Akira
—¿Usted es la madre de mi esposa?—¿Qué es esa pregunta, Akira? Han pasado tantas cosas en estos últimos días. Le has hecho mucho daño a mi pequeña. De no ser por ti, ella no estaría viviendo estas tragedias. La vida de mi nieta ha estado en riesgo por tu culpa. ¿Así es como pretendes que permita esta relación? ¿Por qué no dejas a mi hija ser feliz? A tu lado no va a tener felicidad que merece. No sabes lo que me duele ver a mi hija llorando por tu culpa.—¿De qué tragedias habla, señora? Fue un accidente de auto, eso a cualquier persona le puede pasar. ¿Llorando por mi culpa? ¿En qué momento la hice llorar?—¿Cómo eres tan sinvergüenza de preguntarlo? Por tu culpa mi hija solo a estado sufriendo. Prometiste cuidar de ella y mira lo que—Mr. Jefferson, quiero hablar con usted.—¿Pasó algo?—Quiero que me ayude a sacar a Akira de esta clínica.—¿Qué? ¿Por qué pides eso? ¿Pasó algo?—Escúchame bien, Mr. Jefferson. No puede confiar en mí madre, ella no quiere que Akira esté cerca de mí. Por culpa de ella él se puso como estaba. Ella le recordó al parecer cosas que no debía. No quiero que alguien así esté cerca de Akira en un momento como este, así sea mi madre no voy a permitir que lo lastime. Espero pueda ayudarme. Quiero sacar a Akira lo más pronto posible y llevarlo a un lugar donde nadie sepa dónde está. Mi madre está irreconocible y representa un peligro en este momento.—No entiendo nada, lisa. Es tu madre, no la creo capaz de hacer nada en contra de Akir
Necesito guardar la calma, no es para tanto, somos esposos, es normal que nos besemos y estemos juntos. Me cuesta algo de trabajo acostumbrarme a este nuevo Akira. Es mucho más sincero y no piensa antes de hablar. No sé si sea buena idea dormir a su lado estando de esta manera, su olor, su voz, sus manos, sus besos. Sacudí mi cabeza al pensar en esto. Tienes que calmarte, Akira está mal, debes apoyarlo como su esposa y ayudarlo a recuperarse. Debes quedarte junto a él, por nada más. Guardaré esas ganas para cuando se recupere. No es el momento.—¡Ay, se quema! —todo por andar pensando en otras cosas. Ahora tendré que volver a hacerlo — suspiré desanimada.Luego de casi una hora en la cocina, pude terminar. Le traje la comida a Akira, supongo que se la daré yo. Espero no ponga resistencia.—Akira, he traído la comida—me senté a
Han pasado ocho meses desde ese incidente. La relación entre Akira y yo, ha ido deteriorándose. El doctor me recomendó alejarme un poco de él, ya que por el trauma que recibió en la cabeza, sus recuerdos están desordenados y el estar cerca de mí, le hace recordar cosas que no le ayudan en su recuperación. El único momento que puedo verlo es cuando le llevo a Kaori; al estar con ella se ve mucho más tranquilo. Contrataron una enfermera que se encarga de Akira, hubiera querido ser yo, pero si le hago daño con mi presencia es mejor que mantenga mi distancia.Ha estado asistiendo a terapia física, donde se supone que si todos sus terapias han ido bien, le quiten las muletas hoy. Físicamente está en mejor estado, puede caminar sin problemas y está más independiente. Su actitud ha sido la misma de la otra vez, muy agresiva con la ayuda del médico y las recome
Podía sentirme tranquila al ver a Akira tan feliz jugando con Kaori, ella estaba tan feliz al estar con su papá. A balbuceado papa, aunque no sé le entiende muy bien. Cuando lo hizo por primera vez, Akira estaba llorando, fue una momento muy lindo; aunque no pude unirme a su felicidad. Las cosas han cambiado drásticamente.—¿Cómo han estado? —dijo Mr. Jefferson, caminando a la antesala—¿Bien y tú? —respondíAkira se quedó callado como si no hubiera escuchado. Su actitud hacia todo el mundo ha sido así durante estos meses.—Bien, ¿Podemos hablar, lisa? —me hizo seña para salir de la salaMe levanté y caminé junto a él al estudio—Lisa, tengo buenas noticias.—¿Qué podría ser?—Tengo a la hija de K
Akira estaba más tranquilo, amanecimos juntos lo que hace tiempo no habíamos podido hacer. Me quedé un rato mirándolo dormir, hasta que escuché a Kaori llorar. Me levanté lentamente de la cama para no despertarlo. Tal parece que le hacía falta esto tanto como a mí, ni siquiera despertó.Salí de la habitación para atender a Kaori, a lo que, al rato de haber salido, Akira entró al cuarto. Es como si estuviera conectado a mí, siempre despierta cuando salgo de la cama. Caminó a donde Kaori y la besó en la frente.—¿Cómo amaneció la princesa de la casa? —la ternura con la que le hablaba me hizo sonreír. No quise interrumpir su conversación con ella, así que salí de la habitación para arreglarme.Regresé a la habitación y me di un baño; luego bajé a pre
—¿Qué es lo que quieren? ¡Dejen ir a mi hija! — gritó Kaiza.—Mira a quién tenemos aquí. Hasta que por fin volvemos a vernos—dijo Akira.—¿Cómo es que tú estás...?—¿Vivo?—Es imposible.—¿Estabas celebrando mi muerte, Kaiza? Eso es cruel de tu parte.—¡Maldito seas!—Hay un dicho muy famoso: Mala hierba nunca muere. ¿Por qué estás molesto? Se supone que quien esté molesto sea yo, ¿No te parece?—Arreglemos esto como hombres— sugirió y Akira rio.—¿Así como nos mandaste a matar? No sabía que así se arreglaban los problemas como hombre, Kaiza.—Deja ir a mi hija.—¿Debería?
Entré a la habitación junto a Akira, aún no sé por qué me quedo aquí.—¿Cómo te sientes con el trato, señorita? — preguntó Akira.—Te haré pagar por esto, Akira.—No pudiste ayudar a tu hija, ¿Qué clase de padre eres? ¿La escuchas? Te está pidiendo ayuda— rio—Eres un hijo de puta, me las pagarás.—Ya pagué mis deudas, ahora te toca a ti pagar las tuyas.—Suéltame, yo mismo te mataré.—Está bien, acepto el reto. Suéltalo—soltaron a Kaiza —. Me pregunto, ¿Qué puede hacer un viejo como tú contra mí? —Kaiza tiró varios golpes, pero Akira los esquivó —. ¿Eso es todo lo que tienes? —la furia de Kaiza era cada vez más
Llegamos a un lugar donde nunca habíamos venido. Akira me llevó aguantándome del brazo. Me molesta que para resolver las cosas actúe así.—Sr. Akira, ¿Qué le ha pasado? ¿Está herido? — preguntó, un hombre desconocido—No, dame las llaves del apartamento.—Si, señor. No sabía que venía acompañado—el hombre me miró y sonrió amablemente—¿Qué es lo que miras, pendejo? ¿Quieres que te saque los ojos?—Lo siento, señor— bajó la cabezaAkira me llevó del brazo al lugar.—¿Qué es lo que te pasa? ¿No sabes tratar a la gente?—¿Te gustó el pendejo ese?—¿Eres estúpido?—En este lugar vamos a po