Han pasado ocho meses desde ese incidente. La relación entre Akira y yo, ha ido deteriorándose. El doctor me recomendó alejarme un poco de él, ya que por el trauma que recibió en la cabeza, sus recuerdos están desordenados y el estar cerca de mí, le hace recordar cosas que no le ayudan en su recuperación. El único momento que puedo verlo es cuando le llevo a Kaori; al estar con ella se ve mucho más tranquilo. Contrataron una enfermera que se encarga de Akira, hubiera querido ser yo, pero si le hago daño con mi presencia es mejor que mantenga mi distancia.
Ha estado asistiendo a terapia física, donde se supone que si todos sus terapias han ido bien, le quiten las muletas hoy. Físicamente está en mejor estado, puede caminar sin problemas y está más independiente. Su actitud ha sido la misma de la otra vez, muy agresiva con la ayuda del médico y las recomePodía sentirme tranquila al ver a Akira tan feliz jugando con Kaori, ella estaba tan feliz al estar con su papá. A balbuceado papa, aunque no sé le entiende muy bien. Cuando lo hizo por primera vez, Akira estaba llorando, fue una momento muy lindo; aunque no pude unirme a su felicidad. Las cosas han cambiado drásticamente.—¿Cómo han estado? —dijo Mr. Jefferson, caminando a la antesala—¿Bien y tú? —respondíAkira se quedó callado como si no hubiera escuchado. Su actitud hacia todo el mundo ha sido así durante estos meses.—Bien, ¿Podemos hablar, lisa? —me hizo seña para salir de la salaMe levanté y caminé junto a él al estudio—Lisa, tengo buenas noticias.—¿Qué podría ser?—Tengo a la hija de K
Akira estaba más tranquilo, amanecimos juntos lo que hace tiempo no habíamos podido hacer. Me quedé un rato mirándolo dormir, hasta que escuché a Kaori llorar. Me levanté lentamente de la cama para no despertarlo. Tal parece que le hacía falta esto tanto como a mí, ni siquiera despertó.Salí de la habitación para atender a Kaori, a lo que, al rato de haber salido, Akira entró al cuarto. Es como si estuviera conectado a mí, siempre despierta cuando salgo de la cama. Caminó a donde Kaori y la besó en la frente.—¿Cómo amaneció la princesa de la casa? —la ternura con la que le hablaba me hizo sonreír. No quise interrumpir su conversación con ella, así que salí de la habitación para arreglarme.Regresé a la habitación y me di un baño; luego bajé a pre
—¿Qué es lo que quieren? ¡Dejen ir a mi hija! — gritó Kaiza.—Mira a quién tenemos aquí. Hasta que por fin volvemos a vernos—dijo Akira.—¿Cómo es que tú estás...?—¿Vivo?—Es imposible.—¿Estabas celebrando mi muerte, Kaiza? Eso es cruel de tu parte.—¡Maldito seas!—Hay un dicho muy famoso: Mala hierba nunca muere. ¿Por qué estás molesto? Se supone que quien esté molesto sea yo, ¿No te parece?—Arreglemos esto como hombres— sugirió y Akira rio.—¿Así como nos mandaste a matar? No sabía que así se arreglaban los problemas como hombre, Kaiza.—Deja ir a mi hija.—¿Debería?
Entré a la habitación junto a Akira, aún no sé por qué me quedo aquí.—¿Cómo te sientes con el trato, señorita? — preguntó Akira.—Te haré pagar por esto, Akira.—No pudiste ayudar a tu hija, ¿Qué clase de padre eres? ¿La escuchas? Te está pidiendo ayuda— rio—Eres un hijo de puta, me las pagarás.—Ya pagué mis deudas, ahora te toca a ti pagar las tuyas.—Suéltame, yo mismo te mataré.—Está bien, acepto el reto. Suéltalo—soltaron a Kaiza —. Me pregunto, ¿Qué puede hacer un viejo como tú contra mí? —Kaiza tiró varios golpes, pero Akira los esquivó —. ¿Eso es todo lo que tienes? —la furia de Kaiza era cada vez más
Llegamos a un lugar donde nunca habíamos venido. Akira me llevó aguantándome del brazo. Me molesta que para resolver las cosas actúe así.—Sr. Akira, ¿Qué le ha pasado? ¿Está herido? — preguntó, un hombre desconocido—No, dame las llaves del apartamento.—Si, señor. No sabía que venía acompañado—el hombre me miró y sonrió amablemente—¿Qué es lo que miras, pendejo? ¿Quieres que te saque los ojos?—Lo siento, señor— bajó la cabezaAkira me llevó del brazo al lugar.—¿Qué es lo que te pasa? ¿No sabes tratar a la gente?—¿Te gustó el pendejo ese?—¿Eres estúpido?—En este lugar vamos a po
—Ni siquiera podemos disfrutar de esto como antes. Solo me utilizas para saciar tus ganas, ya no me tratas igual.—Si confiaras en mí, y fueras más honesta contigo misma, esto no estaría pasando. Busco la manera de llegar a ti, de que me creas y entiendas lo que siento por ti y nunca me crees. ¿Qué otra manera puedo utilizar?—No puedo seguir así, Akira. Quisiera poder entenderte, quisiera creerte, pero dices una cosa y demuestras lo contrario. Te amo, pero la manera de tu demostrar las cosas siempre es de esta forma. Solo tú puedes disfrutar de esto, en cambio yo no.—Dices eso, pero cuando estamos aquí, tu interior y tus gemidos dicen lo contrario.—No hay manera de que reacciones, Akira. No quiero más esto.—¿Por qué? — besó mi cuello—Porque no puedo sentir placer de que m
—¿Qué quieres, Akira? — pregunté nerviosa—Vamos al estudio—salió sin decir másAún estaba en toalla, así que me vestí y bajé al estudio. Akira juntó sus manos y las llevó a su boca, lucía algo pensativo.—He estado pensando, y sí es cierto que las cosas no están funcionando. Supongo que, si quieres tu libertad y espacio, tengo la mejor opción para eso.—¿A qué te refieres?—No, no hablo de matarte. No pienses tonterías— me miró fijamenteYa veo que puede saber lo que pienso, aunque viniendo de él, no estoy segura si sea cierto.—Entonces, ¿A qué te refieres?—Vamos a mudarnos a otro estado, haremos una vida diferente, uno por su lado y el otro por el otro. Estará
Ha pasado un año desde que nos mudamos a Nueva York, no he podido acostumbrarme a la temperatura. Las cosas entre Akira y yo no han cambiado, seguimos actuando como la perfecta familia feliz frente a Kaori. Pasamos los días festivos juntos en familia, no hemos podido arreglar nuestra relación. Cada vez siento menos probabilidades.Akira ha estado haciendo negocios e invirtiendo dinero. Reconstruyó un edificio para convertirlo en un Hotel. Es donde se la ha pasado la mayoría del tiempo, y es muy poco lo que está en la casa. Cuando estamos a solas parecemos dos completos desconocidos. Se podría decir que ha estado haciendo un esfuerzo por no incomodarme. La última vez que tuve un acercamiento con él, fue el día del avión, luego de eso no ha sucedido nada más. Cada vez está más distante. La situación ha estado muy cargada entre los dos, con mucha razón.