—Este será tu regalo de cumpleaños, Lin— le entregué el arma que tanto le había prometido—. ¿Te gusta?
—Es perfecta, papá. Pensé que sería más pesada.—La mandé hacer exclusivamente para ti, tiene tu nombre escrito. Deberás cuidarla bien.—¿Puedo estrenarla?—Eso no se pregunta, para eso estamos aquí. Recuerda que no es un juguete. ¿Cuándo la vas a utilizar?—Para defender a cualquier miembro de mi familia o si mi vida corre peligro.—Cuando cumplas tus quince años te mostraré el negocio más de cerca, ahora lo primero es lo primero. Quiero que aprendas a manejarla, ya cuando eso suceda, quiero que entres de lleno a tomar el lugar que te corresponde, ¿Te parece?—¿Vas a cumplirme lo que prometiste?—Solo necesito que la hagas salir del local, Lin, de lo demás me encargo yo. Será tu primer trabajo.—¿Por qué la necesitas, papá?—Su récord criminal es muy amplio. No te dejes convencer de esa vieja. Le gusta los niños lindos, se dedica a venderlos, es por eso que necesito que seas tú quien la haga salir. Harás lo que te dije al pie de la letra. Si las cosas se ponen peligrosas, sal de ahí. Te estaré esperando aquí.—¿No puedo llevar nada para defenderme, papá?—Te daré el arma, pero no la uses si no es estrictamente necesario. Tienes que guardarla bien en tu ropa. Estoy confiando en ti, hijo, no me decepciones.Lin—Nunca— me bajé del auto y caminé despacio al local. Entré y fui detenidamente buscando la seño
Lisa—¿Cómo les fue?—Bien, mamá.—¿Dónde está tu papá?—Lo llamaron del trabajo.—Entiendo. Te preparé las cosas del baño, mi amor. Espero que descanses.—¿Estás bien, mamá? Te ves extraña.—Si, mi amor. Dulces sueños— subí a la habitación. No quería preguntar nada más, pues sé que no me va a responder. Al menos llegó bien. Quisiera hablar con Akira. No quiero que la situación entre nosotros se complique más. Quizás si lo hablo con él, podamos arreglar los problemas que estamos teniendo. Espero que regrese a la casa, trataré de esperarlo.Akira—¿No piensas despertar, vieja sucia?— derramé un balde de agua fría por
Llegué al trabajo e intenté no pensar en mis problemas ni preocupaciones, necesitaba concentrarme en el trabajo, así que eso hice.—¿Te sientes a gusto?— me preguntó Laura. Una de mis compañeras, solo me acuerdo de su nombre porque lo escucho mencionar a cada rato.—Si, me gusta el trabajo— continúe limpiando las mesas, quería mantenerme lo más lejos posible de todos.—El viernes en la noche harán un pequeño compartir para las dos nuevas empleadas. ¿Te gustaría asistir? Será aquí mismo en el café luego del trabajo.—¿Hay alguien más?—Si, se unió en el día de hoy. Lo más seguro la presenten a la hora de salida, ya que habido mucho trabajo.—Está bien, trataré de asistir. Gracias por avisarme— no
Al día siguiente pensé que Akira hubiera vuelto a la casa, pero no fue así; tal parece que no tiene ganas de volver. Miré el teléfono, pero tampoco me llamó ni me escribió. Esto me está colmando la poca paciencia que me queda. Me bañé y me vestí rápidamente, ya los niños los habían llevado a la escuela, supongo que fue el chófer. Antes de irme al trabajo llamé a Akira, pero no respondió; supongo que ya no soy su prioridad. Me fui al trabajo, no quería pensar en nada. Todo el día pasó muy lento, nada me estaba saliendo como quería. He estado cometiendo varios errores. No puedo dejar que esto me afecte en el trabajo también. Estaba tratando de tomar una orden, pero no entendía lo que el cliente estaba tratando de decir.—¿Te encuentras bien?— preguntó Haru. Él es uno de los meseros
—¿No lo harás?— preguntó, sonriendo maliciosamente y eso hizo que molestara mucho más.—Que necio eres, Akira— lo miré molesta, y aún así no borró su sonrisa, ni mucho menos disimuló.—Vámonos, Lin. Despídete de tus abuelos y de tu mamá — Akira se acercó a mí e intentó besarme, pero giré mi cara.—Hay un límite para todo, Akira — dije en voz baja, para que solo él me escuchara.—Luego no te quejes, corderito — agarró un mechón de mi pelo y lo llevó a sus labios, sin decir más salió de la sala. No se despidió de nadie más.—No tardaremos, mamá. Te amo— Lin me abrazó.—Vayan con cuidado, mi cielo— me despedí y se fue con Akira. No s&
Han pasado tres días y desde entonces las cosas han permanecido igual o peor. Cada vez es más extraño el comportamiento de ambos. Todas las tardes salen Lin y Akira, pero ninguno me explica lo que está sucediendo. Akira no se ha quedado a dormir en la casa, volvió a ser la misma persona de antes. Cuando llega a la casa es muy poco lo que hablamos, mayormente viene a ver a Kaori y llevarse a Lin. No a tenido la iniciativa de arreglar el asunto y tampoco me deja hacerlo yo. Ya traté en varias ocasiones, pero siempre busca una excusa para evadirme, supongo que es porque está cansado de mi. Me duele pensar en eso, pero no veo otra razón. Es increíble que mi matrimonio se vaya abajo de esta forma y que a Akira no le importe una mierda. Esta noche planeo llamarlo o buscarlo. No quiero que pase un maldito día más así. Quiero que me sea completamente honesto. Quiero que me diga lo que está pasando. Es
—¿Ahora ves de lo que hablo sobre la palomita?—¡Déjame ir, por favor!— suplicó la chica en llanto.—No te hice nada, así que deja de llorar. No vuelvas a venir por aquí o para la próxima no seré bueno contigo. Que te sirva de lección. Ahora lárgate de una puta vez— dejé ir su pelo y ella salió del despacho.¿Cómo te atreves a darme la espalda y dejarme, corderito? Creo que es tiempo de hacer que me respetes, niña insolente.Lisa—Llévame a otra parte. No quiero estar más aquí— le pedí al chófer al subirme al auto.—¿Está todo bien, señora? ¿A dónde quiere que la lleve?—Llévame al trabajo.No voy a pensar más en el asunto, él no pens&o
—Esta bien, querido— accedí entre dientes. Estoy segura que es una mala decisión, pero no tenía de otra. Le sonreí a Akira y me giré hacia las chicas.—Gracias por haberme invitado. Me surgió un problema familiar, espero me disculpen.—No te preocupes. Te esperamos mañana— respondió Laura sonriendo. Fingí una última sonrisa y me fui con Akira.—¿Me puedes explicar qué mierda está pasando por tu cabeza?—Guarda silencio hasta que lleguemos.—¿A dónde me vas a llevar? ¿No puedes entender que no quiero hablar contigo ahora?—Dices una palabra más y no respondo, lisa. No vamos para la casa, si tanto te preocupa.—Siempre tienes la misma maldita forma de solucionar las cosas. Me tienes cansada— Akira detuvo el auto r