Han pasado varios meses, Mr. Jefferson y mi madre se mudaron con nosotros. Akira decidió que nos casaramos los cuatro el mismo día, me parece una muy buena idea. Luego de todo lo que ha pasado, al fin, hemos tenido algo de paz. No he sabido nada de mi hermana desde aquel día, mi madre tampoco sabe nada y es mejor así. No puedo negar que se me ha hecho algo difícil superarlo, pero siempre que tengo algo en mente, Akira me impide pensar en nada. Hemos sido muy felices hasta ahora juntos. Lin y Kaori cada día están más grandes y muy unidos. En la casa se escucha más alboroto que antes. Juegan con Aoi y cuando Akira se une a ellos, parece otro niño más. Mañana es nuestra más esperada boda.
Hoy iré con mi madre a buscar nuestros vestidos. Akira contrató al mismo diseñador de la otra vez, lo hizo venir desde tan lejos solo para eso. Todos los preparativos los hemosEl amor llega a tu vida cuando menos te lo esperas. Ese día que Akira y yo sellamos nuestro amor por segunda vez, fue el momento más maravilloso de nuestras vidas. Han pasado seis felices años desde que nos casamos. Nuestra relación no ha sido perfecta, hemos tenido situaciones y diferencias, pero hemos podido superar cada prueba que se ha cruzado en nuestro camino. Akira ha cambiado mucho desde entonces, se podría decir que es el hombre más cariñoso que existe en el mundo, tanto con nuestros hijos como conmigo. La situación entre nosotros ha estado algo tensa desde hace unos 6 meses para acá. No hemos tenido la dicha de tener otro bebé. Desde el último bebé que perdí, no he podido quedar embarazada. Ambos acudimos a exámenes, pensando que quizás había un problema con alguno de los dos. Hoy nos entregan esos resultados y Akira ha estado ansioso todo el día. Sé
—No importa la razón que sea, si quisiera aparecer ya lo hubiera hecho. Solo espero que sí es ella, no sea para traer problemas. No le digas nada de esto a Lisa.—Ya mi esposa tuvo que haberle dicho, Akira.—Espero lo pasé por alto de ser así.—¿Cómo va el negocio?—Bien, a veces se ponen las cosas algo caliente como siempre, pero no es nada que no se pueda solucionar.—¿Y la búsqueda?—Aún nada, es como si se los hubiera tragado la tierra.—Deberías dejar las cosas así, Akira.—No, no puedo. Tengo una última opción para averiguar dónde están.—¿Y cuál sería esa?—Es un secreto. No te metas en mis asuntos, padre. Ya estás fuera del negocio y no quiero arrastra
—Este será tu regalo de cumpleaños, Lin— le entregué el arma que tanto le había prometido—. ¿Te gusta?—Es perfecta, papá. Pensé que sería más pesada.—La mandé hacer exclusivamente para ti, tiene tu nombre escrito. Deberás cuidarla bien.—¿Puedo estrenarla?—Eso no se pregunta, para eso estamos aquí. Recuerda que no es un juguete. ¿Cuándo la vas a utilizar?—Para defender a cualquier miembro de mi familia o si mi vida corre peligro.—Cuando cumplas tus quince años te mostraré el negocio más de cerca, ahora lo primero es lo primero. Quiero que aprendas a manejarla, ya cuando eso suceda, quiero que entres de lleno a tomar el lugar que te corresponde, ¿Te parece?—¿Vas a cumplirme lo que prometiste?
—Solo necesito que la hagas salir del local, Lin, de lo demás me encargo yo. Será tu primer trabajo.—¿Por qué la necesitas, papá?—Su récord criminal es muy amplio. No te dejes convencer de esa vieja. Le gusta los niños lindos, se dedica a venderlos, es por eso que necesito que seas tú quien la haga salir. Harás lo que te dije al pie de la letra. Si las cosas se ponen peligrosas, sal de ahí. Te estaré esperando aquí.—¿No puedo llevar nada para defenderme, papá?—Te daré el arma, pero no la uses si no es estrictamente necesario. Tienes que guardarla bien en tu ropa. Estoy confiando en ti, hijo, no me decepciones.Lin—Nunca— me bajé del auto y caminé despacio al local. Entré y fui detenidamente buscando la seño
Lisa—¿Cómo les fue?—Bien, mamá.—¿Dónde está tu papá?—Lo llamaron del trabajo.—Entiendo. Te preparé las cosas del baño, mi amor. Espero que descanses.—¿Estás bien, mamá? Te ves extraña.—Si, mi amor. Dulces sueños— subí a la habitación. No quería preguntar nada más, pues sé que no me va a responder. Al menos llegó bien. Quisiera hablar con Akira. No quiero que la situación entre nosotros se complique más. Quizás si lo hablo con él, podamos arreglar los problemas que estamos teniendo. Espero que regrese a la casa, trataré de esperarlo.Akira—¿No piensas despertar, vieja sucia?— derramé un balde de agua fría por
Llegué al trabajo e intenté no pensar en mis problemas ni preocupaciones, necesitaba concentrarme en el trabajo, así que eso hice.—¿Te sientes a gusto?— me preguntó Laura. Una de mis compañeras, solo me acuerdo de su nombre porque lo escucho mencionar a cada rato.—Si, me gusta el trabajo— continúe limpiando las mesas, quería mantenerme lo más lejos posible de todos.—El viernes en la noche harán un pequeño compartir para las dos nuevas empleadas. ¿Te gustaría asistir? Será aquí mismo en el café luego del trabajo.—¿Hay alguien más?—Si, se unió en el día de hoy. Lo más seguro la presenten a la hora de salida, ya que habido mucho trabajo.—Está bien, trataré de asistir. Gracias por avisarme— no
Al día siguiente pensé que Akira hubiera vuelto a la casa, pero no fue así; tal parece que no tiene ganas de volver. Miré el teléfono, pero tampoco me llamó ni me escribió. Esto me está colmando la poca paciencia que me queda. Me bañé y me vestí rápidamente, ya los niños los habían llevado a la escuela, supongo que fue el chófer. Antes de irme al trabajo llamé a Akira, pero no respondió; supongo que ya no soy su prioridad. Me fui al trabajo, no quería pensar en nada. Todo el día pasó muy lento, nada me estaba saliendo como quería. He estado cometiendo varios errores. No puedo dejar que esto me afecte en el trabajo también. Estaba tratando de tomar una orden, pero no entendía lo que el cliente estaba tratando de decir.—¿Te encuentras bien?— preguntó Haru. Él es uno de los meseros
—¿No lo harás?— preguntó, sonriendo maliciosamente y eso hizo que molestara mucho más.—Que necio eres, Akira— lo miré molesta, y aún así no borró su sonrisa, ni mucho menos disimuló.—Vámonos, Lin. Despídete de tus abuelos y de tu mamá — Akira se acercó a mí e intentó besarme, pero giré mi cara.—Hay un límite para todo, Akira — dije en voz baja, para que solo él me escuchara.—Luego no te quejes, corderito — agarró un mechón de mi pelo y lo llevó a sus labios, sin decir más salió de la sala. No se despidió de nadie más.—No tardaremos, mamá. Te amo— Lin me abrazó.—Vayan con cuidado, mi cielo— me despedí y se fue con Akira. No s&