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Capitulo VI (El contrato)

¡Ring, Ring, Ring!

— ¡Hello!

— Recoge tus cosas Amanda Te espero en el estacionamiento.

— Pensé que ya te habías olvidado de mí y habías faltado a tu palabra.

— Cómo debes saber, he estado fuera de la empresa, he tenido algunos asuntos familiares, cosas que al parecer se me quiere salir de las manos, pero yo nunca faltó a mi palabra señorita. Hoy iniciamos a cumplirla.

Ella enseguida ordena su oficina y baja las escaleras para encontrarse con él. Se sube al auto y juntos se manchan. Él la lleva a un vecindario, parecía de clase media, todo estaba muy hermoso, tenía supermercado, su propio parque, y todo se veía muy diferente a dónde ella vivía; eso llamaba su atención ya que era de su total agrado. No pasó mucho rato cuando él se detuvo en una casa. Esta tenía un jardín hermoso, la entrada era muy bonita para el gusto de Amanda, los colores, la estructura, todo era perfecto para sus ojos. Ella queda deslumbrada con aquel lugar, una brisa suave muy rápido acaricia su rostro, sintió una felicidad enorme en su corazón al saber que por fin sus sueños habían iniciado a cumplirse.

— Cómo te lo había prometido, te pido disculpa por no mostrarte antes, o dejarte elegir como ya habíamos hablado, pero en este lugar vas a vivir junto a tu familia, estarás cerca de la empresa y ya pasamos la escuela donde a partir de este lunes tu pequeño hermano iniciará las clases.

Ella como niña pequeña salta de la emoción y comenzó a explorar toda la casa. Entró a cada habitación, conociendo cada rincón, esto para ella fue muy satisfactorio, ya que jamás pensó merecer o tener un lugar al que ella le llamara hogar.

— Gracias Carlos, este es mi sueño hecho realidad.

— Solo debes firmar acá, ahora puedes leer la cláusula, una vez que lo firmes me lo entrega y comenzamos con lo que ya habíamos acordado.

Ella sin pensarlo tomó el bolígrafo y lo filmó. — Yo confío en ti.

Amanda continúa conociendo y explorando aquella casa, estaba admirada con los muebles y la decoración. Todo era moderno y también de su agrado, cosa que la hacía muy feliz.

— Definitivamente esta será mi habitación, ella quedó encantada con el cuarto principal. Aunque ninguno era más bonito que el otro. Luego notó una pequeña tristeza en el rostro de Carlos que llamo su atención, decide acercarse un tanto curiosa. —¿Te sucede algo? te veo triste y un poco ausente en estos días.

— Solo procesos que debemos pasar los seres humanos, por así decirlo.

Ella se acercó y dejándose llevar por su instinto se acerca a sus labios y lo sorprende con un beso, un beso que lo llevó más allá de una firma o un acuerdo que habían comenzado. Ese beso se hizo extenso y luego llegaron las caricias. ambos se dejaron llevar de la pasión y de aquella pequeña chispa que un momento cuando quizás ni siquiera ellos mismos recuerdan, pero se había encendido con la primera mirada. Él la toma y la besa suavemente por el cuello, poco a poco quitó su vestido quedando fascinado al contemplar su desnudez, ella temblaba en sus brazos.

— Si quiere nos tenemos. — Le propone Carlos con poco deseo de hacerlo.

Amanda no permite que él siga hablando, solo cerró los ojos y disfrutó de sus besos y sus caricias. Se entregó a sus abrazos y esa tarde le robó su primera vez. Ambos lo disfrutaron y no se tenía que emitir palabras para darse cuenta que ambos desde la primera miradas quedaron atrapados en el deseo. Carlos volvió a reaccionar y sintió que su corazón late de prisa, él la observa, la mira tan delicada y tan hermosa, le atrae su calidez y su sencillez ha robado toda su atención, aunque en ese momento su corazón le envía una alerta y muy rápido piensa en Ada.

— ¿Cómo te sientes? — Él le pregunta con voz baja y un poco temerosa.

— Solo un poco de vergüenza, sí decidí seguir una vez que iniciamos, es para cumplir con mi palabra, no quería tener un hijo sin antes pasar de la virginidad, ¿y que mejor elección que el padre de mi futuro hijo?

Carlos estaba confundido, él había disfrutado en los brazos de Amanda y aquel encuentro fue maravilloso. Pero seguía pensando en Ada, esa relación no era de dos días, ellos han atravesado un mal de historia juntos.

