Christian
La ira no es lo único que oprime mi cabeza, la impotencia sobresale, el que ella no sea un hombre al que poder golpear para sacar mi frustración es la peor parte. Detesto cuando las personas creen que pueden jugar conmigo, que crean tener algún jodido derecho sobre mí. Maldición, siempre he sido consciente de que Amy es y será la única que puede hacerlo, siempre, incluso antes de aceptar verla como la preciosa mujer que me tenía atado a ella desde niños.
Escucho los pasos suaves y cautelosos que siempre han caracterizado a Yuki. La observo agachar la cabeza al notarme junto a la puerta de la cocina y baja con sus pasos cortos y afanados, siempre con sus mejillas encendidas. Detestable. No ha cambiado nada a cuando la conocí en la universidad y la besé para que me sirviera de escudo para no tener que detenerme a hablar con Augustus. Tan pequeña y delicada como
ChristianSu burla no me causa gracia, mucho menos cuando toma mi cara y me da un beso rápido, justo antes de que una enfermera aparezca para anunciar nuestro turno para ser atendidos. Me levanto primero y escondo mis manos dentro de los bolsillos de mi chaqueta, todo para que no sienta como estoy sudando por su culpa, todo por una simple declaración que ha hecho saltar mi corazón hasta hacerlo doler físicamente.No sé por qué me sorprende si no es la primera vez que me lo dice.—¿Te gustaría ir a visitarla mañana luego de mi entrenamiento? —digo, porque la sola idea de tenerlos lejos de mí es inconcebible.Ir a ver a esa chica no es algo que me agrade mucho, pero acepto que cometí un error y tengo que intentar no ser tan idiota e inconsciente la próxima vez.Amy sonríe y entrelaza nuestros dedos para avanzar, obligándome a
AmySonrío al ver a Hallie. Se ve más cómoda, con más color y menos enferma. Desde que Christi se disculpó con ella y le contamos nuestro “secreto”, la vi enormemente cambiada. Más relajada. Ya habla conmigo y con Avril, incluso se ha disculpado por gran parte de su comportamiento exhibicionista. Nosotras no tenemos más que apoyarla en todo, comprenderla y estar para ella cuando nos necesite. Como ahora, que sus padres la llevarán a Alemania para que le hagan unos estudios y estimen la conveniencia de un trasplante de corazón.Estaremos con ella en ese momento.—Si el embarazo te impide ir y yo me sano, seré la madrina. Esa es una buena compensación.Christian no evita escucharse irritado con esa aseveración, y Hallie ríe entre dientes.Estos últimos tres días han servido para que se odien un poco más gr
AmyRetraigo mis manos, avergonzada por esas fuertes palabras nada amigables. Se sienta a mi lado, muy pegado a mí, y me mira con los ojos entrecerrados, ofendiéndome con sus sospechas, pero sé que también se divierte con mi vergüenza.Es tan idiota que me sorprende amarlo tanto.—No te golpeo porque sé que tu mujer lo hará en un rato —dice Elroy, con una sonrisa falsa que muestra lo tan ofendido que ha quedado por el escándalo de Christian, vociferando de esa manera con huéspedes alrededor—. Me retiro.Christian bufa y se acerca para darme un beso. Me alejo, con el ceño profundamente fruncido, odiando especialmente lo mucho que me divierte su falta de discreción.—Dame un beso —exige, fingiendo un gruñido que hace vacilar mi, ya de por sí, falsa determinación.—Estamos en público —
ChristianPongo un poco de música y mis auriculares en los oídos. Dejo caer mi peso en el cómodo y amplio sillón del avión que nos llevará a nuestro último partido, donde nos dirán, al fin, si iremos a los playoffs. Joder. Estos idiotas aún lo dudan. Tenemos las mejores estadísticas, el mejor juego, la mejor jodida defensa. Seguimos siendo el primer equipo de la división este.Cierro los ojos y permito que la satisfacción de mi vida se vea a través de una sonrisa. Escucho la risa de Jessie al otro lado del pasillo luego de murmurar mi nombre con burla, levanto mi mano del apoyabrazos y exhibo el dedo medio para enseñarle una muy coherente señal de que me importa una mierda lo que piense.Estoy jodido y feliz.Bueno, quizás me sienta un poco inquieto por la reacción que papá está teniendo hacia nosot
