Mikha estaba de mal humor esa mañana, ni siquiera tenía ganas de comer.

"Come, papá se irá pronto", le reprendió Rania al ver a su hija desanimada.

Había pasado una semana desde que Mikha parecía desanimada porque no se había encontrado con Justin. El hombre se había ido a Singapur y no le había enviado ningún mensaje.

Mikha asintió con debilidad, tragó su desayuno con dificultad, pero de repente sintió náuseas.

Mikha corrió al baño que estaba junto a la cocina, la chica

vomitó el contenido de su estómago. Su cabeza daba vueltas, casi se cae, por suerte, mamá Rania la abrazó.

En los brazos de mamá Rania, Mikha lloró, no por el dolor, sino por la añoranza que la consumía.

"Vamos al médico".

Edrick, que se había unido a su hija y a su esposa, inmediatamente tomó a Mikha de los brazos de Rania, su cuerpo débil solo pudo resignarse cuando su padre la guio hacia el coche.

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"¿En qué estás pensando, Mikha?"

Mamá Rania dejó el vaso vacío después de que su hija tomara el medicamento que el m