— ¡Nos vamos! — Fue lo único que escucho Amanda como respuesta.

Luego notó un poco de seriedad de su rostro. — Carlos,  quiero disculparme, yo conozco que tu relación en este momento está un poco rota. No soy la persona que quiere intervenir o hacer que algo de años desaparezca, con lo que acaba de suceder, puedes estar tranquilo, esto forma parte de aquel contrato.

Ella camina hacia el baño, tan rápido que no permite que él le responda. Sentía que su corazón latía con mucha fuerza, había confundido las cosas y por un momento sintió algo lindo. Solo que como mujer inteligente, muy rápido cae a la realidad. Ella acomoda su ropa y luego se dirige a la salida.

— Él que te debe una disculpa soy yo. No quiero que te sientas culpable por nada. No me acostumbro a que las cosas me salgan mal, y es como ha sido el trayecto de mi vida.

— Yo cumpliré con mi parte, no es más que me digas que hacer. — Ella inclina su cabeza después de pronunciar esas palabras.

— Tranquila, desde hoy pueden vivir en esta casa, yo en una semana viajaré hasta Colombia para hablar personalmente con el doctor. Sabes que eventualmente tendrás que viajar conmigo para el procedimiento.

— Solo es que me digas. Yo estoy dispuesta a cumplir con mi parte del acuerdo.

— ¡Bien! ¿Sabes conducir?

— Sí, antes era mi trabajo, en la pizzería del pueblo.

— Pues en el estacionamiento encontrarás un auto, lo puedes usar para ir a buscar a tu familia.

Él solo le daba indicaciones, como si momentos atrás no había sucedido nada, ella sintió una gran decepción ya que pensaba que su primera vez sería especial, y todo había sucedido tan distinto.

— Amanda ¿me has escuchado?

— Ehh.. perdón....

— Que debes firmar este registro, para que luego pases al banco y tengas acceso al dinero que te deje disponible para el tratamiento de tu madre. Este otro es el pago de los estudios de tu hermanos. Hay están documentos importantes que debes firmar. Te puedes tomar tu tiempo y leer todo.

Él después de darle instrucciones y pormenores le entrega las llaves, le da el día libre y se marcha. Dejándola en un mar de pensamientos.

¡Ring, Ring, Ring!

— ¡Hija! Tengo registro de llamada perdidas tuya, te he llamado en varias ocasiones y hasta ahora respondes. ¡Estaba muy preocupada!

— Sí madre, estaba solo un poco ocupada, en este momento iré a recogerte a ti y al pequeño Junior, les tengo una sorpresa.

— ¿De verdad estas bien? En tu voz encuentro una pequeña tristeza.

— Solo cosas pasajeras, iré por ustedes en este momento.

Ella se dirige a la marquesina y encuentra el auto que él le había mencionado. lo enciende y se dirige a recoger a su familia. cuando todos regresan a la casa, se sienten tan felices que sus rostros le regalan fuerza para que Amanda piense en seguir, solo por la felicidad de su familia.

— ¿Esta casa es de millonario Amanda? ¿vas a trabajar aquí? — Le pregunta el pequeño Junior enamorado del lugar.

— No pequeño, esta será la casa de ustedes. Aquí vivirán y a partir de mañana iras a la escuela y mi madre podrá iniciar su tratamiento. — Mi madre me mira con deseo de hacer un millón de preguntas pero rápido la detengo. — ¿Te gusta?

— Esto es un palacio. Jamás imagine que podíamos vivir en un lugar tan grande, espacioso y sobretodo hermosa.

— Ve y corre por toda la casa, conoce el lugar, este será tu nuevo hogar. — Se dirige Amanda a su pequeño hermano.

Él corre muy emocionado y va conociendo el lugar muy feliz, su sonrisa brillaba. Ese es el motivo de que ella luchará cada día.

— Hija, ¿no te quedarás con nosotros?

— No madre, vendré mientras sea necesario, pero tendré que viajar para concebir el hijo de mi jefe.

Ella la ve asombrada, no podía creer lo que estaba pasando. — ¡Hija, debiste pensarlo!

— Lo único que me importa es tu salud y la estabilidad que tendrán a partir de hoy. Puedes ir a conocer tu nueva casa.

— No debes castigarte solo para que estemos bien, esto no es justo.

— Todo tiene su tiempo madre, en algún momento seré feliz, o quizás mi felicidad es que ustedes estén bien.

Amanda se retira a su habitación sintiendo el dolor de su primera desilusión.

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