Nos quedamos en el auto por un rato en silencio y luego regresamos a la casa, no quería preocupar a Kaori, pero tampoco quería hablar el tema con ella ahora. No estaba en condiciones, y tenía que calmarme para poder enfrentarla. Según llegamos a la casa, habían llegado los hombres de Kanji y estaban esperándome.
—¿Srta. Tsukino?— me preguntó un hombre alto y musculoso, con una voz gruesa. Parecía una máquina, por Dios.—¿Los envió Kanji?— le pregunté para estar segura.—Sí, señorita.—Pueden llamarme Leiko, me haría sentir mas cómoda.—Así será, Srta. Leiko. Mi nombre es James, será un placer servirle.—Gracias, es un placer conocerlo. Debe ser el encargado de los demás, ¿Cierto? Necesitaré de usted.No creo que haya tomado la decisión correcta en haberle declarado la guerra Akira, pero no puedo dejarme amedrentar por sus amenazas, o será peor quitármelo de encima. Debo aprender a ser firme en mis decisiones. Ya la relación se acabó y tengo que aceptarlo de una vez, y continuar mi vida, no quiero seguir estancada en lo mismo. Quien esta perdiendo en este momento es él; ya que no puedo cambiar mi pasado, tengo que aprender a sobrevivir en el presente. Akira continuará sus ataques, siempre ha sido un hombre persistente, y sé que no va a cambiar de opinión hasta tratar de obligarme a hacer su voluntad. No estoy dispuesta a ceder, si lo hago una sola vez, ese demonio me arrastrará con él al infierno, y es algo de lo que no le daré el gusto. Odio tener que estar en guerra, no puedo negar que siento algo de miedo, porque sé que no tendrá lastima de mi. Nunca la ha tenido con nadie, &iques
El corazón se me rompió en mil pedazos otra vez. Por más que trataba de no sentirme mal o que me doliera, era imposible. Muy en el fondo me quema, me es doloroso darme cuenta de las cosas. Ya ves como es el destino, me pone las fichas en el camino para que no siga siendo engañada. Tengo que ser agradecida.—Es un bebé muy hermoso — sonreí como si nada estuviera pasando.—¿Quiere sujetarlo?—No, nunca he sujetado un bebé y no quiero pasar un susto — y tampoco quiero hacerlo...—Lo siento. ¿Qué día puedo buscar al Sr. Akira?—Hay una presentación esta tarde a la cual él tiene que asistir, sería bueno que usted también se presente, así puede calmar a Akira.—¿Calmarlo?—Eres su mujer, ¿no?—¿C&
—Solo quieres usarme como te da la gana. Yo no soy un juguete, Akira.—Lo eres, y solo mía.—¿Solo quieres acostarte conmigo? ¿Eso acabaría con tu maldita obsesión de una vez?—¿Te crees que solamente quiero eso contigo? Si fuera solo eso, hace mucho estarías muerta.—Si no te lleno tanto, ¿Para qué me quieres?—Sabes muy bien para que te quiero.—No, no lo sé.—Te quiero toda para mí, eso quiero. ¿Te cuesta tanto entenderlo?—Al que le cuesta entenderlo es a ti. No voy a volver contigo, entiéndelo de una vez.—Maldita seas, eres tan necia— me empujó a la pared para besarme a la fuerza. Antes que pudiera actuar yo, Kanji abrió la puerta que da a las escaleras, y le apuntó con el arma a Akira.<
Me levanté de la cama y me dirigí al baño, me quedé mirándome en el espejo y toqué mi cuello. ¿Por qué tiene que doler tanto? ¿Por qué tengo que sentirme tan vacía? Sentía ganas de llorar, pero evité hacerlo. Estoy cansada de llorar, no quiero vivir así más. Me he convertido en una cualquiera. Acabo de amanecer en la cama de otro hombre, y por decisión propia.Me bañé y me puse el mismo traje de anoche para irme a la casa. No quería estar más ahí. Siempre termino arrepintiéndome de las cosas que hago. Me dejé llevar por el momento y he caído otra vez.Cuando salí del baño, me encontré con Kanji.—Buenos días — le dije, no podía mirarlo a la cara. Estoy segura que se dio cuenta de lo disgustada que me sentía, pero él no
—Tu no puedes estar hablando en serio, Kaori— sentí un pequeño desbalance y tuve que llevar mi mano a la cabeza, un dolor en el pecho y un escalofrío me invadió—. Esto es horrible, Kaori. Si es una broma, es de muy mal gusto. Dime qué es una broma— la agarré por ambos hombros.—No, mamá, no es una broma.—Tu no conoces a tu padre, si él se entera de esto, Dios mío. Tienes que abortarlo, Kaori.—Jamás abortaría a mi bebé, ¿Qué es lo qué te pasa, mamá?— me empujó.—Lin, ¡Baja del maldito cuarto ahora!— grité con todas mis fuerzas. Kanji trató de salir para dejarnos el espacio, pero no quería que se fuera—. No te vayas, Kanji.—Esta bien— se quedó parado al lado de la puerta.Lin ba
Akira—¿Querías verme? Aquí me tienes, perrita— le dije a Hisa.—¿Por qué tienes a todos estos hombres aquí metidos, y por qué me tratas así, Akira?— estaba temblando del miedo.—Una pregunta a la vez, perra. Creo que ya no voy a necesitar de tus servicios.—¿De qué estás hablando?—Si hubieras hecho caso y no hubieras venido por aquí, no tendría que hacer esto, pero eres demasiado imprudente.—¿Qué estás diciendo? Yo solo vine a enfrentarte porque me estabas mintiendo.—Acabas de hacer mierda mis planes por esa estupidez que acabas de hacer; podías haber esperado a que regresara, pero preferiste hacer lo que se te dio la gana.—¿Qué te pasa, Akira? Tu no eres así.&mdash
Lisa—No sé que se va hacer, Kanji. No encuentro una forma de hacer las cosas más fáciles.—Lo mejor es sacarlos del país ya.—De ser así, tengo que irme con ellos.—Imposible.—Yo no puedo dejarlos solos.—Lisa, entiendo tu preocupación, pero si te vas también, Akira va sospechar más rápido. Incluso puede pensar que estás huyendo de él. Tienes que llamar su atención de alguna forma, él está sumamente enamorado de ti y eso facilita las cosas.—¿Y si pregunta qué se supone que le diga?—Aún no sé, lisa. Yo tengo el Jet a disposición, solo sería escoger el lugar a dónde llevarlos.—Dios mío, ¿Por qué tiene que estar pasando esto?—Re
No sé qué mierdas hacer. Si acepto esto lo tendré encima todo el maldito tiempo, si me niego puede hacerle daño al bebé o hasta descubrir lo de Kaori y Lin. Estoy segura que debe estar sospechando de que algo raro está pasando. Kanji dijo que tenía que llamar su atención de alguna manera, pero tener que cuidar a su hijo con otra mujer, es un maldito descaro.—No tenemos que llegar a estos extremos. Lo cuidaré solo por unos días, pero tan pronto consigas una niñera, te lo llevas. No voy a cuidar de un bebé que no es mío, y que fue producto de tu infidelidad.—Buena chica— Akira bajó el arma y la guardó en su pantalón. Jamás me había sentido tan humillada.Me acerqué lentamente a él y cogí al bebé.—Te ves tan hermosa cargando a nuestro bebé.