Acabamos el desayuno y comenzamos a caminar por todo el centro hasta que le sugiero ir a Coyoacán ya que hoy hay una feria del Pan de muerto y Tamales. Diego acepta, diciéndome que si soy su guía, él me sigue a todas partes.Entonces, tomamos el metro y sorpresivamente el vagón donde entramos viene casi vacío. Diego se acerca a mí y me arrincona un poco contra una de las paredes. El saco gris que trae en este momento se le ve increíble y yo admito que me siento soñada acompañada de un hombre así. Él me toma de la cintura y me besa.―Pensé que no nos besaríamos en público― le digo cuando separa mis labios de los suyos.
En el taxi vamos besándonos sin parar. A pesar de nuestras ganas, estos son bastante decentes por lo que no llamamos la atención del conductor que nos lleva hacia el hotel. Diego, tiene su mano detrás de mi espalda y la pasa sobre mi hombro, acariciándolo, mientras sus labios atacan a los míos.Al bajar del taxi, noto su excitación debajo de los pantalones por lo que camina lo más rápido que puede para entrar al elevador y seguir besándome con más intensidad que en el taxi. Tan solo entramos a la habitación, el abrigo y el saco que teníamos, pasa directamente al suelo. Cuando sus manos tratan de quitar mi ropa, me detengo. Si me voy a casar con este hombre es hora de que empiece a hacer mis fantasías realidad.―¿Qu&eacut
Observo el dedo anular con el brillante anillo y no lo puedo creer, sé que muchos pensarán que es una locura, pero en verdad sé que estoy haciendo lo correcto. Volteó a ver a Diego que duerme tranquilamente a mi lado y me sonrojo al imaginar cuantas veces más dormiremos así.De pronto, al ver de nuevo el anillo me entra miedo, no por la decisión que acabo de tomar, si no por mi familia. La última vez que le dije a mi padre que me casaría con Javier me dijo que no aceptaba mi compromiso porque él no le gustaba para mí y desgraciadamente tuvo razón, ahora con Diego sé que se volverá a repetir el mismo patrón. Me dirá que no lo conozco lo suficiente y que he cometido un error al comprometerme con él, convirtiéndose de nuevo en un problema como la última vez.
[Valle] Han escuchado la frase que dice: " más vale pedir perdón que pedir permiso" bueno, en este momento es real para mí. Como una telenovela me encuentro subiendo al avión que va directo a Las Vegas para casarme fortuitamente con el hombre que conocí apenas unos meses atrás, si mi nana estuviera conmigo en este momento estaría feliz de que este capítulo ha llegado. Diego se encuentra tranquilo a mi lado leyendo algunos correos electrónicos de sus empresas, mientras que yo muero de nervios y no dejo de pensar en lo que posiblemente pasará cuando mis padres y hermanos se enteren. Puedo escuchar el discurso de mi papá y mi madre tratando de defenderme o aliándose con él según el caso. Mis hermanos sólo observarán a Diego, pero no dirán nada hasta que vean la reacción de mis padres. ―
[Valle]Jamás había hecho tantas compras en mi vida pero Diego insistió en comprarme todo un nuevo guardarropa para que estrenara cuando fuera la señora D’Angelo dentro de unas horas. La verdad, es que al principio me dio mucha vergüenza decir que si o probarme la ropa, ya que al ver el precio me sorprendía. Pero, después de que él me convenciera y que también se comprara ropa para él decidí dejarme llevar y medirme lo que él me pedía.Después, antes de regresar al hotel, fuimos a comer a un hermoso restaurante donde platicamos de lo que pasaría por la noche y lo emocionados que nos sentíamos. En unas horas sería su esposa y ya nada ni nadie nos podría separar; de pronto la distancia entre los dos se desvaneció y ya no s
[Valle](Luna de miel - parte 1)¿Qué es lo que uno hace cuando se casa con alguien como Diego D’Angelo? ¿Lo grita?, ¿lo anuncia?, ¿lo esconde?, o simplemente lo observas detenidamente mientras él te lleva de la mano de regreso al hotel. Lo que acaba de pasar se me hace completamente surreal, siento que en cualquier momento escucharé la voz de mi hermano al otro lado de la puerta diciéndome que se me hizo tarde para ir a trabajar. Sí, Diego es un sueño, un sueño que para mí es tangible y que puedo besar ahora sin pedirle permiso a nadie.Llegamos de nuevo al hotel, subimos a la habitación y antes de entrar nos paramos en frente de la puerta, la abre y en el marco me carga entre sus brazos ― Salimos del hotel y un automóvil nos estaba esperando justo en la entrada, es demasiado elegante para mi gusto pero debido a la ocasión creo que es el indicado, además debo hacerme a la idea de que no me casé con cualquier persona y habrá ciertas cosas que serán diferentes. Nos subimos en la parte de atrás y el auto se mueve sin que él le dé la indicación. ―Espero te guste, corazón― Dice feliz ―Es algo pequeño pero creo que será una gran sorpresa para tí. ―Estoy segura que sí, debo acostumbrarme a que contigo todo es una sorpresa.― Admito. 33. Luna de Miel (Parte 2)
La escena de los dos entrando al hotel y subiendo en el ascensor hacia nuestra habitación ya es común para mí. Este ha sido nuestro recorrido desde el día uno que nos conocimos y, aunque debería estar acostumbrada aún se me hace un nudo en el estómago de los nervios.Entramos de nuevo a la decorada habitación y sonrío al volverla a ver. Una nueva de botella de champaña se encuentra en la hilera, lista para celebrar nuestro amor y este matrimonio que, aunque parece que surgió de la noche a la mañana, no fue así. Abro la botella con mucha maestría y me sirvo una copa que después bebo de un enorme sorbo. Diego se ríe ―¿nerviosa a estas alturas del capítulo? ― pregunta.Me río― Lo sé, lo siento pero, de pronto me di cuenta que esta será la primera vez que estaremos juntos como esposos y no sé porque me entraron los nervio