Puerto Escondido, Oaxaca.
Álvaro acarició el cuello de Alondra mientras la tenía sentada sobre sus piernas, faltaba tan poco para que él regresara a la ciudad que deseaba no separarse de ella bajo ninguna circunstancia. Sintió una gran tranquilidad al verla casi recuperada por completo. Durante las dos semanas que se quedó con ella, la obligó a permanecer recostada, hizo que se alimentara bien, además de estar pendiente de su medicación. Salieron un par de veces cuando el clima se sentía cálido para observar la puesta del sol. Y ahí entre sus brazos Alondra encontraba su lugar.
—Te voy a extrañar mucho —la joven pronunció con tristeza.
—Yo más. —Álvaro la observó con ternura.
—No sé cómo pude sobrevivir tanto tiempo, sin ti. —La chica inclinó su mirada con tristeza.
—Porque eres una mujer muy fuerte, que encontró cómo darle sentido a su dolor y
Tiempo de estar separados, a esperar, para volver a estar reunidos. La vida sigue como la de todos lo que forman parte de esta historia. Saludos.
Dos días después. Azul se encontraba en su estudio, su playlist sonaba con «Without you» byMariah Carey. Cada línea de la canción se coló en lo más profundo de su ser, al escuchar la melodía. «No puedo vivir, si vivir es sin ti No puedo vivir, no puedo dar más Puedo ' No vivo si vivir es sin ti No puedo dar, no puedo dar más». Cerró sus ojos por unos instantes, cuando los abrió comenzó a aventar pintura al par de lienzos que pintó con el retrato de Daniel, para borrar su rostro. Después de tomar un exacto, lo insertó en ambas obras dejando sin rastro alguno de él. Luego que se calmó colocó otro lienzo, comenzó a dibujar, sin resultado, ya que lo único que lograba era una nueva versión de él. Estaba por aventar más pintura, cuando un par de manos la tomaron por sorpresa por la espalda y la g
Andrés logró tomar uno de los brazos de la joven tirando de ella. —Mira que espectáculo estamos dando, es demasiado vergonzoso, te estoy diciendo que es hora de irnos. —Estiró su brazo logrando alcanzar uno de ella y la jaloneó. —No te atrevas a tocarla. La voz de Daniel lo sorprendió, además de la fuerza con la que tiró de él separándolo de Azul con brusquedad. —No te metas— Andrés lo volteó a ver con antipatía. —Claro que lo hago, es evidente que te la estás queriendo llevar en contra de su voluntad, ¡que no se te olvide que soy abogado! —lo retó mirándolo a los ojos furioso. —Es mi mujer. —Eso no te da ningún derecho, no te pertenece —respondió de inmediato Daniel. —Basta. —Doña Ofe intervino—. Azul, cariño, mírame a los ojos por favor— La abuela la comenzó a alejar de los brazos de Álvaro. Entonces
Eran las 11:00 pm cuando Álvaro recibió la llamada de su tío. Arnulfo: Espero no despertarte. Álvaro: No estoy bebiendo una copa en el despacho. Arnulfo: Que bien de haber sabido hubiéramos ido para allá. Álvaro: ¿Hubiéramos? Arnulfo: Estoy con Farah. Álvaro: Podríamos desayunar juntos, ¿qué te parece? Arnulfo: Está bien, mañana hablamos. ○○○○○○○○ Arnulfo cortó la llamada, giró en dirección de Farah, sintió que se le partió el alma al verla con esa tristeza, se acercó a ella no pudo resistirse a acariciar su rostro. —Esto se arreglará. Farah lo miró con desolación. —¿Pero de qué manera? Dos de m
Oaxaca, Oaxaca Alondra se encontraba abriendo un bote de helado de almendras, introdujo la cuchara cuando escucho su móvil vibrar, corrió a buscarlo pensando que era de Álvaro, su corazón latió con fuerza ante la posibilidad. Torció sus labios cuando se dio cuenta que se trataba de Emilio, sintiendo un poco de decepción, puso el altavoz para poder seguir comiendo su helado. Alondra: Hola —saludo sin emotividad. Emilio: Hola linda, ¿sucede algo? Alondra: No nada. —Suspiró con tristeza. Hacia una semana que él se había ido y ya sentía quelo añoraba mucho. ¿Se te ofrece algo? Emilio: Si deseo comunicarte que me acaban de m****r un correo pidiendo que nuestros productos viajen al sureste. A la expo de gastronomía que habrá, estoy muy emocionado porque la línea, por la que tanto trabajaste comenzará a distribuirse en otros estados.
