En aquel raro pueblo, Margareth le cuenta a Robert que Adrián, al igual que su hijo, había dado señales de despertarse.
El padre de Thomas recién ha vuelto de la herrería donde trabaja o, mejor dicho, la cual le pertenece. Profesión que fue heredada de su padre y aquel de su abuelo. En estos tiempos el mismo Robert es conocido como el mejor herrero que existe. No es coincidencia de que su pueblo sea el único proveedor de armas, espadas, hachas, flechas, escudos y todo tipo de armamento. Todo, hasta fabrican estructuras para sus fuertes casas y barcos.
Mientras Margareth relata, Robert aprovecha para cambiarse su sucia ropa de trabajo, su cuerpo emana ese olor característico al metal, aroma que no logra quitarse ni con un buen baño.
Cuando la mujer se calla él continúa con lo que es ya casi un ritual. Por más que como todos los días haya sido de trabajo arduo, despué
Adrián se encuentra en su habitación caminando en círculos, tratando de entender qué es todo esto que les está sucediendo, mientras escucha a su madre tararear una canción en la cocina. Solo detiene su andar cuando escucha su celular sonar. Al ver el nombre de quien lo llama se peina, como preparándose. —Hola Adrián —se escucha decir a Elizabeth que se encuentra fuera de la habitación de su hermano mientras siguen revisándolo—. Tenemos que vernos. —sus palabras hacen tartamudear a un tímido Adrián. Juntos acuerdan encontrarse en la iglesia en diez minutos, en el tronco habitual que está junto a ella. Elizabeth no le da ningún adelanto del porque el encuentro, pero claramente ambos tienen cosas diferentes en mente. A Adrián le resulta algo extraño que Thomas no vaya, pero ¿qué más da? al fin y al cabo, se va a encontrar solo con Eli. Ese sí es un buen plan para él. Pasados unos veinte minutos del acuerdo Elizabeth llega al lugar y Adrián ya e
Lo que hay del otro lado de la puerta es un gran pasillo que termina en una escalera hacia abajo. El lugar es enorme, las paredes son de piedra y están contenidas por grandes vigas de hierro, lo que hace que la estructura luzca más parecido a una fortaleza que a una casa.Camino a la escalera puede ver varias cosas hechas con hierro forjado, como los candelabros que se encuentran en aquel pasillo, como la baranda de la escalera, la cual ya tiene a sus pies.—¡Por aquí hijo! —se escucha a lo lejos el grito de Robert guiando a su hijo hacia donde están mientras baja las escaleras.Después de recorrer algunos metros sin poder creer todo lo que ve, llega donde Margareth y Robert lo esperan.—Siéntate —le pide su madre.La mesa donde se encuentran es exageradamente grande para la cantidad de integrantes que tiene la familia, parece que acá todo es más
El sol había salido hacía tan solo unos minutos cuando el timbre de los Tindergar se hace escuchar.Margareth y Robert se encuentran desayunando entre olor a café y tostadas recién hechas, ambos con cara de preocupación y cansancio. Quien atina a levantarse es ella, pero su esposo la detiene.—Abro yo y voy saliendo —se levanta, le da un beso y pide, mientras camina hacia la puerta, que le avise si llega a pasar algo con Thomas.—Buen día señor Tindergar —escucha ni bien abre. Adrián lo saluda.—Fuera del colegio soy solo Robert —le aclara después de devolverle el saludo y sigue su camino, dejando la puerta abierta como invitándolo a pasar.Adrián ingresa sin dudarlo, anunciándose e interrumpiendo un sorbo de café a Margareth.—Buen día hijo —le responde&mdas
