar su tiempo en un multimillonario tan idiota como él. Tras su comentario, Matt se quedó en silencio y sin darse cuenta, Emilia se le había escapado de las manos y no la ha vuelto a ver desde entonces, ni siquiera en ese restaurante que ella suele frecuentar.—¿Qué crees que haya pasado con ella?. —Su primo aplanó los labios por la abrupta interrupci
—Emilia, asistiré esta noche a una fiesta de gala que se efectuará en un hotel, ¿no me quieres acompañar? —preguntó Bruce a su hermana si tenía un interés en ir, a lo cual ella se negó. —Ve tú, yo estaré bien en casa, hoy no podré acompañar… —guardó silencio cuando recordó que la fiesta sería en un hotel—. ¿En qué hotel será la fiesta? —inquirió. —El en Gran Continental, irán empresarios importantes y políticos, lo habitual de siempre. —¡Claro que iré! —expresó ella al saber que allí se encontraría su príncipe azul, el hotel era de Matt y estaban celebrando el aniversario de su Instalación. —¿Qué te hizo cambiar de parecer?. —Bruce preguntó con curiosidad de saber que era aquello que emocionaba a su hermana de asistir. —Sally también irá, me dejó un mensaje que iba a asistir y preguntando si yo también. Así que debo ir. —mintió, solo iba para ver a Matthew. —Supongo que Brent también asistirá. —Emilia se levantó de su cama y fue a abrazarlo para consolarlo en medio de su desamor.
—¡Matthew! —Oliver gritó su nombre al momento de entrar en la sala donde Matt estaba entrenando con rudeza para mantener su cuerpo en perfectas condiciones. Cuando Matt terminó de levantar pesas, fue por agua y bebió lo suficiente, cuando terminó de relajarse, se centró ahora en su primo y preguntó.—¿Todo bien? —Oliver lo miró con fastidio.—A veces no soporto cuando te crees muy importante. —Dijo Oliver.—Lo soy, primo, y lo sabes muy bien. Ahora dime lo que has venido a decirme, estoy entrenando y no me gusta que me interrumpan cuando estoy metido en el gimnasio. Habla. —Le exigió casi que entre dientes.—Vale, ya están comenzando a preguntar por ti, y saben también que existe una linda joven detrás de ti. Para ellos la chica lo representa todo en tu vida y bueno, ya sabes el resto. ¿Qué vas a hacer al respecto? —Oliver abrió sus brazos mientras que Matt negó inquieto. —Asistiré esta noche al antro para que estén felices todos, y aclararé el motivo de mi ausencia para que no impl
—¿En serio te atreviste a besarlo en dos oportunidades? ¡Tú sí que te has vuelto loca!, aunque me enorgulleces, por primera vez te has atrevido a hacer algo que nunca antes no. ¿Ves?, no es tan complicado cuando nosotras somos las que damos el siguiente paso. Aunque, esperaba que lo dieras con otro y no con ese extraño hombre. —Emi movió sus hombros restándole importancia a lo que opinaba su amiga, para ella Matt, era un buen hombre, pero para su amiga, era misterio y dejaba que pensar en lo demás. Emi aseguraba que solo usaba un disfraz de hombre rudo y malo para ahuyentar a las personas, pero que en realidad él era bueno, un encantador magnate con un corazón enorme que no le cabía tan siquiera en el corazón. —Deja de insinuar que Matthew Duperly es malo, de serlo ya hace mucho, me hubiera alejado, y no lo ha hecho. Es un hombre complicado y hay que saber cómo llegarle para hablar, también es bastante cascarrabias, todo le molesta en la vida. En mi opinión lo considero un hombre so
Matthew llegó a su Pen-House luego de haber cenado con Emilia durante más de cuatro horas. Nunca creyó que podía haber Sido tan interesante conocerla, está algo sorprendido porque Emilia por más que lo hacía enojar con sus burlas, también lograba calmarlo cuando sus labios buscaban los de él.Matt no entendía por qué razón una joven como ella podía causar fuertes efectos en él, ni tampoco entendía como era que podía lograrlo. No vio actuación en ella, ni mentiras ni ningún interés que no fuera por él y conocerlo a él, ella se había convertido la primera mujer en interesarse por su vida y por conocer aquello que lo atormentaba, aun cuando eso implicara peligro, le asombró saber que ella no tenía miedo de lo que descubriera en él, aunque Matt por supuesto no mencionó nada de su vida, solo escuchaba era sobre la vida de Emilia muy atento. —¡Matthew! —Oliver gritó su nombre mientras aparecía en la sala—. ¡Desgraciado, sabía que ibas a ir a la cena, y lo peor de todo es que me dijiste y m