No dejé de llorar durante toda la noche, me di por enferma el siguiente día y no salí de mi habitación. Le dije a mi madre que me dolía el estómago, por lo que no tenía fuerzas para ir al colegio; 30 minutos después había llegado con una prueba de embarazo, pese a mis protestas de que no estaba embarazada, y de que le expliqué en varias ocasiones que la menstruación me había pasado hacía dos días atrás; su insistencia había sido a tal punto, que tuve que realizarme la jodida prueba para que pudiera irse al trabajo tranquila, cuando vio que dio negativa.
Arrastré nuevamente mis pies hasta mi habitación, después de haber ido hasta el baño para sacar otra caja de pañuelos del botiquín. Me hundí entre las cobijas, limpiando mis ojos nuevamente.
Tomé el teléfono de mi mesa, e intenté marcar el número de Gael otra vez. Le había enviado 37 mensajes en el transcurso del día, y le había marcado 18 ve
—No. Esta es la chica de Green —habló uno, tratando de alejar al que me estaba cubriendo la boca.No pude contener los sollozos de alivio, conocía esa voz. Era Corbin, el chico que le había ayudado a Gael para que entráramos al club en dos ocasiones. Solo por un momento pude sentirme a salvo.—¿Y? —Preguntó mi captor con indiferencia—. Está bien buena, no me interesa de quien sea chica.Y ahí mis esperanzas se desvanecieron, cerré los ojos, llorando con fuerza mientras trataba de removerme entre sus brazos. No quería que me hicieran daño, solo quería llegar a casa y acurrucarme en el sofá a ver The Bing Bang Theory.—No seas idiota, Luke. Si Gael se da cuenta de lo que le estás intentando hacer a su novia, te matará. Trent sigue siendo mi amigo y no quiero problemas.—Por favor —balbucee.El tipo ahora llamado Luke se echó a reír, junto con el otro idiota que los acompa
Fingir.Fingir una sonrisa, fingir que ya no me importaban los comentarios, fingir que no era de mí de quien hablaban los papeles que encontraba en mi casillero, fingir que todo estaba bien.Eso era lo único que podía hacer ahora. Fingir indiferencia.Me encontraba caminando hacia el salón de artes cuando lo vi. Aaron caminaba muy sonriente en mi dirección. Inhalé y exhalé lentamente, tratando de ignorar el hormigueo que se instalaba en mi estómago al verlo cuando me encontraba sola. Odiaba sentirme tan cobarde ante su presencia, pero simplemente él aun lograba intimidarme.—Muñeca —habló cuando estuvo frente a mí—. ¿Qué ha pasado con tu linda carita? Ahora pareces un monstruo.Puse los ojos en blanco, abrazando a mi pecho los libros que llevaba en mis manos.—Al menos a mí se me llagará a pasar. Es una lástima que tú no vayas a tener la misma suerte —dije, tratando de sonreír.<
Hacían falta un mes y medio para que llegara navidad. Mi época del año favorita; y en solo un mes, estaría graduándome, lista para viajar a Londres justo después de que pasara navidad.Mi vida se había vuelto tan rutinaria, que incluso mi madre se asustaba cuando me atrasaba diez minutos por causas del autobús al llegar a casa.Iba a clases, regresaba a casa, estudiaba para las pruebas finales y después simplemente veía WD o AXN. Había acompañado a Sky en varias ocasiones al médico y a comprar la cuna para el bebé. Pero después de ahí, mi vida social era un completo asco.Llegué a hacerme a la idea de que mi rompimiento con Gael era definitivo, y el dolor cada día era menor. Algunas veces Alonso me acompañaba y me hacía reír con sus idioteces. En otras ocasiones almorzaba en completo silencio, en frente de Caleb y Sky.Salí de la clase de álgebra al lado de Dee. Aún me dolía la cabeza al haber visto tantos núm