En Calm River, Elizabeth y Adrián llegan apurados donde Thomas, quien todavía se encuentra reposando en su habitación, haciendo caso al pedido del doctor Parker.Pasan apurados por el comedor ignorando completamente a Margareth que está en la cocina y por lo que el aroma indica, con la comida ya casi lista.Al pasar arrojan sus mochilas en el sillón que hay frente a la tele y suben corriendo las escaleras que lleva a los cuartos. Se detienen frente a la puerta de Thomas.—Esperemos que no esté del otro lado —dice Adrián, temiendo que lo que planearon con Eli no se pueda llevar a cabo.Ella golpea la puerta, pero no va a insistir. Al no escuchar respuesta ingresan directamente en la habitación. Lo que tienen frente a sus ojos es a Thomas, tendido en su cama y dormido. Al verlo se lanzan rápidamente sobre él, tratan de despertarlo, pero en vano. Luego de unos intentos
Ya han pasado seis horas desde el desmayo de Adrián, quien aún no despierta. Su cuerpo se encuentra recostado sobre una camilla, en el hospital de Galuar. A su lado, el mismo doctor Parker le realiza los mismos estudios que le hizo en su momento a Thomas.Fuera, en la sala de espera, Margareth junto a Robert acompañan a una angustiada Sophia.—No aguanto más, ¿Cuándo nos van a decir algo? —la madre de Adrián está exhausta y fastidiada. En todo este tiempo, no hubo nadie que sepa decirle qué es lo que sucede con su hijo.El doctor Parker se asoma justo cuando Sophia está a punto de perder la compostura. A tiempo sale a pedirles que ingresen a la habitación. Los padres de Thomas caminan rápidamente, comandados por la exhausta y fastidiada. Al ingresar, se ubican a los pies del dormido, quien tiene esos cables aún conectados a la máquina.
Tanto movimiento y euforia, por un lado, contrapuesto por una quietud abrumadora y acompañada por una gran tristeza que descolora el lugar. La situación es totalmente diferente en Calm River.El cuerpo de Thomas junto con el de Adrián se encuentran tendidos en sus respectivas camillas, con una sonda saliendo de sus brazos y nuevamente en envueltos por el silencio del hospital.Se encuentran dormidos, inmóviles. El pitido de una maquina interrumpe intermitentemente.Fuera de la sala, pegados a la puerta, está el doctor Parker hablando con los acongojados padres.—Todavía no estamos seguros de qué está sucediendo —admite dolorosamente Parker, mientras coloca su carpeta bajo el brazo.Sophia es quien se muestra más inquieta, dando pasos de un lado al otro, pero los tres tienen caras de no haber dormido en días.—Pero, doctor —dice Rob
Thomas y Adrián se encuentran cabalgando a toda velocidad, sin un rumbo aparente y montados en los lomos de Tankian y Davis. Se dirigen a algún lugar alejado con el fin de encontrar algo o por lo menos no ser descubiertos por alguien. No iba a pasar mucho tiempo hasta que la comandante Elizabeth se dé cuenta que su hermano la desobedeció.No obstante, ninguno de los dos se priva de disfrutar el momento. Hasta hace muy poco lo único que hacían era ir de la escuela a encerrarse en sus cuartos para estar horas jugando a los videojuegos. En cambio, ahora se encuentran cabalgando sobre una verde pradera, con el sol sobre ellos y el gélido viento chocando con sus caras.Todo parece demostrar que el ser humano actúa totalmente condicionado por su entorno. Los muchachos ya no están encerrados en sus jaulas de cemento, abstraídos de lo natural. Ahora se encuentran inmersos en un mundo que al parecer est&aacut
Son las cuatro de la mañana. En Calm River transcurre una noche tan fría como oscura, ya que los nubarrones negros no dejan pasar los rayos de luna.Elizabeth se encuentra en la cama de su hermano, debido a que su habitación se ha transformado, momentáneamente, en el cuarto de huéspedes con Sophia durmiendo allí.En la habitación de Thomas no ingresa ni un haz de luz y lo único que se alcanza a ver en la negrura son esos redondos y bellos ojos que tanto le adula Mathew, que últimamente, lo único que hacen es que suelten lágrimas.No puede dormir. Tiene los ojos abiertos a mas no poder y en su mirada se hay tonos de preocupación por lo que acontece.Al momento había dormido tan solo unos momentos, pero hace unas horas que no puede conciliar el sueño.En su cabeza hay un gran desorden. Demasiadas preocupaciones. Una niña de tan solo quince a&ntild