Me levanté de la cama y me dirigí al baño, me quedé mirándome en el espejo y toqué mi cuello. ¿Por qué tiene que doler tanto? ¿Por qué tengo que sentirme tan vacía? Sentía ganas de llorar, pero evité hacerlo. Estoy cansada de llorar, no quiero vivir así más. Me he convertido en una cualquiera. Acabo de amanecer en la cama de otro hombre, y por decisión propia.
Me bañé y me puse el mismo traje de anoche para irme a la casa. No quería estar más ahí. Siempre termino arrepintiéndome de las cosas que hago. Me dejé llevar por el momento y he caído otra vez.Cuando salí del baño, me encontré con Kanji.—Buenos días — le dije, no podía mirarlo a la cara. Estoy segura que se dio cuenta de lo disgustada que me sentía, pero él no—Tu no puedes estar hablando en serio, Kaori— sentí un pequeño desbalance y tuve que llevar mi mano a la cabeza, un dolor en el pecho y un escalofrío me invadió—. Esto es horrible, Kaori. Si es una broma, es de muy mal gusto. Dime qué es una broma— la agarré por ambos hombros.—No, mamá, no es una broma.—Tu no conoces a tu padre, si él se entera de esto, Dios mío. Tienes que abortarlo, Kaori.—Jamás abortaría a mi bebé, ¿Qué es lo qué te pasa, mamá?— me empujó.—Lin, ¡Baja del maldito cuarto ahora!— grité con todas mis fuerzas. Kanji trató de salir para dejarnos el espacio, pero no quería que se fuera—. No te vayas, Kanji.—Esta bien— se quedó parado al lado de la puerta.Lin ba
Akira—¿Querías verme? Aquí me tienes, perrita— le dije a Hisa.—¿Por qué tienes a todos estos hombres aquí metidos, y por qué me tratas así, Akira?— estaba temblando del miedo.—Una pregunta a la vez, perra. Creo que ya no voy a necesitar de tus servicios.—¿De qué estás hablando?—Si hubieras hecho caso y no hubieras venido por aquí, no tendría que hacer esto, pero eres demasiado imprudente.—¿Qué estás diciendo? Yo solo vine a enfrentarte porque me estabas mintiendo.—Acabas de hacer mierda mis planes por esa estupidez que acabas de hacer; podías haber esperado a que regresara, pero preferiste hacer lo que se te dio la gana.—¿Qué te pasa, Akira? Tu no eres así.&mdash
Lisa—No sé que se va hacer, Kanji. No encuentro una forma de hacer las cosas más fáciles.—Lo mejor es sacarlos del país ya.—De ser así, tengo que irme con ellos.—Imposible.—Yo no puedo dejarlos solos.—Lisa, entiendo tu preocupación, pero si te vas también, Akira va sospechar más rápido. Incluso puede pensar que estás huyendo de él. Tienes que llamar su atención de alguna forma, él está sumamente enamorado de ti y eso facilita las cosas.—¿Y si pregunta qué se supone que le diga?—Aún no sé, lisa. Yo tengo el Jet a disposición, solo sería escoger el lugar a dónde llevarlos.—Dios mío, ¿Por qué tiene que estar pasando esto?—Re
No sé qué mierdas hacer. Si acepto esto lo tendré encima todo el maldito tiempo, si me niego puede hacerle daño al bebé o hasta descubrir lo de Kaori y Lin. Estoy segura que debe estar sospechando de que algo raro está pasando. Kanji dijo que tenía que llamar su atención de alguna manera, pero tener que cuidar a su hijo con otra mujer, es un maldito descaro.—No tenemos que llegar a estos extremos. Lo cuidaré solo por unos días, pero tan pronto consigas una niñera, te lo llevas. No voy a cuidar de un bebé que no es mío, y que fue producto de tu infidelidad.—Buena chica— Akira bajó el arma y la guardó en su pantalón. Jamás me había sentido tan humillada.Me acerqué lentamente a él y cogí al bebé.—Te ves tan hermosa cargando a nuestro bebé.
—Lin, yo acepté hacerme cargo de este bebé por unos días.—¿Ese bebé es hijo de Akira y esa mujer?— no sabía cómo admitirlo, se me quería caer la cara de la vergüenza. Bajé la cabeza al sentirme tan presionada—. Tiene que ser un maldito descarado para hacerte esto, ¿Cómo se atreve? Deberías deshacerte de ese bebé, mamá.—¿Cómo te atreves a decir algo así, Lin?—Yo puedo hacerlo, mamá— Lin se acercó a mí y retrocedí. ¿Cómo se atreve a decir algo como eso?—¿Estás demente? No te acerques o no respondo, Lin. Ya te estás pareciendo a Akira.—¿Por qué te cuesta tanto, mamá? Es un bebé que ni siquiera es tuyo. Es de un hombre que te abandonó por otra, y
—No podemos ir directo al aeropuerto— comentó Kanji.—¿Y si no son los hombres de Akira?— preguntó Lin.—Akira no sería tan obvio— añadí.—Tienes razón. James, prepárate—le dijo Kanji.—Entendido, señor.Dios mío, yo no quiero arrastrar a mis hijos a presenciar estas cosas.—¿Qué van hacer, mamá?—me preguntó Kaori.—Kanji, por favor. Tengan cuidado— le pedí.—No te preocupes, ys estoy acostumbrado a esto. Será muy rápido— miró a Kaori y me hizo seña para que la tapara, así que llevé la cabeza de Kaori a mi pecho.—Quedémonos así mientras esto pasa, mi amor. Todo estará bien, ya escuchaste a Kanji— le di
Lisa—James, será mejor que te encargues de esto y nosotros sigamos al aeropuerto— le pedí.—Yo me encargo, Srta. Leiko. Tenga mucho cuidado, y si me necesita no dude en llamarme.—Gracias, James.Kanji y yo nos subimos al auto. Kaori y Lin se fueron en el asiento de atrás, estaban en silencio y se veían algo distante. No encontraba qué decirle a Kaori. Estan pasando muchas situaciones en este momento, y que ella también se vea arrastrada a esto, no me agrada para nada. Me hace sentir mal todo lo que está diciendo, porque en parte es mi culpa. Si me hubiera dado cuenta de lo que Akira estaba haciendo con él desde pequeño, hubiera podido evitar que se convirtiera en esto. Lo hizo convertirse en un monstruo como él. No culpó a Lin, pues se crió pensando que la forma de cuidar a su familia era esta. Akira y yo hemos sido mal eje
—Eres un descarado. ¿Ahora dirás que no es tu hijo? Que mal padre eres.—No me hagas perder la poca paciencia que tengo, mi corderito. Tu necedad te va a llevar a provocarme.—No soporto que seas un infeliz. ¿Has visto la cara de ese niño, y sus ojos? ¿Aún te cuesta creerlo?— Akira suspiró molestó y sonrió.—No tienes que recordarme que el mocoso se parece a mí, es una puta molestia.—No puedo creer que estés hablando de un bebé así— traté de caminar a la cama con el niño, pero Akira me jaló el brazo.—Ese mocoso no es mi hijo, es el hijo de mi hermano.—¿Qué dijiste? ¿Tienes secuestrado a este bebé?—¿Ahora entiendes la situación, preciosa?—Eso no puede ser ciert