Mi nombre es Amanda Castro, tengo 24 años de edad. Mi vida ha sido un poco diferente a la vida de una chica de mi edad, ya que soy el sustento, quién lleva las obligaciones y responsabilidades de mi hogar. Mi madre está enferma de los huesos y tiene un niño pequeño, a quien he cuidado y he tenido a mi cargo, después que mi padrastro decidio salir huyendo para evadir responsabilidades. Estudié derecho y Administración, solo que por las responsabilidades que tenía a mi cargo en ese momento, no pude dedicar el tiempo que exigía adquirir experiencia. Lo intente, solo que no obtuve la oportunidad y por esto era rechazada. Así que de inmediato recurrí a trabajos rápidos pero honrados, para poder llevar el pan a la mesa.Con el tiempo gracias a una amiga de la universidad, entramos a una prestigiosa empresa Automotriz como secretarias. Yo estába feliz ya que también me ofrecieron la oportunidad de ejercer mi profesión más adelante. Y lo más importante para mi en ese momento era el elevado pag
Ese día Amanda se sentía sumamente feliz, aunque no había obtenido experiencia ya que no le habían brindado la oportunidad. Sus conocimientos dieron frutos, estaba orgullosa de su gran avance, decidida a seguir aprendiendo sin pensar en retroceder. — Amanda, los jefes están muy contentos con tu trabajo, ojalá te den ese puesto, lo merece por tus conocimientos y el trabajo realizado recientemente. — Mucha gracias Yuli pero no creo que nos hayan tomado en cuenta. — No coloques la duda delante amiga, eres brillante y pronto los jefes se darán cuenta. Resolviste en unos días lo que otra persona se había tomado mucho más tiempo. En ese momento ella ve a Carlos salir de su oficina y quedo flechada. Un hombre alto e imponente, cabello y ojos claros, unos labios que robaron su atención por completo y ese aire imponente que lo hacía interesante, "más interesante aún". En ese momento se quedo admirando aquel hombre, lo que no imagino es que él también la observa, sus miradas se encontraron
Esa noche Amanda se dirige a contarle la buena noticia a su madre. Ambas celebraron. Ella estaba segura que todo empezó a salir bien y estabas dispuesta a dar lo mejor por su familia para poder seguir adelante. — Enano tengo una buena noticia. El próximo lunes buscaremos un colegio para que puedas empezar a estudiar ¿que dices? — ¡Yupi! estoy contento, iré a la escuela como todos los niños. — Salta de emoción el pequeño Gabriel. — ¡Así es! Yo seguiré haciendo lo posible para que tú y mi madre estén más que bien. Él corre a sus brazos y con un fuerte abrazo le agradece. — Gracias hermana, eres la mejor del mundo mundial. — ¡Qué felicidad hija! si podrás comprarme mis medicamentos, ahora estaremos mejor, veo que siempre te atormenta ese detalle.— Así es madre, creo que la luz del sol a empezado a iluminar a nuestro favor y debemos aprovechar la oportunidad que se ha presentado. Ellas son escasas y no la pienso dejar escapar, prometo seguir siendo la mejor, solo por ustedes, ya que
Muy rápido llegó la hora de aquella cita, ella se encontraba nerviosa, no sabía de qué se trataba pero si sabía que iba a disfrutar la noche acompañada de un muy elegante caballero. Vistió un traje rosa entallado al cuerpo, resaltaba su figura y sus grandes caderas, rocío una suave fragancia y soltó su cabellera. Minutos más tarde escucho las bocinas de un carro afuera. — Amanda creo que ha llegado tu jefe.— cuando su madre la mira se quedó con los ojos bastante grandes, ya que no había visto a su hija tan entusiasmada. — Por Dios hija dime la verdad, ¿está saliendo con este hombre? ¿ por eso tus puestos? — No, claro que no madre, él se a vuelto muy cercano a mi, acepte esta cena solo por agradecimiento, después que yo con esfuerzo logré mis puestos en aquella empresa. Él esta noche solo quiere proponerme algo, imagino que será parecido a lo que ya hice por él y como lo hice bien está confiando en mí nuevamente. ¿Te parece malo? — Necesito que abra los ojos, esos hombres ricos y pod
