LaiaUn día antes del fin de semana, Nicole aterrizo en Barcelona, cuando la vi tenía unos lentes de sol con cara de porque nació, mientras me acercaba a ella se quitó las lentes. —Qué viaje tan largo —Es lo primero que me dice, se quitó los lentes para ver feo a su alrededor —Es un país bonito, no te lo niego, pero queda en la puta mierda —Me para acercarse y darme un beso en la mejilla y saludar con la mano al español. —Lo importante es que llegaste segura —Habla Pol mientras me da un abrazo por la espalda.—Efectivamente, tuve que huir demasiado rápido, mis abuelos se sorprendieron ni que decir de los chicos. —¿Tus abuelos saben la razón principal?—Ellos confían en el muchacho porque ha estado toda la vida viviendo por la casa —Suspira mirando alrededor —Muchos rubios con ojos claros, me sorprende, pero no lo suficiente —Dice para luego girar su cabeza y volver su atención a nosotros —Vamos.En el carro ambas estábamos hablando, de todas las situaciones que pasan por la vida, i
Laia—Tus padres me buscaron antes de venirme a España —es la charla mientras le ayudo a organizar todo en el armario. —¿Qué dijeron? —Pregunto sin dejar de doblar la ropa. —Preguntaron que cómo estabas, dónde y cuándo volverías —Me quedo en silencio unos segundos. —¿Qué le respondiste?—Les dije que estabas bien, que no iba a decir más por qué ellos decidieron irse de tu vida, que ya no hacen parte de tu vida diaria, entonces es mejor dejarlo quieto un tiempo. —¿Estuvieron de acuerdo con eso?—No, tu mamá tenía esa mirada de desesperación. —No lo dudo —Respondo, no digo más, ella tampoco me dice mucho. Hace casi un día estaba diciendo que quería verlos, claro que lo quería hacer, quería abrazar a mi mamá, pero recordaba como estaban dispuestos a echarme para cumplir su sueño a través de mí. —¿No quieres buscarla? Me dieron su número.—No te voy a mentir, claro que quiero hacerlo, después de todo es mi familia, mi mamá, mi papá y mi hermana que fueron las personas más especiale
Laia Mi cerebro se queda en blanco unos segundos, ¿qué era esta mierda? ¿Ella que hacía aquí?—Un placer, ¿Laia? —Extiende su mano, esta vez con una sonrisa totalmente satisfecha por lo que había dicho Pol. —Sí, un placer —Le acepto la mano, dando mi mejor sonrisa —Me habían hablado de ti, no pensé que fueras tan hermosa —La chica queda totalmente confundida y puedo ver de reojo la sonrisa que me da Pol, el cual me agarra por la cintura y darme un beso en la mejilla, la mirada que ella da. Lo sé, gané una batalla que no inicie. —Estaba ayudando a Pol a unas situaciones legales con mi cliente. —¿Eres abogada? —Abro mis ojos sorprendida por la información que acababa de tener.—Sí, ¿tú qué eres?—Se supone que publicista. —Lo eres —Interrumpe Pol —Es muy talentosa, tiene excelente ideas, y sabe defenderse en todo lo que puede. —¿Es profesional?—No, me vine antes a España. —¿por qué? —Pregunta ella con una ceja enarcada. —Bueno —Señalo mi vientre. —No me mintieron —La escucho s
NicoleYo tuve dos relaciones, en mi corta vida no he tenido muchas experiencias, no he salido de forma oficial con muchos, tal vez por eso soy tan tonta en ocasiones, confió fácilmente cuando no debería. Mi relación anterior fue maravillosa al principio. Todos solemos pensar que las relaciones son perfectas en un principio, y para alguien como yo, que necesita que todo esté organizado, que lleva un control meticuloso de las cosas en una agenda o en una hoja de cálculo, resultó complicado mantener esa relación. Sin embargo, lo amaba y deseaba tener hijos con él, convencida de que era el amor de mi vida. Ahora veo lo ingenua que fui.Las cosas las dejé de esa forma, ambos terminamos siendo amigos que no duraron mucho porque no podía aguantar ver la verdadera cara de él, alguien controlador que no era para nada parecido a mí, quería tenerme solamente para él, siempre pensando que era el único que podía tenerme y por esa razón dejo de prestarme tanta atención, descuidándome. Me resultó
