Ernesto caminaba por la colonia Polanco de la ciudad de México, estaba por subir a su auto, cuando dos sujetos se aproximaron a él, aprovechándose de que se encontraba, en penumbras debido a la hora en que salía de su trabajo. El joven los observó acercarse por los vidrios de su auto de inmediato se alertó.
—Mira hermano un niño bonito —uno de los sujetos externó al otro, quien se limitó a observar.
— ¿Qué quieren? —Ernesto cuestionó en tono seco.
—De ti nada, solo deseo que le hagas llegar un mensaje a alguien.
Ernesto lo miró desconcertado.
—Dile a ella que estamos aquí— El hombre giró para retirarse.
Ernesto se volteó para abrir rápido su auto. Entonces el sujeto regresó y lanzó su puño sobre el rostro del joven quien se fue de espaldas; a continuación, el tipejo lo tomó por las solapas de su traje y lo aventó en dirección al suelo, de inmediat
¿Serán enemigos de Farah o gente de Juanjo? ¿Se referirán a Farah o Alondra? ¿Qué opinan?
—No se pueden subestimar las amenazas de nadie. —Arnulfo lo observó serio—, no creo que se hayan confundido—. Podría ser un mensaje dirigido para Alondra— Se quedó pensativo—, aunque el modus operandi, no coincide con la gente de Juanjo, habrá que ponerte vigilancia. —Me frustra que esos desgraciados estén libres como si nada. —Aline frunció el ceño indicando molestia. —No, no lo creo—Ernesto comenzó a rememorar lo sucedido. — ¿Por qué lo piensas? —Tenían un acento extranjero, como el de… —Volteó a ver a su madre—, no sé cómo no lo recordé antes. —Resopló con preocupación. Farah cerró los ojos al hacerse verdad sus sospechas, sabía que esto iba más allá de la amenaza de ellos, su pecho dolió al conocer de quién se trataba, inhaló con profunda nostalgia sin poder decir nada. —Tienes que levantar una denuncia para que los detengan. —Arnulfo pidió al
Azul manejó durante dos horas y media por la carretera deseando alejarse de su verdugo. Ya no soportaba más que la tocara o la presionara, para que ella hiciera lo que él deseaba, sin lugar a dudas reconoció que desde hacía mucho tiempo ya no sentía nada por él. Mientras conducía las lágrimas escurrieron por montones. Recordó la reunión a la que había acompañado a Andrés, se sentía tan ajena a todo, por más que trató de adentrarse a la conversación de las esposas de sus compañeros, sus eran frívolas y banales la hacían ver en repetidas ocasiones, el reloj para salir de ahí. Caminó en dirección a la terraza a tomar un poco de aire, sacó su móvil observado una foto de Daniel, tenía tantas ganas de escuchar su voz, pero hacía un par de semanas que él no respondía a sus llamadas ni a sus mensajes, eso ocasionó en ella un gran dolor. Deseaba tanto verlo, entonces volteó en dirección a donde se enc
Ciudad de México. Farah se arreglaba para esperar la llegada del teniente, cuando tocaron a su puerta corrió a abrirla pensado que se trataba de él, pero fue sorprendida por sus hijos. —Veo que te sorprendimos. — ¿Por qué Dalii? ¿Por qué tuvieron que golpearlo? —preguntó furiosa. —Deseábamos que te llegara el mensaje que traemos de nuestro padre, tu marido. —Haidar la tomó por el brazo presionándola con fuerza. —Ese hombre ya no es nada mío. —Farah se soltó de su agarre, haciendo un movimiento brusco. —No puedo creer lo que dices— Haidar la miró atento a los ojos, con la cara, llena de irá. —Pues velo creyendo. —Farah acercó su rostro al de Haidar, devolviéndole la mirada. —Sabes que él nos envió, para acabar con esos bastardos que son tu deshonra —Haidar escupió. &nbs
