Lorenzo Lombardi

Tomo el cuerpo de Fiorella inconsciente, está totalmente desmayada y a mi entera disposición.

Pensó que era más lista que yo, pero no sabía que soy un ser perverso, con sed de sangre.

Lanzo su cuerpo, tomando sus brazos y piernas para poder amarrarlos en la cabecera de la cama.

La quiero desnuda antes mis ojos, cuando logro quitar cada prenda, voy a un cajón secreto detrás de una pared, sacando pequeños objetos que usaré durante toda la noche.

Tomo mi juguete favorito, introduciéndolo en su, es que más utilizo ya que expande los labios vaginales como me gusta.

Cada semana escojo una mujer diferente, que estén dispuesta a ser unas sumisas, sin voluntad, que permitan que haga todos los pensamientos perversos que pasan por mi mente.

Muchas de ellas, no soportan los juegos, terminan desmayas o pierden la sensibilidad en la zona, son bastante rudo a la hora de fo*llar.

Agarró todos los implementos, y decidió que es momento de comenzar con los preparativos, antes de despert