Tras varias horas de vuelo, Lucy finalmente pone pie en suelo griego. Nunca antes se había sentido tan destrozada. Su corazón parece romperse en mil pedazos, y las lágrimas no cesan. Elías la espera al bajar del avión, en el coche que solía ser de Mustafa. Desde el aeropuerto, se dirigen hacia la mansión de su abuelito. Hacía meses que no pisaba esa casa, pero jamás pensó que volvería sin Mustafa. Ahora, se reprocha no haberlo visitado más, haber aprovechado mejor el tiempo con él. Ya es demasiado tarde. Sara y Mustafa se han ido, dejándola completamente sola. La relación con sus abuelos era más profunda que con sus propios padres. Ahora ambos descansan en su corazón, y con la partida de Mustafa, otro pedazo de su alma se ha perdido. Tras dejar las maletas en la habitación que Elías le ha preparado, se toma una ducha rápida. Se viste con ropa ligera, el calor es abrumador, y sale a recorrer la casa. Revisita los lugares que compartía con Mustafa hasta llegar a su rincón preferi
Lucy respira profundamente y, tras recomponerse un poco, Juan Manuel se ofrece a llevarla a su casa. Al llegar, la deja en la puerta, le da un beso ligero en la mejilla y le dice:—Si necesitas algo, lo que sea, llámame, sin importar la hora.Hace días que no pisa su hogar. Tras una semana cargada de dolor, le reconforta haber regresado al menos a ese refugio conocido. Lucy se da una larga ducha, tratando de liberar algo de la tensión acumulada. Luego se prepara una cena ligera y se deja caer en el sofá frente a la televisión, sintiendo que, aunque sea por unos instantes, todo puede parecer normal.Pero no es así. Sabe que es cuestión de tiempo antes de que la muerte de Mustafa se convierta en noticia. Y no se equivoca. Apenas unos minutos después, su rostro aparece en la pantalla acompañando el anuncio."El magnate griego Mustafa Ali fue encontrado muerto en su habitación días atrás. Fuentes cercanas confirman que Lucy Anderson viajó para despedirse de él antes de su fallecimiento. S
Lucy tiembla en brazos de Jerónimo mientras la deposita suavemente en el sofá. Él se acomoda sobre ella, sus labios recorren cada rincón de su rostro, y sus manos se deslizan con determinación bajo su camiseta, acariciando la piel suave de su abdomen. Lucy siente cómo un calor desconocido la invade, un temblor que le resulta imposible controlar. Aunque nunca ha estado con un hombre, Jerónimo parece conocer cada rincón de su cuerpo, tocándola de maneras que la hacen estremecer de deseo. —Eres increíble, Lucy —murmura Jerónimo contra su cuello, mientras sus labios trazan un sendero hacia su clavícula—. Tu cuerpo reacciona al mío como si siempre nos hubiéramos pertenecido. Con un movimiento ágil, Jerónimo le quita la camiseta y el sostén, dejando su torso desnudo ante él. Sus ojos la devoran, y con una mezcla de ternura y pasión, atrapa uno de sus pezones con la boca, acariciándolo con su lengua. Lucy suelta un gemido que lo hace perder el control. —¿Por qué me haces esto, Jerónimo?