Puerto Escondido, Oaxaca. Álvaro acarició el cuello de Alondra mientras la tenía sentada sobre sus piernas, faltaba tan poco para que él regresara a la ciudad que deseaba no separarse de ella bajo ninguna circunstancia. Sintió una gran tranquilidad al verla casi recuperada por completo. Durante las dos semanas que se quedó con ella, la obligó a permanecer recostada, hizo que se alimentara bien, además de estar pendiente de su medicación. Salieron un par de veces cuando el clima se sentía cálido para observar la puesta del sol. Y ahí entre sus brazos Alondra encontraba su lugar. —Te voy a extrañar mucho —la joven pronunció con tristeza. —Yo más. —Álvaro la observó con ternura. —No sé cómo pude sobrevivir tanto tiempo, sin ti. —La chica inclinó su mirada con tristeza. —Porque eres una mujer muy fuerte, que encontró cómo darle sentido a su dolor y
Dos días después. Azul se encontraba en su estudio, su playlist sonaba con «Without you» byMariah Carey. Cada línea de la canción se coló en lo más profundo de su ser, al escuchar la melodía. «No puedo vivir, si vivir es sin ti No puedo vivir, no puedo dar más Puedo ' No vivo si vivir es sin ti No puedo dar, no puedo dar más». Cerró sus ojos por unos instantes, cuando los abrió comenzó a aventar pintura al par de lienzos que pintó con el retrato de Daniel, para borrar su rostro. Después de tomar un exacto, lo insertó en ambas obras dejando sin rastro alguno de él. Luego que se calmó colocó otro lienzo, comenzó a dibujar, sin resultado, ya que lo único que lograba era una nueva versión de él. Estaba por aventar más pintura, cuando un par de manos la tomaron por sorpresa por la espalda y la g
Andrés logró tomar uno de los brazos de la joven tirando de ella. —Mira que espectáculo estamos dando, es demasiado vergonzoso, te estoy diciendo que es hora de irnos. —Estiró su brazo logrando alcanzar uno de ella y la jaloneó. —No te atrevas a tocarla. La voz de Daniel lo sorprendió, además de la fuerza con la que tiró de él separándolo de Azul con brusquedad. —No te metas— Andrés lo volteó a ver con antipatía. —Claro que lo hago, es evidente que te la estás queriendo llevar en contra de su voluntad, ¡que no se te olvide que soy abogado! —lo retó mirándolo a los ojos furioso. —Es mi mujer. —Eso no te da ningún derecho, no te pertenece —respondió de inmediato Daniel. —Basta. —Doña Ofe intervino—. Azul, cariño, mírame a los ojos por favor— La abuela la comenzó a alejar de los brazos de Álvaro. Entonces
Eran las 11:00 pm cuando Álvaro recibió la llamada de su tío. Arnulfo: Espero no despertarte. Álvaro: No estoy bebiendo una copa en el despacho. Arnulfo: Que bien de haber sabido hubiéramos ido para allá. Álvaro: ¿Hubiéramos? Arnulfo: Estoy con Farah. Álvaro: Podríamos desayunar juntos, ¿qué te parece? Arnulfo: Está bien, mañana hablamos. ○○○○○○○○ Arnulfo cortó la llamada, giró en dirección de Farah, sintió que se le partió el alma al verla con esa tristeza, se acercó a ella no pudo resistirse a acariciar su rostro. —Esto se arreglará. Farah lo miró con desolación. —¿Pero de qué manera? Dos de m
Oaxaca, Oaxaca Alondra se encontraba abriendo un bote de helado de almendras, introdujo la cuchara cuando escucho su móvil vibrar, corrió a buscarlo pensando que era de Álvaro, su corazón latió con fuerza ante la posibilidad. Torció sus labios cuando se dio cuenta que se trataba de Emilio, sintiendo un poco de decepción, puso el altavoz para poder seguir comiendo su helado. Alondra: Hola —saludo sin emotividad. Emilio: Hola linda, ¿sucede algo? Alondra: No nada. —Suspiró con tristeza. Hacia una semana que él se había ido y ya sentía quelo añoraba mucho. ¿Se te ofrece algo? Emilio: Si deseo comunicarte que me acaban de m****r un correo pidiendo que nuestros productos viajen al sureste. A la expo de gastronomía que habrá, estoy muy emocionado porque la línea, por la que tanto trabajaste comenzará a distribuirse en otros estados.