El teléfono móvil volvió a sonar, en lugar de contestar la llamada, Anna simplemente rechazó la llamada y apagó el teléfono en ese mismo instante.

Estaba molesta más allá de lo creíble, especialmente considerando cómo ese hombre la había rechazado después de que su primer amor apareció, y ahora, con total desfachatez, le pedía a Anna que volviera.

"No puedo tener miedo, Justin es mío. ¿No me pidió que abortara cuando quedé embarazada? Eso significa que no tiene derecho sobre Justin, ni siquiera antes de que este niño naciera. Ahora tengo que enfrentarlo."

Anna abrazó fuertemente a Justin y cerró los ojos, necesitaba descansar porque al día siguiente tendría que llevar a Justin a inscribirse en la escuela; con respecto a Rafael, ya no le importaba.

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Desde muy temprano, Anna ya estaba despierta, se duchó y cocinó el desayuno para Justin. Justin, desde su vientre hasta ahora, nunca había sido un niño llorón, tal vez entendía la situación de Anna al criarlo sola.

"¡Mamá!"

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