FANNY—Has sido muy valiente —me sonrió el hermano de Audrey, justo cuando dejó la máquina en la mesa de al lado de la camilla.Hice una mueca, al sentir un dolor desgarrador provenir de mi espalda. El que no me haya quejado, ni tampoco gritado, no quería decir que no me haya dolido. Había olvidado lo doloroso que era, inclusive, estuve a punto de hacerme pipí en los pantalones.—Duele hasta el alma —dije, suspirando pesadamente.El chico se echó a reír, sacudiendo la cabeza.—Por supuesto que lo hace; pero he tatuado a otras chicas que no dejan de gritar, y que incluso, no dejan que termine de hacer el tatuaje.Ladee la cabeza, viendo los rasgos de mi tatuador. Era la copia de Audrey, solo que en versión cinco años mayor. Su cabello era castaño y alborotado, sus ojos negros y su piel blanca (la poca piel que le quedaba libre de tinta).—¿
GAELElevé la mirada hacia el sol de la tarde, el cual comenzaba a descender lentamente detrás de las colinas. Mi pecho bajó y subió en una irregular respiración. La mano con la que sostenía la empuñadura de la botella de Jack Daniels, estaba comenzando a hormiguearme. Miré nuevamente las flores que cargaba en mi otra mano y obligué a mis pies a moverse del sitio donde me habían clavado, pero continuaron sin responderme.Hacía muchos meses debí de haber hecho esto, pero no había encontrado el valor suficiente para hacerlo. Y al parecer, aún no terminaba por encontrarlo.Miré hacia atrás, Frankie me sonrió desde el asiento del copiloto de mi auto.—¿Quieres que te acompañe, cariño? —me gritó, al ver que continuaba estático en el mismo sitio en donde me había dejado.Traté de sonreírle y negué con la cabeza.—Estoy bien —argüí, respirando pesadamente.
—¡Gael! ¡Deja de tomarte el vino! —le gritó Sky, en cuanto lo vio llevar la botella del vino de cidra a sus labios.Últimamente nuestra amiga Sky estaba siendo controlada por un carácter de los mil demonios; pero todos la comprendíamos, cargar un bulto como el que llevaba, no debía ser nada fácil.Y pensar que aún le hacía falta dos meses.—Es para entrar en calor —dijo casualmente—. Además, deberías de no quejarte; de todas maneras tú no puedes tomar licor.Sky puso los ojos en blanco, a la vez que le arrebata la botella y se la entregaba a Caleb.Me detuve apoyándome en la puerta de la cocina, sosteniendo la bandeja de galletas recién horneadas en mis manos, mientras observaba a todo mi grupo de amigos, más Adam, decorar el árbol de navidad. Me eché a reír al ver a Alonso ponerse un cordón de luces como bufanda y simular que estaba en una pasarela.—¡Alonso! —Gritó Dee, esta v
Una sonrisa había quedado pintada en mi rostro mientras recordaba las últimas tres horas. Quería más noches como estas, (Aunque me escuche como toda una pervertida) pero estaba enamorada, y amaba con todas las fuerzas los momentos que pasaba con Gael.Cerré mis ojos, recordando como ese apuesto chico que ahora dormía placenteramente a mi lado, arrastraba sus labios en suaves caricias a través de mi cuerpo, mientras hacíamos el amor.Giré mi cuerpo, apoyándome en uno de mis codos, para poder observarlo. Estaba acostado boca abajo, su rostro estaba vuelto hacia el mío. Sus brazos estaban apoyados sobre su cabeza y un mechón de cabello rubio caía agradablemente sobre su ojo izquierdo. Mordí mi labio inferior, estirando mi mano para alejar su cabello de su frente. Comencé a trazar lentamente sus pómulos con la punta de mis dedos. Su piel era tan suave, que provocaba interminables ganas de nunca dejar de tocarlo. Continué acariciando su rostro, l
FANNYLa noche era hermosa. La brisa que traía el viento alborotaba mi cabello, llevando mechones rebeldes hasta cubrir mi rostro.Enfoqué la mirada en el cielo cubierto de estrellas. Esa noche preciosa, lograba que ese lugar transmitiera la tranquilidad que necesitaba justo en ese momento.Dejé escapar lentamente la respiración, mientras cerraba mis ojos y me apoyaba hacia atrás en las tablas del viejo muelle.Cuando salí de casa, tratando de escapar de la noticia que rompió mi corazón, comencé a vagar por las calles sin rumbo fijo. Y en lo que menos me esperé, me encontraba de camino a este viejo muelle. Me había enamorado de este lugar desde el primer momento en que Gael me había traído aquí; la suavidad con la que el agua se movía bajo de los troncos, me ayudaba a pensar con claridad... solo así era capaz de encontrar la paz que necesitaba.Abrí los ojos y miré el ci