—¿Qué quieres, Akira? — pregunté nerviosa
—Vamos al estudio—salió sin decir másAún estaba en toalla, así que me vestí y bajé al estudio. Akira juntó sus manos y las llevó a su boca, lucía algo pensativo.—He estado pensando, y sí es cierto que las cosas no están funcionando. Supongo que, si quieres tu libertad y espacio, tengo la mejor opción para eso.—¿A qué te refieres?—No, no hablo de matarte. No pienses tonterías— me miró fijamenteYa veo que puede saber lo que pienso, aunque viniendo de él, no estoy segura si sea cierto.—Entonces, ¿A qué te refieres?—Vamos a mudarnos a otro estado, haremos una vida diferente, uno por su lado y el otro por el otro. EstaráHa pasado un año desde que nos mudamos a Nueva York, no he podido acostumbrarme a la temperatura. Las cosas entre Akira y yo no han cambiado, seguimos actuando como la perfecta familia feliz frente a Kaori. Pasamos los días festivos juntos en familia, no hemos podido arreglar nuestra relación. Cada vez siento menos probabilidades.Akira ha estado haciendo negocios e invirtiendo dinero. Reconstruyó un edificio para convertirlo en un Hotel. Es donde se la ha pasado la mayoría del tiempo, y es muy poco lo que está en la casa. Cuando estamos a solas parecemos dos completos desconocidos. Se podría decir que ha estado haciendo un esfuerzo por no incomodarme. La última vez que tuve un acercamiento con él, fue el día del avión, luego de eso no ha sucedido nada más. Cada vez está más distante. La situación ha estado muy cargada entre los dos, con mucha razón.
Akira—Lory, ¿Qué te trae por aquí?—Ha pasado mucho tiempo, Akira. Estaba deseando volver a verte.—Así es, ha pasado mucho tiempo. ¿Viajaste desde tan lejos solo para eso? ¿Cómo supiste dónde encontrarme? Nadie sabía de este lugar.—El que busca siempre encuentra. Me casé con uno de tus socios. No pensé que te encontraría aquí.—Es mucha coincidencia, ¿No crees, Lory?—¿No me has extrañado?—¿Por qué habría de hacerlo? Lo nuestro se acabó hace años. No sé por qué te molestas en buscarme.—Mis padres ya no son un problema. Hice lo que tanto querían, no creo que ahora haya algún impedimento entre los dos.—Si los hay.<
—¿Así que piensas jugar de esta manera, Akira?—Solo me aseguro de que no quieras huir de mí, luego que me provocas. Tómalo como una medida preventiva.—No veo motivos para escapar.—Deberías haberlo considerado cuando aún estabas a tiempo, corderito.—Suena a que estás muy desesperado, Akira.—¿Y tú qué crees? Me tuviste un año completo sin poder tocarte, ¿No es razón suficiente para querer destrozarte ahora? — se acercó.—No sabía que era tanto. Parece que no has entendido la lección luego de todo este año, querido—una sonrisa maliciosa se reflejó en su rostro.—¿Crees que ahora que estás aquí encerrada, voy a desistir solo porque me recuerdes eso? Me provocaste, ahora aguántate&md
—Ha pasado mucho tiempo desde que estábamos así, Akira—Valió la pena. Si ha pasado mucho tiempo, pero no importa, lo que importa es que estamos juntos ahora y vamos a poder tener este tipo de momentos y más.—Akira, ¿Te molestaría si busco un trabajo? — pregunté directamente, aprovechando su buen humor.—¿Qué? ¿Para qué? Para eso trabajo yo.—No quería preguntarte porque sabía que dirías eso. Quisiera poder ser independiente, Akira. No quiero depender siempre de tí, también quiero valerme por mi misma, y más ahora que tenemos una hija.—No estoy de acuerdo.—Akira...—Es una tontería, lisa. Quiero que vivan las dos una vida tranquila, ¿Para que ir a trabajar? Les doy todo lo que tengo para que no les falte na
—Ha pasado mucho tiempo, lisa—dijo Mr. Jefferson.—¿Qué le pasa a mi madre? Mamá, ¿estás bien? — se veía pálida, y tenía unas vendas alrededor de su brazo. No me dirigió palabra alguna. Supongo que aún está molesta.—¿Dónde está Akira?—Está en su trabajo, Mr. Jefferson.—Me he matado llamándolo, pero no responde. No quería venir sin avisar, pero no tuve opción.—¿Qué fue lo que pasó? —Mr. Jefferson lucía agitado y desesperado. Nunca lo había visto así.—Lisa, el padre de Akira dio con mi casa de seguridad. No entiendo cómo pudo pasar esto. Casi matan a tu madre. En este momento ya debe saber que ella es tu mamá. La vida de ella corre peligro, es por eso que la saqu&ea
—No tenía opción, iban a matarla si la dejaba ahí.—Tienes más tiempo que yo en este negocio, Jefferson, y sabes los métodos que hay que utilizar, y en especial conoces sobre la seguridad y que hacer en momentos como este. ¿Cómo cometes un error tan simple? No me molesta que hayas venido a este estado, me molesta que hayas venido directamente a nosotros. Sabes lo que puede pasar ahora, ¿verdad?—Lo siento, Akira. Te llamé, pero no respondiste. No quería traerla directamente, pero no tuve de otra. Estoy seguro de que no me siguieron, no hay manera.—Si algo le sucede a mi hija y a mi esposa por esta necedad que acabas de cometer, pagarás las consecuencias. Serás como mi padre, pero acabas de poner en peligro a mi familia y eso no lo perdono.—No volverá a ocurrir, Akira. Tan pronto consiga una casa de seguridad sa
—Mamá —Akira se detuvo y fijó su mirada a ella.—¿No entiendes lo que significa un no?—Buenos días, señora—Akira le respondió, como si no hubiera escuchado la pregunta. Mi cara de vergüenza no sabía dónde ponerla. Mi madre estaba visiblemente molesta.—No puedo entender cómo mi hija pudo enamorarse de alguien como tú.—No digas una sola palabra más, mamá.—¿Qué pasa, lisa? ¿No puedo decirle las verdades a tu esposo? — antes que pudiera responder, Akira habló.—Adelante, la escucho — Akira prestó toda su atención a mi madre. Si esto se sale de control no sé cómo reaccione Akira.—No puedo creer que mi hija le guste esta clase de hombres. Has sido una desgracia para lisa, le has ca
Mi madre intentó salir de la cocina, pero Mr. Jefferson se puso en medio.—¿A dónde va? ¿Qué está pasando? — preguntó confundido.—Mamá, ¿no vas a hablar? — caminé a donde ella, pero no quiso mirarme a la cara.—Las cosas están cayendo por su propio peso, Mr. Jefferson— dijo Akira, sin retirar la mirada de mi madre.—Habla, mamá— ¿Por qué mierdas no habla?—No tengo nada más que decir de este hombre, dije todo lo que tenía que decir.—¿Qué pasa, señora? ¿No puede decirlo? ¿Quiere que sea amable y lo diga por usted? — mi madre miró mal a Akira.—Haz lo que quieras. No sé de qué estás hablando.—Puedo oler la traición desde lej