Oaxaca, Oaxaca. «Debes saber algo—. Álvaro inhaló profundo tratando de relajarse ante la excitación que lo recorría. — ¿Qué debo saber? —lo cuestionó, respirando agitada. —No vine solo. —Tomó una cucharada de helado y se la llevó hasta su boca. — ¿De quién se trata? —Alondra observó intrigada a Álvaro». —Deseo que conozcas a alguien—la sujetó del rostro y la besó. — ¿Tiene que ser justo en este momento? —Alondra lo tomó por la cintura, comenzando a bajar sus manos hacia sus glúteos. Álvaro reprimió el quejido que estaba por salir de su garganta, además de sentirse sorprendido, al sentir como su mano viajaba despacio hacia adelante, rozando su masculinidad con delicadeza. —Es importante, lo prometo, sino en este mismo momento te desnudaba y t
—Buenas noches—Alondra las interrumpió con el rostro afligido. —Hola—Beu’ respondió en tono alegre al escucharla, pero en cuanto la observó supo que algo le sucedió. —Necesito hablar con alguien. —Su voz se quebró. Beu' volteó a ver la mujer con la que se encontraba, la cual esbozó una pequeña sonrisa. —Hola Alondra, buenas noches, mi nombre es Aitana Roblero, soy Psicóloga, puedo escucharte si así lo deseas. —Además que ella es la fundadora de este lugar—Beu' intervino—, aprovecha que está aquí, porque radica en Colombia. — ¿Vamos? —Aitana indicó el camino a la casona. —De acuerdo. —Alondra se encaminó hacia el consultorio que ya conocía. Aitana encendió la luz del lugar, ambas tomaron asiento de forma simultánea. La terapeuta observó morderse el labio a la joven, además de tocarse de manera constante
Ciudad de México. Aline acababa de llegar de hacer guardia en el instituto donde trabajaba. Moría por llegar a recostarse y dormir un poco, luego trabajar toda la noche. Deseaba tanto olvidarse que Aldo ahora era su jefe y que pretendía hacerle la vida miserable, no comprendía como demonios le había hecho para que le negaran el divorcio. Estaba por sacar ropa cómoda cuando llamaron por el interfón de su departamento. —¿Quién es? —preguntó. —Soy Alfonso, tu padre. —Pasa —respondió sin mucho ánimo. Un par de minutos después tocaron a su puerta. —Hola papá— Saludó algo distante. — ¿Cómo has estado? — ¿A qué debo tu visita? —Veo que aún estás resentida conmigo. Aline lo miró seria. —Me casé
Ernesto y Aline salían en compañía de Doña Ofe y Paula María, de la residencia de Álvaro, cuando el auto de Andrés se interpuso para que no avanzaran. —Este imbécil ¿cree que somos de plástico o qué? —Ernesto cuestionó al tener que frenar rápido, para no impactarse. El hombre iracundo se bajó para enfrentarlos. —Vine por mi mujer —exigió. —Ella no se encuentra con nosotros ya se fue —doña Ofe gritó desde la ventanilla del auto. —Me están mintiendo—Andrés afirmó. —Vete de aquí, estas ebrio por favor deja de hacer espectáculos, traemos a una pequeña y las damas aquí presentes no tienen por qué soportarte. Andrés se acercó a Ernesto al escucharlo hablar. — ¿Y tú quién eres para decirme lo que tengo que hacer? —Lo que me faltaba un borracho necio. Ernesto se ba