Lisa
Nos dirigimos al Jet y tomé asiento.—¿Ya no sientes miedo?—Para nada, supongo que ha sido gracias a ti, Akira.—¿Sabías que 2 de cada 10 aviones sufren fallas durante el viaje? — burló.—¿Acaso intentas asustarme? Si es así, ya lo lograste.—Ven con papi entonces.—¿Esas eran tus sucias intenciones? —fruncí el ceño.—Debes compensarme por haberme obligado a cancelar nuestras vacaciones para ir de nuevo a tu casa, además no creo que haya sido una buena idea. No han encontrado a Carter todavía y estaremos en alto riesgo.—Nunca me has dicho qué tipo de persona es Kanji.—Si tanto quieres saber, te diré. Él, al igual que su padre, solamente le importa el negocio; y por cuidar del negEscuchar la voz de Kanji al otro lado del teléfono, hizo que por mi espalda recorriera un ligero escalofrío. Sin duda era su voz, pero ¿Qué podría querer él de mí? ¿Y cómo supo de este teléfono?—¿Debo llamarte Kyomi o prefieres que sea Lisa? — me quedé en silencio—. ¿Sorprendida? — usó un tono sarcástico, lo que me causó algo de miedo.—Sí, jamás esperé que me llamases.—Tengo mucho que platicar contigo, en especial de tu querido padre.—¿Qué le hiciste a mi padre? — pregunté asustada.—Aún nada.—Déjame explicarte lo que pasó.—¿Explicarme?—Jamás quise hacerte lo que te hice. Te juro que jamás le habría hech
La persona que tenía frente a mí ya no era la misma que conocí. Sus mirada llena de odio, me producía miedo. No sé si pueda esperar algo bueno de esto.—¿Dónde está mi papá? —pregunté directamente.Sin responderme, se acercó metiendo sus manos en los bolsillos.—¿Te acuerdas de este lugar? — miró los alrededores.—Sí, me acuerdo, pero te hice una pregunta.—Solíamos venir aquí junto a Aomi. Pasaron muchos cosas, ¿No es así?—¿Y por qué piensas en eso ahora?—Quise que vinieras para recordártelo, ya que no creo que después de hoy, puedas ver la luz del día.—¿Qué planeas hacer? —mi cuerpo no paraba de temblar.—Muchas cosas.
LisaLlegamos a nuestro destino; un lugar completamente alejado de todo. No se podía ver nada más que árboles y un edificio que parecía estar abandonado. En este lugar jamás nadie me encontraría. No podía aguantar mis lágrimas, el miedo y el desespero de salir de aquí.—¿Qué es este lugar? — le pregunté, mi voz estaba temblorosa.—Será tu nuevo hogar de ahora en adelante. Espero te sientas cómoda—dijo en un tono sarcástico.—Por favor, déjame ir— le supliqué en lágrimas, y me encaró.—Deberías guardar silencio y esa súplica hacerla cuando te las pida, ahora no es entretenido—agarró mi brazo fuertemente, haciéndome bajar del auto.Me sujetaba con tanta fuerza, que mi brazo dolía.
Al colgar la llamada, Kanji me miró y le ordenó a sus hombres a salir de la habitación.—¿Por qué no jugamos otro juego? —su mirada solo emitía un gran desprecio y odio hacia mí.Si este tipo de juegos continúa, me terminará matando.—Detente, ¡por favor! —mientras suplicaba, él se dirigió a la caja de metal que estaba en el suelo.Cuando la fue abriendo, comenzó a sacar varios tipos de bisturí colocándolos en orden en el suelo. Mi cuerpo sintió un ligero escalofrío. No sé lo que planea hacer con eso y no podía parar de temblar.—¿Qué vas a hacer con eso? — le pregunté nerviosa.—Dije que íbamos a jugar, ¿No es así?—¿Qué vas a cortar con eso?&mdas
No sé cuánto tiempo ha pasado desde que Kanji se fue, ni siquiera sé si es de día o de noche. El pasar del tiempo en esa habitación parecía eterno. Mi estómago dolía, he pasado largo tiempo sin comer nada. Necesito alimentarme bien por mi bebé. Si las cosas siguen como van, mi bebé no va a resistir más. Tengo que ser fuerte. Pensando en esto, escuché el sonido de la puerta al abrirse. Un chillido tan fuerte, que me hacía sentir escalofríos por todo el cuerpo. Vi la silueta de Kanji acercándose a donde mí, lo que me causó mucho miedo el no saber qué hará ahora.—¿Estás despierta? — derramó un vaso de agua fría por encima de mí y puso un pequeño plato en el suelo.—Debes tener mucha hambre, ¿Cierto? Puedes comer.—No puedo.—
—Déjame ir, por favor— supliqué en llanto para que me soltara, pero él solo reía más.Acercó la jeringuilla a mi parte baja e intenté forcejear para cerrar mis piernas, pero él las sujetó fuertemente. No tenía mucha fuerza luego de tanto. Sentí una sensación de calor incomoda y asquerosa en mi ano.—¿Qué haces? ¡No, por favor! ¡Suéltame! — forcejeaba para bajarme de la mesa, pero todo era en vano.Mis manos atadas y sus manos sujetando mis piernas, me impedían poder moverme.—No te preocupes, ya terminé —al instante que quitó a un lado la jeringuilla, sentí un malestar fuerte en mi estómago.Tenía deseos de ir al baño y me sentía desesperada.—Necesito ir al baño— le pedí, in
Al pasar el tiempo, entre pesadillas y sueños horribles, pude sentir que me faltaba el aire, lo que me hizo despertar de una pesadilla para ir a otra. Kanji estaba agarrando fuertemente mi cuello, no podía respirar e intenté moverme de lado a lado para que me soltara, pero era imposible.—¿Cómo te atreviste a dormir luego de lo de anoche? Eso es descortés de tu parte— soltó mi cuello.Buscaba la manera de respirar, me sentía muy agitada. Despertar de esa manera es lo peor.—Aún no he terminado contigo, esta noche continuaremos con nuestro juego y, alguien más se va a unir a nosotros —rio.—¿Akira? — pregunté agitada.—Es un secreto—me hizo un guiño—. Come, te necesito con mucha energía para el próximo escenario que tengo preparado—diciendo esto, coloc&oacut
Akira—Tenemos a la hija del Sr. Kaiza. La llevamos a la bóveda, señor.—Le haré una llamada a Kaiza, pendiente a mis órdenes. Mantengan a la chica vigilada. Si esto sale mal, estaremos en una guerra con todos. Prepárate, Keita.—Sí, señor.—Tanto tiempo sin escuchar de ti, Kaiza.—¿Quién eres?—Alguien que quiere una información valiosa del Sr. Carter. ¿Estarás dispuesto a decirme lo que sabes?—¿Eres pendejo? Pierdes tu tiempo conmigo.—Tú me lo estás haciendo perder a mí, ¿Estás dispuesto a pagar el precio por tu silencio?—No sé quién eres, pero no me gustan las amenazas. Quien quiera que seas, te buscaré, pendejo.—Cuelga la llama