Lucy se encuentra en el aeropuerto, a minutos de salir hacia París. Después de lo sucedido con Jerónimo, no había vuelto a verlo en dos semanas.Le tomó varios días recuperarse. Lloraba día y noche. Le contó todo a Pedro, quien la apoyó lo mejor que pudo.—Ay, Lucy, es que no entiendes que Jerónimo se deja llevar por su orgullo —le dijo Pedro, intentando consolarla días atrás—. Ese hombre te ama con locura, de la misma forma que tú lo amas a él.—No lo parecía, Pedro. Fue tan cruel conmigo… Ni siquiera le importó que era virgen, que le entregué mi virginidad, que confié en él —respondió Lucy llorando, mientras abrazaba un helado de medio kilo intentando consolarse.—Ya no pienses más en eso, Lucy. En una semana nos vamos a París. Supéralo, aunque tendrás que verlo.—Lo sé, Pedro. Lo sé...Y así fue. Media hora después de llegar al aeropuerto, Lucy ve a Jerónimo acercarse. Va vestido de manera informal, con ropa cómoda para viajar. Sus miradas se cruzan por unos segundos, pero sus ojos
A las 9 en punto, Lucy baja al hall del hotel. Cuando llega al lugar, todas las miradas se centran en ella. Está tan acostumbrada a ser siempre el centro de atención, algo que no le gusta en lo absoluto. Los hombres la observan con deseo de llevársela a la cama y las mujeres con envidia. Sin duda, nuevamente es la mujer más bella del lugar, llevando un increíble vestido negro ceñido a su cuerpo, unos increíbles zapatos altos negros con piedras preciosas, una cola alta, con su cabello que le llega hasta la cintura, lo que hace una mujer fina y elegante y su relicario, el relicario de Sara, que lo tiene bien escondido de Jerónimo, pero no puede ir por la vida sin él.Cuando Jerónimo ve a la despampanante Lucy, queda con la boca abierta del asombro. ¿Puede ser que cada vez que vea a esa mujer sea más bella? Su corazón comienza a latir con tanta fuerza que parece que le va a dar un infarto. La ama con locura, pero no puede perdonarla. Se maldice dentro suyo por ser tan rencoroso y no pod
Lucy abre los ojos con la luz del sol que entra por la ventana. No entiende nada, no sabe dónde está. Pero luego recuerda que está en la habitación de Jerónimo, y que habían compartido la mejor noche de su vida. Lucy comienza a despertarse y a estirarse, y se percata de que Jerónimo no está a su lado. Sus ojos se llenan de lágrimas, a pesar de la noche que habían pasado, Jerónimo no pudo quedarse con ella, despertar juntos, desayunar juntos. Otra vez ese hombre vuelve a hacerle daño, nunca va a entender que él solo busca vengarse de ella y que hace todo tipo de cosas para que ella caiga rendida a sus pies. Ella fue la tonta de creer en los "te amo" que le dijo Jerónimo toda la noche.Lucy se levanta de la cama, se da una ducha refrescante mientras las lágrimas corren por sus mejillas. Nunca volverá a caer en las artimañas de él. Sale de la ducha, se vuelve a poner la ropa de la noche anterior y, acto seguido, sale de la habitación.Lucy no se había percatado, con todo lo que había ocu
Lucy Anderson es la modelo más célebre del país. Ganadora de los certámenes de belleza más prestigiosos del mundo, con su imponente cabellera negra azabache y unos ojos azules como el cielo, despierta suspiros entre todos los hombres que la conocen. No obstante, la prensa se ensaña con ella, llevándola a aparecer en las revistas de moda más influyentes y en programas de espectáculos, por su mala conducta, su conducción bajo el efecto del alcohol, su consumo de drogas y sus escándalos con los paparazzi. Nunca, sin embargo, por sus obras de beneficencia, que realiza bajo el seudónimo de Mamá Luisa para mantener su lado humano en el anonimato. Lucy también oculta su deteriorado estado de salud, resultado de una enfermedad congénita del corazón. Los últimos exámenes médicos indican que solo un trasplante podría salvarla, pero ella se niega a la operación y ha prohibido terminantemente a sus padres y médicos que intervengan sin su consentimiento. Por ello, Lucy vive intensamente, rompien
Empieza la Semana de la Moda en Nueva York. Las modelos más exitosas, los diseñadores más renombrados y las marcas más prestigiosas del mundo se reúnen para este evento. Jerónimo, dueño de Empresas Casal, es el invitado de honor. Aunque es la primera vez que asiste, conoce a la mayoría de los presentes. Sabe que Lucy estará allí, y después de cinco años, finalmente la verá de nuevo. No puede predecir su reacción, pero está seguro de que la odia profundamente. Su plan es simple: acercarse a ella, enamorarla y luego destrozarle el corazón como ella hizo con el suyo. Jerónimo está sentado en el bar del hotel, donde se llevará a cabo una conferencia de prensa y más tarde la fiesta de bienvenida. Está bebiendo un daiquiri de frutilla cuando su teléfono comienza a sonar. Lo toma y responde: —Hola, José —saluda Jerónimo a su mejor amigo y vicepresidente de Empresas Casal, quien siempre estuvo a su lado, incluso en los peores momentos. José, miembro de una de las familias más influyentes