Al día siguiente pasé toda la noche pensando en qué podría regalarle. Él tiene dinero para comprarse lo que quiera. No sé qué podría hacerle falta. Tengo que buscar una manera de poder salir de la casa y comprar su regalo, pero no ha salido ni a la oficina. Pensé en una buena excusa, pero lo más seguro quiera acompañarme y si lo hace no podré hacer lo que quiero.
—Akira, ¿Puedo ir con mi mamá?—¿Por qué no vamos luego?—Es que mi madre necesita comprar unas cosas y quiere que le acompañe— intenté no mostrar mis nervios.—¿Por qué no ha ido ella con Jefferson? — tengo que pensar en algo pronto.—Porque son cosas de mujeres— puedo asegurar que no me creyó ni una sola palabra.—Te acompañaré a la cAkira nos miró sorprendido y no sabía distinguir si estaba feliz, o estaba molesto.Por un mínimo segundo su rostro se vio afligido, pero lo cambio rápido. No sé si fui la única que lo pudo notar. Akira comenzó a reír.—¿Así que este era el secreto que tenían guardado? Son pésimos para mentir. Debieron ver sus caras —Supongo que después de todo no se molestó, pero ¿Qué fue esa expresión que hizo hace un momento? No quiero pensar en eso. Me acerqué a Akira para que pidiera un deseo antes de apagar las velas. Akira no paraba de mirarme, su mirada me hacía sentir un poco avergonzada. Cerró sus ojos y pidió un deseo, para luego soplar las velas. Me pregunto ¿qué habrá pedido?—¿Por qué no lo servimos? — sugirió mi madre.
Estuvimos jugando con el gatito por un rato, Akira estuvo más tranquilo. Nos quedamos pensando en un nombre y decidimos que sería Aoi. Se veía muy contento el gatito con ese nombre.—Ya está decidido, será Aoi—dijo Akira acariciándolo.—Es un hermoso nombre— es más compatible por su color de ojos, son igual de azules a los de Akira.—¿Por qué no te arreglas muy hermosa para esta noche?—Está bien. Ya mismo regreso—subí a la habitación.Busqué un traje negro que nunca lo había usado. Ya que es una cena, no creo que tenga que ir como si fuera para una gala. El traje no era tan sencillo, pero tampoco tan cargado. Considero que era perfecto para la ocasión. Me bañé y me maquillé. Akira no había subido a la habitación, supongo que debe estar en
—¿Sabes qué es lo peor? Que todo este tiempo, aún luego de lo que pasó, sigo siendo egoísta. No quiero hacerte daño ni obligarte a estar a mi lado, pero al imaginarte lejos, hace que quiera amarrarte y no dejarte ir. Una parte de mi quiere tu felicidad, pero la otra quiere destruirte. He querido ser alguien diferente, pero mi maldito deseo me consume y ha podido muchas veces más que yo. Ese día que te conocí, me sentí bien atraído por tu cuerpo y tu actitud. Mis ganas de verte arrodillada ante mí eran muchas. Pude ver ese día en ti, la actitud que a mí me faltaba. Quería hacerte sufrir, sentía la necesidad de torturarte. Mis intenciones jamás fueron buenas en ese momento. Las ganas de tenerte, así fuera a la fuerza, podían más que yo. Aun sabiendo que estaba mal, que no debía hacerlo, lo hice. Luego de haberte hecho eso, me sent&iac
No puedo pensar en nada más. Me siento más culpable sabiendo todo esto. Escucharlo de mi padre no dolió tanto, a cómo duele escucharlo directamente de él. Quisiera ser positiva y poder aceptar esto, pero no sé si pueda. No quiero dejarlo, pero me lastima saber eso. Voy a tener un hijo con él y no quiero alejarlo. Quisiera que tenga la oportunidad de ver a su hijo crecer, pero ¿qué hago con esta culpa? Mi hermana está viva luego de tanto tiempo que la creí muerta. Saber que está siendo vendida y sufriendo, y que fue por Akira me duele. Estoy consciente que según él la está buscando, pero eso no cambia las cosas. ¿Cómo pudo mi padre hacer esto?Akira me ocultó algo tan importante. La razón por la que lo haya hecho no importa, pero lo hizo. Quisiera poder perdonarlo y aceptar que ha cambiado, pero no sé si pueda. Quisiera olvidar todo
Desperté ante la sensación del beso de Akira.—Akira…—¿Tomaste una decisión? —su expresión aún lucía algo triste—Me quedaré, pero no vuelvas a ocultarme algo así.—Perdóname, no lo volveré a hacer.—Por favor, recupera a mi hermana, es lo único que te pido.—Te juro que lo haré, lisa—su cálida mano acarició mi mejilla—Sé que no debería preguntarte, pero quiero saber. ¿Qué harás con la venganza contra tu padre? Sería muy arriesgado para ti.—Lisa, no tienes que preocuparte por eso. Ya no me importa nada más que estar contigo y nuestro bebé.—¿De verdad? No quiero que te pase nada.—Solo recuperaré a tu h
—Señora, si tiene algún dolor o alguna molestia venga de inmediato. Está a finales de su embarazo, ahora presentará algunas molestias, pero serán leves.—Gracias, doctor. Ha sido de gran ayuda. No sabe lo feliz y agradecidos que estamos con usted.—Ahora más que nunca debe cuidarla más, Sr. Akira. —el doctor miró fijamente a Akira, dejándome escapar una carcajada, a lo que Akira se avergonzó—Será mejor que nos vayamos. Gracias por todo, doctor. —dijo Akira, ayudándome a levantar de la camillaSalimos de la oficina y nos dirigimos al auto.—Akira, mi mamá cumpleaños mañana. ¿Será que podemos visitarla?—Eso no se pregunta, corderito —Akira me abrió la puerta del auto y me ayudó a sentarme en el asiento.Al cer
—¿No sabe qué pudo causarles esto, Mr. Jefferson?—Necesitamos esperar hasta que uno de los dos despierte para saber lo que ocurrió. Algo no me cuadra en todo esto. Estoy casi seguro de que alguien lo provocó. Akira jamás había tenido un accidente y mucho menos de auto. Solo espero que pueda recuperarse para que ese bebé pueda conocer a su padre y estar con su mamá.—Dios mío, ¿Cómo pudo pasar esto? ¿Quién podría ser capaz de algo así?—Toda la gente alrededor nuestro son capaces de eso y más, señora. Ahora más que nunca hay que protegerlos a los dos. Los sacaré de este hospital lo más rápido posible. Si fue algo provocado estoy seguro de que los buscarán para rematarlos. La vida de ambos corre peligro.—Por Dios, no me diga eso.
—Lisa, necesito que me digas que fue lo que ocurrió — me pidió Mr. Jefferson—Estábamos en la cita del ginecólogo y al salir de ahí nos dirigimos al auto, había tres hombres que intentaron atacar a Akira. Los tres tenían una cuchilla con la que intentaron matarlo, pero él se defendió y pudo esquivar cualquier ataque. No me dejó salir del auto mientras hacía todo eso. Logró herir a dos de ellos y los dejó en el suelo, mientras nos fuimos del lugar. Akira pensó que fueron los hombres de su padre.—Entonces, ¿Akira te contó esa historia?—Sí, me contó todo su pasado.—No pensé que él lo haría. ¿Qué más pasó?—Akira estaba comentando sobre eso y su semblante cambió al darse cuenta de que al auto no le f