Akira
—¿Cómo está lisa? — preguntó Jefferson.—Lloró hasta quedarse dormida. Está pasando por una situación algo complicada con esto de su madre. ¿Qué es este maldito dolor que tengo en el pecho?—Akira, eso tiene nombre y se llama amor.—No soporto verla llorar. Creo que fui muy cruel en decir las cosas así, pero no podía aguantar más.—Hiciste bien, no lo dudes. ¿Por qué no me dijiste nada?—Así como no me dijiste nada de que realmente no están juntos, además no quería causarle daño a lisa. Siempre lo sospeché desde que me dio la cara en el hospital, por eso la quería lejos, pero sé que lisa la extraña mucho. Ha estado todo este tiempo sin ella, no quería intervenir en que estuvier—¿Por qué no disparas? ¿No es tanto el odio que me tiene? ¿No piensa que al aparecer en la vida de su hija, yo solo le he ocasionado desgracia y sufrimiento? ¿Dónde está la madre protectora de hace un momento?—Akira, no compliques más las cosas— dijo Jefferson.—La decisión está en sus manos, señora. ¿Qué espera?—No puedo, yo no soy una asesina— respondió en llanto, soltando el arma.—Se confabula con una asesino, violador y psicópata, lo que la convierte en cómplice, ¿No es lo mismo? Planeó matarme junto con esa persona, es peor o igual que haber matado a alguien.—No, yo no hice eso— sus manos estaban temblando.—Si lo hizo, ¿Y sabe cuál es el problema? que no tiene la decencia de aceptarlo. ¿Qu&eac
Al despertar, me encontraba en los brazos de Akira y estaba aún dormido. Siempre se ve tan lindo mientras duerme. Besé su mejilla y me levanté. ¿Qué hora será? Tengo que ver a Kaori. Caminé lentamente sin hacer ningún ruido para salir de la habitación.—¿A dónde vas, princesa?— la voz de Akira me asustó.—¿Estás conectado a mi?— pregunté, y rio.—¿Cómo te sientes?—Mejor, aunque aún no puedo dejar de pensar en lo que pasó con mi madre. ¿Dónde está ella?—Mandé a Jefferson a llevarla a otro lugar.—¿Por qué hiciste eso? ¿Pudiste hablar con ella?—Si, tal parece que se confabuló con Keita.—¿Qué? ¡Tengo que verla!
—¿Puedo saber tu nombre?—le pregunté a mi compañera de piso.—Me llamo Gina, ¿Y tú cómo te llamas?— se veía muy amable. Solo espero poder hacer alguna conexión con ella. He tenido tantas malas experiencias, que no encuentro cómo acercarme a las demás personas.—Me llamo Reiko—casi digo mi verdadero nombre, aún no me acostumbro a esta nueva identidad.—Es un lindo nombre.—Gracias, ¿Sabes a dónde tenemos que ir?—Si, en este orden estaremos visitando cada cuarto. Iremos de dos en dos.—Pero no entiendo. En nuestro piso solo hay tres, ¿No es así?—En el primer día echaron a la otra compañera.—¿Tan rápido?—Si, son muy exigentes y problemáticos los hu&eacu
No encontramos a la supervisora por ninguna parte. Acudimos a ir con el tal Kazuo, ni siquiera Gina lo ha conocido en persona.—¿Se encuentra Kazuo?— preguntó Gina a la recepcionista.—Esta en una reunión con el Sr. Akihiro. Tendrán esperar a que termine para que las atienda— ¿Qué clase de hotel es este? Todo el mundo está ocupado y nadie da la cara cuando necesitamos ayuda. La supervisora perdida, la otra compañera igual y el tal Kazuo también.—No tenemos de otra que esperar, supongo— le dije a Gina.Nos quedamos esperando en el área del almuerzo, pero nadie llegó. No puedo buscar a Akira pues él está en esa reunión, además quedamos en que no tendríamos contacto dentro del trabajo. Volvimos a la oficina de la supervisora para firmar y dejar una nota, no podíamos esperar m&aacut
Al final de cuentas, terminó siendo la supervisora quien me entregó el horario. Las cosas terminaron un poco mal anoche. No encontré a Gina por ninguna parte, no creo que haya sido para tanto lo que vio o es simplemente que ya estoy libre de asombro. Akira no vino a dormir a mi cuarto anoche, supongo que aún debe estar molesto. ¿Cómo puedo hacerle entender las cosas? Cada vez es más difícil entenderlo. Todo lo que digo o hago le está malo. ¿Será que soy yo la que está haciendo las cosas mal? No sé porqué no puede entender algo tan simple, siempre tiene que ser tan impulsivo. Así lo conocí y eso no lo ha cambiado, aunque a veces me gusta que sea así, pero otras veces no. Entré a la habitación de Kaori y ahí estaba Akira junto a ella abrazado, ambos estaban profundamente dormidos. Caminé lentamente para verlos más de cerca, me acerqu
Ha pasado largo tiempo sin tener con quién hablar. Me siento muy cómoda hablando con Gina; aunque no sé si deba encariñarme. Las veces que lo he hecho siempre termino ocasionándoles daño a los demás. Salimos a cenar luego del trabajo. Ha sido muy amable y me ha ayudado bastante, ¿Es normal sentir miedo y desconfianza? Luego de lo que pasó con Kyomi, Kanji , Yuji y Keita, ¿Cómo no estarlo?—¿Tu sucede algo, Reiko?— preguntó preocupada.—Solo estaba pensando en el trabajo y en lo mucho que me has ayudado.—Para eso son las compañeras y amigas, ¿No crees?— lo mismo que dijo Kyomi, y terminó siendo solo un disfraz. No puedo dejar de pensar en eso en este momento.—Si, supongo.—¿Tienes pareja?— me preguntó repentinamente.—Si, tengo
Han pasado aproximadamente dos semanas. El trabajo ha ido muy bien, por suerte no han habido problemas. Gina y yo hemos estado un poco más juntas, salimos luego del trabajo a comer o a tomar algo, la mayoría de las veces. Pudimos pasar un día en el parque con nuestros bebés, mientras Akira no estaba. Kaori parecía disfrutar de estar en compañía de ella y su hijo Ozami, se llevan unos 2 años de diferencia, pero son un amor.Luego de regresar Akira, la situación en la casa sigue siendo la misma. Regresó a la semana, pero ha estado tan ocupado con el Hotel y sus negocios, que es muy poco el tiempo que lo he visto o hemos pasado juntos. Viene a ver a Kaori todos los días, aunque sea por unos momentos y se va. Me he sentido un poco sola últimamente. Sé que aún no hemos arreglado nuestra diferencia de la última vez. No quisiera que sigamos así de distantes, porque m
Akira me sujetó en sus brazos y me sacó de la habitación.—Lisa, ¿Qué fue lo que te dieron?—El vino que enviaste.—Yo no envié ningún vino, ¿Viste la cara de la persona?—Solo recuerdo que era un hombre— Akira se veía muy molesto. ¿Qué está pasando? Me sentía muy mareada.—No dejen que nadie salga del Hotel. Quiero a mis hombres en todas las salidas posibles, si alguien insiste en salir, sea quien sea lo matan— ordenó Akira.—Si, señor.—Aguanta un poco más, princesa—Akira me sentó en el asiento del auto. Mi visión se estaba nublando cada vez más. Mi cuerpo lo sentía muy caliente y la sensación de humedad en mi parte baja era insoportable.—Akira, ayúdame. Qu&iacu