No encontramos a la supervisora por ninguna parte. Acudimos a ir con el tal Kazuo, ni siquiera Gina lo ha conocido en persona.
—¿Se encuentra Kazuo?— preguntó Gina a la recepcionista.—Esta en una reunión con el Sr. Akihiro. Tendrán esperar a que termine para que las atienda— ¿Qué clase de hotel es este? Todo el mundo está ocupado y nadie da la cara cuando necesitamos ayuda. La supervisora perdida, la otra compañera igual y el tal Kazuo también.—No tenemos de otra que esperar, supongo— le dije a Gina.Nos quedamos esperando en el área del almuerzo, pero nadie llegó. No puedo buscar a Akira pues él está en esa reunión, además quedamos en que no tendríamos contacto dentro del trabajo. Volvimos a la oficina de la supervisora para firmar y dejar una nota, no podíamos esperar m&aacutAl final de cuentas, terminó siendo la supervisora quien me entregó el horario. Las cosas terminaron un poco mal anoche. No encontré a Gina por ninguna parte, no creo que haya sido para tanto lo que vio o es simplemente que ya estoy libre de asombro. Akira no vino a dormir a mi cuarto anoche, supongo que aún debe estar molesto. ¿Cómo puedo hacerle entender las cosas? Cada vez es más difícil entenderlo. Todo lo que digo o hago le está malo. ¿Será que soy yo la que está haciendo las cosas mal? No sé porqué no puede entender algo tan simple, siempre tiene que ser tan impulsivo. Así lo conocí y eso no lo ha cambiado, aunque a veces me gusta que sea así, pero otras veces no. Entré a la habitación de Kaori y ahí estaba Akira junto a ella abrazado, ambos estaban profundamente dormidos. Caminé lentamente para verlos más de cerca, me acerqu
Ha pasado largo tiempo sin tener con quién hablar. Me siento muy cómoda hablando con Gina; aunque no sé si deba encariñarme. Las veces que lo he hecho siempre termino ocasionándoles daño a los demás. Salimos a cenar luego del trabajo. Ha sido muy amable y me ha ayudado bastante, ¿Es normal sentir miedo y desconfianza? Luego de lo que pasó con Kyomi, Kanji , Yuji y Keita, ¿Cómo no estarlo?—¿Tu sucede algo, Reiko?— preguntó preocupada.—Solo estaba pensando en el trabajo y en lo mucho que me has ayudado.—Para eso son las compañeras y amigas, ¿No crees?— lo mismo que dijo Kyomi, y terminó siendo solo un disfraz. No puedo dejar de pensar en eso en este momento.—Si, supongo.—¿Tienes pareja?— me preguntó repentinamente.—Si, tengo
Han pasado aproximadamente dos semanas. El trabajo ha ido muy bien, por suerte no han habido problemas. Gina y yo hemos estado un poco más juntas, salimos luego del trabajo a comer o a tomar algo, la mayoría de las veces. Pudimos pasar un día en el parque con nuestros bebés, mientras Akira no estaba. Kaori parecía disfrutar de estar en compañía de ella y su hijo Ozami, se llevan unos 2 años de diferencia, pero son un amor.Luego de regresar Akira, la situación en la casa sigue siendo la misma. Regresó a la semana, pero ha estado tan ocupado con el Hotel y sus negocios, que es muy poco el tiempo que lo he visto o hemos pasado juntos. Viene a ver a Kaori todos los días, aunque sea por unos momentos y se va. Me he sentido un poco sola últimamente. Sé que aún no hemos arreglado nuestra diferencia de la última vez. No quisiera que sigamos así de distantes, porque m
Akira me sujetó en sus brazos y me sacó de la habitación.—Lisa, ¿Qué fue lo que te dieron?—El vino que enviaste.—Yo no envié ningún vino, ¿Viste la cara de la persona?—Solo recuerdo que era un hombre— Akira se veía muy molesto. ¿Qué está pasando? Me sentía muy mareada.—No dejen que nadie salga del Hotel. Quiero a mis hombres en todas las salidas posibles, si alguien insiste en salir, sea quien sea lo matan— ordenó Akira.—Si, señor.—Aguanta un poco más, princesa—Akira me sentó en el asiento del auto. Mi visión se estaba nublando cada vez más. Mi cuerpo lo sentía muy caliente y la sensación de humedad en mi parte baja era insoportable.—Akira, ayúdame. Qu&iacu
LisaDesperté y vi a Akira al lado mío.—Me duele la cabeza.—Corderito, ¿Me escuchas?—¿Akira?—me sentía muy mareada.—¿Cómo te sientes, preciosa?—Me siento mareada.—¿Cómo se siente tu cuerpo?—Algo caliente, ¿Qué me pasó?—No quiero preguntarte más sobre esto, pero tengo que hacerlo, preciosa.—¿Sobre que?—Quiero saber si algo ha pasado en el trabajo recientemente.—¿Algo como que?—Alguien te drogó y mis enemigos no creo que sepan donde estamos, me hubieran tratado de matar a mi primero. Es claro que el problema fue contigo directamente. ¿Has tenido algún problema?—no he tenido problemas,
Akira me trajo del hospital a la casa, ha estado al pendiente de todo. Me acostó en la cama y se sentó a mi lado.—Espero te quedes aquí acostada, no quiero que te levantes hasta que te sientas mejor. Tu cuerpo aún está algo débil y no quiero que te vaya a suceder algo. Espero me escuches y hagas caso, lisa.—No te preocupes, Akira.—Si me preocupo, tonta. Quiero que te relajes y duermas, lo necesitas. Mandaré a Jefferson a que se quede contigo, ¿Está bien?—Esta bien, mi amor— Akira me besó.—Mas tarde regreso, corderito — salió de la habitación. Me preocupa un poco lo que esta pasando por su cabeza en este momento.Akira—Jefferson, ¿ha pasado algo?—No, mandé a rebuscar a todos, pero no encontramos nada.
—¡Suéltame, Akira!— forcejeó para tratar de sacar mi mano de su pelo.—Quiero saber con qué intención la drogaste de esa forma, ¿Qué buscabas?—¡Me duele, Akira!—Responde mi pregunta. ¿Querías que se la cogieran o que pretendías?—¡Alguien, ayúdeme!—solté su pelo y caminé a la puerta.—¿Por qué no intentas caminar a la puerta? Permíteme abrirla por ti —abrí la puerta y la miré.—¡No puedo mover mis piernas, maldito animal!—Lástima, yo que pensé que querías irte— tiré la puerta y la cerré con seguro.—Sácame de aquí, Akira.—Dijiste que querías estar conmigo. ¿No quieres que te d&ea
LisaSentí que alguien se recostó a mi lado y unas brazos alrededor de mi cuerpo.—Akira, llegaste—me apretó muy fuerte hacía él.—Te deseo, lisa.—No sé si debamos hacerlo—mi cuerpo aún se sentía algo extraño. Akira besó mi cuello, sus labios se sentía tan suaves, que producía cosquillas. Pude percibir un olor a sangre.—Detente—no sé si era yo quien está otra vez sangrando. Me levanté de la cama lentamente y me miré la ropa, pero no era yo.—¿Te sientes bien?— preguntó. Miré a Akira y me fijé que la manga de su camisa estaba llena de sangre. Así que de ahí era el olor.—¿Qué fue lo que hiciste, Akira?— me miró fijamente y sonrió.