Ellos entraron al restaurante y cenaron, ambos decidieron no seguir hablando sobre el tema, ya que Carlos sentía cierta incomodidad en el rostro de Amanda. Cenaron y pasaron una noche normal, de jefe y empleada. Él luego procede a llevarla hasta su casa. — ¡Buenas noche Amanda! — Lo del beso...no.. — ¡Shhh! no quiero que te sientas obligada con nada, y te pido una disculpa por el beso. — ¡Ah no! No me digas que ahora te quieres retractar. "Tenemos un acuerdo" — Yo mantengo mi palabra, mañana inicio el proceso del contrato y la búsqueda de las casas como te lo propuse. Ellos se dieron la mano y se despidieron teniendo un acuerdo de palabras, que pronto sería firmado y llevado a cabo. — ¡Madre, pensé que dormías! — La vecina me llevó a ver el doctor, hice una crisis después de tu partida. — ¿Que, como te sientes ahora? ¿por que no me llamaron? — ¡Ay hija! No quiero seguir siendo una carga, has desperdiciado tu juventud, solo por ayudarme, y eso no es justo. — Para esto soy tu
¡Ring, Ring, Ring! — ¡Hello! — Recoge tus cosas Amanda Te espero en el estacionamiento. — Pensé que ya te habías olvidado de mí y habías faltado a tu palabra. — Cómo debes saber, he estado fuera de la empresa, he tenido algunos asuntos familiares, cosas que al parecer se me quiere salir de las manos, pero yo nunca faltó a mi palabra señorita. Hoy iniciamos a cumplirla. Ella enseguida ordena su oficina y baja las escaleras para encontrarse con él. Se sube al auto y juntos se manchan. Él la lleva a un vecindario, parecía de clase media, todo estaba muy hermoso, tenía supermercado, su propio parque, y todo se veía muy diferente a dónde ella vivía; eso llamaba su atención ya que era de su total agrado. No pasó mucho rato cuando él se detuvo en una casa. Esta tenía un jardín hermoso, la entrada era muy bonita para el gusto de Amanda, los colores, la estructura, todo era perfecto para sus ojos. Ella queda deslumbrada con aquel lugar, una brisa suave muy rápido acaricia su rostro, sint
Pasa rápido más de un mes y Carlos no vuelve hacer contacto con Amanda, Él sigue envuelto en su trabajo y buscando la manera de hacer que el doctor la hiciera quedar embarazada lo más pronto posible. Cuando se dirige a ella solo lo hace en forma de jefe, dejándole muy claro que solo estuvieron juntos por qué ella así lo quiso y él estaba atravesando un momento difícil. — ¡Buenos días Amanda! tienes ojeras ¿Te sientes bien? — Hace unos días me comí algo y no me ha caído bien, ahora siento mucho dolor en mi estómago y siento unas nauseas horribles. — Te ves bastante mal, trataré de ayudarte todo lo que más pueda el día de hoy. Te juro que si tuvieras novio o esposo dijera que está embarazada. — ¿¡Embarazada!? — En ese momento Amanda escuchando esas palabras le llegó la mente que podría ser posible, ya que aunque fue solo una vez, siendo ella novata, no sé protegieron aquella tarde en su casa. ¡Tock, Tock, Tock! — Señorita Amanda, el señor Andrews desea verla y la espera en su ofic
Entre lágrimas, dolor, tristeza, y culpa Amanda llegó al fin de su embarazo; ese día en la empresa comenzaron fuerte sus dolores de parto. llamaron a emergencias y pronto llegó una ambulancia, se la llevó a toda velocidad. La doctora que siempre estuvo a su cuidado, de inmediato la recibió para atenderla. Carlos disimuladamente junto a su esposa se presentó en el hospital poco después. — ¡Bueno días! enfermera ¿donde llevaron a la señora Amanda? Ella llegó con dolores fuertes, la ambulancia la traslado a este lugar.— ¡Buen día! La tienen en sala de parto, ella llegó con mucha dilatación y muy pronto tendrá a su bebé. — Por fin un dolor de cabeza menos en mi vida, estoy feliz Ada. — Yo también me siento muy feliz por ti, a quien no veo muy feliz es a la mamá del bebé. — Solo necesito que mi bebé nazca con bien, la doctora dijo que el mal humor y el cansancio de ella era debido a su embarazo y que pronto pasará. Ada aunque pe