28. Fantasías

En el taxi vamos besándonos sin parar. A pesar de nuestras ganas, estos son bastante decentes por lo que no llamamos la atención del conductor que nos lleva hacia el hotel. Diego, tiene su mano detrás de mi espalda y la pasa sobre mi hombro, acariciándolo, mientras sus labios atacan a los míos. 

Al bajar del taxi, noto su excitación debajo de los pantalones por lo que camina lo más rápido que puede para entrar al elevador y seguir besándome con más intensidad que en el taxi. Tan solo entramos a la habitación, el abrigo y el saco que teníamos, pasa directamente al suelo. Cuando sus manos tratan de quitar mi ropa, me detengo. Si me voy a casar con este hombre es hora de que empiece a hacer mis fantasías realidad.

¿Qu&eacut

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados