[Valle]
Han escuchado la frase que dice: " más vale pedir perdón que pedir permiso" bueno, en este momento es real para mí. Como una telenovela me encuentro subiendo al avión que va directo a Las Vegas para casarme fortuitamente con el hombre que conocí apenas unos meses atrás, si mi nana estuviera conmigo en este momento estaría feliz de que este capítulo ha llegado.
Diego se encuentra tranquilo a mi lado leyendo algunos correos electrónicos de sus empresas, mientras que yo muero de nervios y no dejo de pensar en lo que posiblemente pasará cuando mis padres y hermanos se enteren. Puedo escuchar el discurso de mi papá y mi madre tratando de defenderme o aliándose con él según el caso. Mis hermanos sólo observarán a Diego, pero no dirán nada hasta que vean la reacción de mis padres.
―
[Valle]Jamás había hecho tantas compras en mi vida pero Diego insistió en comprarme todo un nuevo guardarropa para que estrenara cuando fuera la señora D’Angelo dentro de unas horas. La verdad, es que al principio me dio mucha vergüenza decir que si o probarme la ropa, ya que al ver el precio me sorprendía. Pero, después de que él me convenciera y que también se comprara ropa para él decidí dejarme llevar y medirme lo que él me pedía.Después, antes de regresar al hotel, fuimos a comer a un hermoso restaurante donde platicamos de lo que pasaría por la noche y lo emocionados que nos sentíamos. En unas horas sería su esposa y ya nada ni nadie nos podría separar; de pronto la distancia entre los dos se desvaneció y ya no s
[Valle](Luna de miel - parte 1)¿Qué es lo que uno hace cuando se casa con alguien como Diego D’Angelo? ¿Lo grita?, ¿lo anuncia?, ¿lo esconde?, o simplemente lo observas detenidamente mientras él te lleva de la mano de regreso al hotel. Lo que acaba de pasar se me hace completamente surreal, siento que en cualquier momento escucharé la voz de mi hermano al otro lado de la puerta diciéndome que se me hizo tarde para ir a trabajar. Sí, Diego es un sueño, un sueño que para mí es tangible y que puedo besar ahora sin pedirle permiso a nadie.Llegamos de nuevo al hotel, subimos a la habitación y antes de entrar nos paramos en frente de la puerta, la abre y en el marco me carga entre sus brazos ― Salimos del hotel y un automóvil nos estaba esperando justo en la entrada, es demasiado elegante para mi gusto pero debido a la ocasión creo que es el indicado, además debo hacerme a la idea de que no me casé con cualquier persona y habrá ciertas cosas que serán diferentes. Nos subimos en la parte de atrás y el auto se mueve sin que él le dé la indicación. ―Espero te guste, corazón― Dice feliz ―Es algo pequeño pero creo que será una gran sorpresa para tí. ―Estoy segura que sí, debo acostumbrarme a que contigo todo es una sorpresa.― Admito. 33. Luna de Miel (Parte 2)
La escena de los dos entrando al hotel y subiendo en el ascensor hacia nuestra habitación ya es común para mí. Este ha sido nuestro recorrido desde el día uno que nos conocimos y, aunque debería estar acostumbrada aún se me hace un nudo en el estómago de los nervios.Entramos de nuevo a la decorada habitación y sonrío al volverla a ver. Una nueva de botella de champaña se encuentra en la hilera, lista para celebrar nuestro amor y este matrimonio que, aunque parece que surgió de la noche a la mañana, no fue así. Abro la botella con mucha maestría y me sirvo una copa que después bebo de un enorme sorbo. Diego se ríe ―¿nerviosa a estas alturas del capítulo? ― pregunta.Me río― Lo sé, lo siento pero, de pronto me di cuenta que esta será la primera vez que estaremos juntos como esposos y no sé porque me entraron los nervio
[Diego]Abro los ojos lentamente y al no verla a mi lado me levanto de inmediato ―No me fugué ― escucho su voz al otro lado de la habitación. Volteo y veo que viene hacía mí, trae puesta una bata blanca y el pelo recogido hacia arriba, sus ojos verdes me ven con ternura, trae con ella una taza de café. Valle se sienta en la orilla de la cama y me la entrega.―Buenos días esposo ― me dice mientras me besa tiernamente―espero te guste el café, pedí servicio a la habitación mientras dormías.―¡Perfecto! Muero de hambre― le contesto feliz. Me da una de las batas y me la pongo para después pasar a la mesa que está junto a la ventana.―Pedí jugo de naranja ― me dice imitando un acento argentino.―Muchas gracias ― contesto ― Pero me gustas más con tu acento, es mucho más sexy.―También suena increíble con el tuyo ―recalca― tom
[DIEGO] Aún tengo los anillos en la palma de mi mano mientras me subo al avión que me llevará a Mendoza. Salí de ahí como un hombre soltero y ahora vuelvo completamente enamorado y casado con Valle. No puedo creer que cometimos la locura de volar a Las Vegas y hacerlo oficial de un día para el otro. Meto los anillos dentro del bolsillo de mi pantalón y después de darle a la sobrecargo mi maleta, tomo mi asiento favorito y suspiro profundo. Las ventajas de tener un avión privado es que vienes solo y no necesitas hacer conversación con nadie, lo que me agrada porque sólo deseo pensar en Valle y sentir que no la dejé triste o preocupada. Sé que no es una persona tan insegura, pero su relación pasada no la dejó muy bien y ahora estoy viajando a la otra punta del continente sin ella y repitiendo los mismos patrones que su ex-pareja. [VALLE] Subo en el elevador hacia el cuarto de Irina que se encuentra nada más ni nada menos que en Mandarín Oriental un hotel demasiado elegante para mi gusto y caro, pero ella quiso que así fuera. Irina Jones viene de familia bastante acaudalada y al enterarse de que se casaría con mi hermano, un paramédico de una familia con 6 hermanos más, sus padres le retiraron la palabra hasta que su madre no pudo más y decidió apoyarla. Esta habitación es lo que ella llama "la habitación del perdón" porque este viaje a Las Vegas tanto de ella como el mío era patrocinado por sus padres. Sé que suena horrible pero ella no para de repetirlo a cada instante . Abre la puerta y al verme grita como siempre ―37. La otra despedida
[VALLE]Si alguien me hubiera dicho que la despedida de Irina sería de esta manera no lo hubiera creído. Sandra la ha organizado a la perfección, parece sacada de una película de Hollywood. Después de cenar en el restaurante del hotel salimos hacia la calle directo al club. Irina trae el característico velo de novia que indica que es la festejada mientras que nosotras la típica banda de damas de honor, en mi caso, la mía es de color diferente por ser la cuñada.Vamos caminando por las calles alumbradas que yo ya había visto con Diego días atrás e Irina va gritando y bailando mientras Sandra y las demás le siguen la corriente, sé que debo dejar de pensar en cuánto extraño a Diego y empezar a disfrutar el momento. Al fin y al cabo, esta también podr&iacu