Nicole Mi pecho empieza a doler, ¿qué puta mierda estaba pasando? ¿Cómo carajos ese desgraciado está aquí? Muchas preguntas, no estaba teniendo respuesta de ninguna, agarro la camisa de Laia, ella se gira a verme, no sé ella que ve, pero se asusta, Pol también se gira a verme, igual que mi amiga se asusta. Puedo escuchar las típicas preguntas, pero no soy capaz de formular una respuesta, no soy capaz de decirles que estoy bien, solamente quiero hundirme, ellos me llevan hasta la agencia, donde me sientan y tratan de darme agua, pero yo digo temblando y mis lágrimas empiezan a salir sin parar, tiemblo de una manera forma agresiva. Mi cabeza se llena de imágenes donde él puede hacerme lo que quiere, no le había dicho a nadie que venía a España, ni siquiera mi familia sabe que estoy aquí, saben que estoy en Europa, pero no en que parte. Me cubro la boca al sentir unas tremendas náuseas del miedo que tengo, ¿qué iba a hacer? ¿Tendría que irme a otro lado? No, no podía hacer eso. ¿Qué
DavidHabía salido con Pol hablar de la situación, estaba pensando en ir donde mis padres para ver si podía adelantar todo el proceso de acoso, la desventaja la teníamos porque Nicole era extranjera y la iban a tratar mal solo por eso. Mi única opción era pedir el apoyo de mis padres, que estábamos lejos de llevarnos bien, por muchos problemas internos que habíamos tenido en el pasado, cuando no quise seguir la línea de policía. —Deberías hacerlo —Fue el comentario de mi frío amigo, ese imbécil había cambiado demasiado desde que conoció a la carismática Laia. Aunque por lo poco que sabía, también fue una mierda con ella, pero algo cambio dentro de él al conocerla del todo pudo mover algo en su interior, no estaba seguro, pero me agradaba ver que ese amigo que la mitad del tiempo era alguien y sin ningún sentimiento de por medio estaba por fin mejorando. —No quiero tener nada de contacto con mi familia, no quiero dar explicaciones de porque no estoy con ella. —No deberías, total y
Nicole No había escuchado nada de David y cuando le preguntaba algo a Pol se hacía el loco, el primer día que encerraron al acosador solo exigía verme, el español de mi mejor amiga no quería ceder en que viera al chico, pero tomó la decisión cuando negocio que ellos estarían pendientes todo el tiempo.—¿Para qué me querías ver? —Es lo primero que pregunto cuando entro a la sala de interrogación, era muy... Raro estar aquí, como algo de ficción, pero en medio de esa habitación estaba la mesa, de un lado estaba él y al frente donde me iba a sentar yo.—Oh, mi dulce ángel —Se emociona al verme, pero yo siento un pequeño escalofrío al escucharlo. —Solo dime que necesitas —Le digo directamente, sus gestos cambian para volverse más frío.—Nicole, no has cambiado nada. —¿Qué creías? Éramos amigos y por eso te traté bien, ahora no tengo nada que perder.—Podrías perder demasiado, porque no solo yo tengo rencor contra ti, tu ex te odia tanto. —¿Ese? ¿Crees que me afecta lo suficiente?—Bue
Laia—Ya hoy regresa David —Miro a Pol que estaba mirando algo en su tablet, totalmente concentrado en el trabajo.—¿Qué quieres decir?—Se fue para donde sus padres, para que pudieran intervenir en el acosador.—¿Son tan importantes?—Es de Madrid, conoce las suficientes personas para que no vuelva a entrar a Europa.—¿Europa?—Sí, son una cosa seria.—¿En serio?—No solo los padres, los hijos también, la hermana, sobre todo.—¿Qué?—La conocí cuando era joven, nos lleva cinco años, entonces yo tendría 15 años y ella 20 —Suspira para verme —Disparaba excelente, tenía un talento que pocos tienen, tal vez por eso no tuvieron problema en incluirla como militar.—¿David es el más pequeño?—Sí, fue la sorpresa de todos.—¿Los mayores cuánto se llevan?—Dos años, el hermano es un excelente policía, pero primero sirvió como militar naval, luego se fue a la academia de policía.—Por mi propia seguridad, no voy a preguntar más —Me concentro en el computador para seguir trabajando, escucho la