Amy Bajo del carro y suspiro al levantar la vista para contemplar el enorme edificio que papá construyó para tener algo que le recordara ese dulce momento en el que conoció al amor de su vida siendo un adolescente inexperto, y a quien reencontró tanto años después. Papá es un hombre de tanto corazón, entregado y decidido por lo que quiere, y eso es lo que todos nosotros hemos aprendido de él. También de mamá. Así que esta visita a casa tiene que ser definitiva. Darlo todo por mi familia. Por Christi y por mi hijo. El “Eztia” abre sus puertas para mí. La recepcionista, una mujer madura que trabaja aquí desde que este edificio abrió sus puertas, me saluda con entusiasmo mientras me acerco a ella. El chico a su lado, nuevo, al parecer, sonríe de esa manera profesional y de marca patentada para todo empleado de servicio al cliente. Cínico, ciertamente. No durará mucho. Una chica a su lado, también nueva, ladea la cabeza y murmura
Amy—Gracias por ayudar a los Bottom y dejar de hostigarlos —digo, muy sincera.—¿Es ese el idiota con el que sales? —Me mira con irritación, con decepción y desprecio.Mi hermano es tan…Por segundos lo odio.—No. No lo es.—Pero hay alguien que sí y pretendes presentarlo en la fiesta de navidad.Entrecierro la mirada hacia él, insegura de cómo comportarme a su lado. Preguntándome siempre qué tanto sabe de todo.Aunque, siendo sincera conmigo misma segura de que le conozco lo suficiente, ya hubiera armado un gran escándalo sobre mi relación con Christian.—Me extraña que no hayas investigado al respecto.Ríe y cruza sus piernas, toma un trago de su licor, uno pequeño.—Es muy temprano para beber.He intentado decírselo desde hace un
Christian No hay nada como tener la tranquilidad de que todo está bien. Deseo ver crecer a mi hijo dentro de ella y no perderme nada de este proceso, quiero ser un buen padre, ser como papá y amar a mi hijo porque es lo mejor que a ella y a mí nos ha sucedido jamás. Papá está enojado, joder, sus continuos mensajes furibundos y su constante acoso ya me tienen temblando. No he logrado concentrarme en los juegos de esta semana, he sido un penoso desastre del que Jessie se burla, y eso no ayuda a que mi nena esté más tranquila con lo que hemos venido a enfrentar hoy. Esta semana es la semana de descanso de nuestro equipo y eso me pone peor, no tengo escusas para escapar de este momento. Respeto a papá, ese es mi único temor. Si tan sólo Amy me hubiera escuchado y hubiéramos hablado con papá y mamá desde el primer instante, esto no estuviera sucediendo. Pero eso no se lo diré; joder, son desesperantes sus cambios de humor y escucharla llorar por t
Christian —¡¿Qué?! —chillamos, Jake y yo, realmente anonadados. Vaya. Eso no lo esperaba de mi hermano. Él es la persona más correcta que conozco, aún más que papá y mamá. Aunque la posición en la que lo encontré esta mañana en su apartamento con aquella vampiresa no era de alguien correcto. Miro a Lou, sus ojos se humedecen y niega. —Y yo que creí conocerte mejor que nadie, Lou —dice Jake, decepcionado, como si él fuera mejor que nosotros. Ciertamente se conocen muy bien y son amigos desde el jardín de niños, se volvieron inseparables desde el primer día hasta hoy. Yo lo doy todo por mi hermano, pero él confía más en Jake que en mí. Es como si hubiéramos hecho algún intercambio de hermanos, sólo que ahora Amy es mi mujer. Las vueltas de la vida y sus ironías. —Papá —murmura Lou, sin prestar atención a nuestras réplicas—. No hago nada malo. —Es casado, hijo. Espera, espera, espera. ¿Qué jodida m****a?