[VALLE] Nos paramos en nuestro lugar y salimos del restaurante. Ya es de noche, así que Diego me toma de la mano provocando en mí la sensación más rara de todas pero una de las más bonitas. Caminamos por las calles en silencio hasta llegar a la Calle Madero y llegamos hasta el Zócalo, ya que el hotel se encuentra por ese rumbo. Las palabras que me dijo, rondan por mi cabeza, pero aún así no le digo nada. ―¿Mañana tenes algo planeado?― Por fin rompe el silencio. ― Aún no, supongo que iba a ser espontáneo donde las ganas de caminar y conocer me lleven― Le digo feliz. ―Bueno, entonces mañana iremos a donde las ganas de caminar y conocer nos lleven― responde divertido. Llegamos al lobby del hotel y subimos al cuarto―¿Te vas a quedar entonces?― Pregunto mientras veo como se quita la chamarra. ―Sí, ya te dije que vengo exclusivamente a verte a vos, tenemos mucho de qué hablar, muchos planes que hacer― explica. Se acerca a mí de nuevo, me vuelve a poner nerviosa. No sé si algún día
Valle Observo el anillo de compromiso entre sus dedos y no me la creo, podría pensar que es una broma de mal gusto pero sé que no. Diego D’Angelo, el chico que ha estado teniendo estos encuentro fortuitos conmigo me ha pedido matrimonio. No quiero decir que no porque en verdad no quiero, pero estoy un poco impactada para decir sí. Tomo ese anillo de oro blanco con tres diamantes y lo observo, es hermoso, sencillo y lo suficientemente brillante como para deslumbrar a cualquier persona. ―Es un anillo trilogy― explica él mientras sonríe ―Representa el aprender del pasado, vivir el presente y confiar en el futuro, en po
Tomo un sorbo de jugo de naranja mientras veo a las personas pasar. El mesero que nos atiende llega con nuestra orden de café y lo deja sobre la mesa, al igual que una cesta de pan dulce. Diego toma una pieza y come de inmediato, supongo que muere de hambre. Yo, por el contrario tomo la cuchara que está al lado de la taza y comienzo a dar golpecitos al vaso. Diego me ve extrañado. ―¿Qué harás un anuncio? ―me dice bromeando. ―No, sólo observa― respondo como una experta. Momentos después, un chico con una enorme tetera en las manos y llena de leche caliente, vierte una buena cantidad sobre mi café. Le indico que así está bien y luego se va. Diego sonríe. ―Este café se llama lechero y así lo sirven. Te traen la taza con cierta cantidad de café concentrado y luego llamas al lechero para que te sirva la cantidad de leche que quieres. Esta tradición es de Veracruz y el café "La parroquia" original se encuentra allá. Diego escucha como otros clientes hacen lo mismo así que él toma la c
Acabamos el desayuno y comenzamos a caminar por todo el centro hasta que le sugiero ir a Coyoacán ya que hoy hay una feria del Pan de muerto y Tamales. Diego acepta, diciéndome que si soy su guía, él me sigue a todas partes.Entonces, tomamos el metro y sorpresivamente el vagón donde entramos viene casi vacío. Diego se acerca a mí y me arrincona un poco contra una de las paredes. El saco gris que trae en este momento se le ve increíble y yo admito que me siento soñada acompañada de un hombre así. Él me toma de la cintura y me besa.―Pensé que no nos besaríamos en público― le digo cuando separa mis labios de los suyos.
En el taxi vamos besándonos sin parar. A pesar de nuestras ganas, estos son bastante decentes por lo que no llamamos la atención del conductor que nos lleva hacia el hotel. Diego, tiene su mano detrás de mi espalda y la pasa sobre mi hombro, acariciándolo, mientras sus labios atacan a los míos.Al bajar del taxi, noto su excitación debajo de los pantalones por lo que camina lo más rápido que puede para entrar al elevador y seguir besándome con más intensidad que en el taxi. Tan solo entramos a la habitación, el abrigo y el saco que teníamos, pasa directamente al suelo. Cuando sus manos tratan de quitar mi ropa, me detengo. Si me voy a casar con este hombre es hora de que empiece a hacer mis fantasías realidad.―¿Qu&eacut
Observo el dedo anular con el brillante anillo y no lo puedo creer, sé que muchos pensarán que es una locura, pero en verdad sé que estoy haciendo lo correcto. Volteó a ver a Diego que duerme tranquilamente a mi lado y me sonrojo al imaginar cuantas veces más dormiremos así.De pronto, al ver de nuevo el anillo me entra miedo, no por la decisión que acabo de tomar, si no por mi familia. La última vez que le dije a mi padre que me casaría con Javier me dijo que no aceptaba mi compromiso porque él no le gustaba para mí y desgraciadamente tuvo razón, ahora con Diego sé que se volverá a repetir el mismo patrón. Me dirá que no lo conozco lo suficiente y que he cometido un error al comprometerme con él, convirtiéndose de nuevo en un problema como la última vez.
[Valle] Han escuchado la frase que dice: " más vale pedir perdón que pedir permiso" bueno, en este momento es real para mí. Como una telenovela me encuentro subiendo al avión que va directo a Las Vegas para casarme fortuitamente con el hombre que conocí apenas unos meses atrás, si mi nana estuviera conmigo en este momento estaría feliz de que este capítulo ha llegado. Diego se encuentra tranquilo a mi lado leyendo algunos correos electrónicos de sus empresas, mientras que yo muero de nervios y no dejo de pensar en lo que posiblemente pasará cuando mis padres y hermanos se enteren. Puedo escuchar el discurso de mi papá y mi madre tratando de defenderme o aliándose con él según el caso. Mis hermanos sólo observarán a Diego, pero no dirán nada hasta que vean la reacción de mis padres. ―
[Valle]Jamás había hecho tantas compras en mi vida pero Diego insistió en comprarme todo un nuevo guardarropa para que estrenara cuando fuera la señora D’Angelo dentro de unas horas. La verdad, es que al principio me dio mucha vergüenza decir que si o probarme la ropa, ya que al ver el precio me sorprendía. Pero, después de que él me convenciera y que también se comprara ropa para él decidí dejarme llevar y medirme lo que él me pedía.Después, antes de regresar al hotel, fuimos a comer a un hermoso restaurante donde platicamos de lo que pasaría por la noche y lo emocionados que nos sentíamos. En unas horas sería su esposa y ya nada ni nadie nos podría separar; de pronto la distancia entre los dos se desvaneció y ya no s