El manto nocturno había caído ya enteramente sobre la ciudad. La luna llena, completamente brillante y tan parecida a la plata, se asomaba ocasionalmente entre las pocas nubes que lograban cubrirla. El brillo de las estrellas decoraba el cielo nocturno, dejando ver la belleza del universo que lograba apreciarse desde la tierra firme. Adara, sin embargo, no lograba admirar nada de ello, pues toda su atención se concentraba en ese hombre que estaba sentado cerca de ella, mientras miraban ambos junto a su pequeño hijo una película de autos animados que Nicolás solía disfrutar mucho.La tensión era tan densa, que esta se podría cortar fácilmente con un cuchillo, y habían transcurrido solo tres horas desde que habían entrado a aquel enorme y lujoso lugar, la noche pintaba para ser demasiado larga. Mirando a su alrededor, Adara admiro aquella enorme mansión que, por supuesto, estaba en un barrio demasiado exclusivo en la zona mas privilegiada a las afueras de la ciudad, Barcelona albergaba
Las películas infantiles se habían terminado, y el pequeño Nicolás yacía durmiendo en la enorme cama que pertenecía a su padre mientras este lo arropaba y notaba aquella hermosa sonrisa infantil que se le dibujaba en los labios. Se preguntaba que tipo de sueño estaba teniendo, y si era tan maravilloso que le permitía sonreír entre sueños.Adara se había salido a caminar por los jardines, quizás, para tomar algo de aliento después de haberle robado aquel beso que le correspondió con intensidad.Sintiéndose inseguro, decidió salir junto a ella esperando que esta no se hubiese arrepentido de aquel intimo y breve momento que compartieron juntos en la cocina. El, conservaría aquel recuerdo como uno de los mas valiosos de su vida, y las esperanzas de recuperar a la mujer que realmente amaba, brotaron en el como hacen las margaritas en medio de la fría nieva anunciando la llegada de la primavera.Adara, sentía el sereno de la noche besándole la cara. Aun sentía sus mejillas ardiendo, su cora
La luz del sol de mediodía entraba directamente por los ventanales de su solitaria alcoba. La ciudad y sus sonidos, se escuchaban a lo lejos haciendo como una especie de música de fondo para sus muchos pensamientos. Se miraba en el espejo de su habitación, en donde se hallaba desnuda contemplándose mientas sentía un mar de emociones contradictorias en su interior.Adara miraba como el paso de los años y, tambien, las marcas de un embarazo sufrido habían dejado marcado su cuerpo para siempre. Se sintió nuevamente avergonzada de sus actos. Sintió una profunda decepción de sí misma después de haber recobrado la cordura que aquel momento con Héctor le arrebato. En ese momento en que sus sentidos se nublaron, no pareció realmente importarle todo lo que su historia llevaba detrás, y ella no podía olvidarlo…no debía olvidarlo.El regreso a su casa había sido silencioso. Ella no había tenido nada que decir y Héctor tampoco nada que platicar. Era como si ambos hubiesen estado reflexionando sob
La música clásica de fondo aunada a la luz de las velas en aquella elegante terraza que tenia una maravillosa y sumamente privilegiada vista hacia las montañas, hacían que aquel ambiente se sintiera cargado de romance.Un camino de pétalos de rosas rojas, conducía desde las escaleras hasta aquel espacio privado en aquel sitio de alcurnia, en cuyo centro podría apreciarse una elegante mesa para dos, vestida largos mantenles rojos, sobra la cual se hallaban dos copas, una apetecible entrada y una costosa botella de Domaine de la Romanée-Conti Grand Cru, un sumamente costoso vino francés, con demasiados años de añejo.Adara, se sintió sorprendida al mirar aquel esplendor que su novio había preparado solo para ella para la ocasión que había olvidado por completo y una vez aquel sentimiento de culpa la invadió haciéndola sentir una persona cruel, traicionera y miserable.—Ven conmigo Adara, esta noche es solo para nosotros dos…nadie mas nos molestara — dijo Noah invitando a Adara a tomar s
Aquella mañana no comenzaba como muchas otras. El cielo fuera de la ventana de esa recamara que no era la suya, se notaba tan gris como sus ánimos estaban en esos momentos.Mirando a su costado, Adara pudo ver como Noah se hallaba durmiendo casi como un bebé. Completamente entregado a los brazos de Morfeo, mientras ella sentía su alma tan resquebrajada como el cristal de una copa que se había roto sobre el suelo.Levantándose de la cama en donde, de manera fría y casi sin moverse, había permitido, más por obligación que por nada más, que Noah le hiciera “el amor” aunque ella, no sentía amarlo. Entrando a la tina de agua caliente en el baño de su ahora prometido, Adara sintió como se desmoronaba en mil pedazos y gruesas lagrimas comenzaron a resbalar de sus mejillas, lagrimas que lograban disfrazarse entre el agua que le escurría por el rostro.¿Por qué había aceptado casarse con un hombre al que no amaba? La respuesta no era difícil de deducir: ella le debía todo a ese hombre. Mirando
El aire de las provincias de Francia era simplemente encantador, perfecto para aliviar hasta las más profundas penas del alma.Saint Cirq Lapopie era sencillamente un paraíso medieval que bien acogía a todos, los que, como ella, eran artistas. Cuenta la leyenda moderna que André Breton descubrió este pueblecito mientras trazaba la gran Carretera Mundial sin fronteras, una idea antibelicista para un país que se estaba reconstruyendo tras la II Guerra Mundial. También, que se enamoró de sus callejones empedrados y de sus casas ajadas y que hizo de él una especie de resort vacacional e inspirador para colegas artistas. Este impulso revitalizó un pueblo que sigue entregado a la pintura, que sigue acogiendo a jóvenes creadores y que se había convertido en un paraíso rural gracias a su castillo en ruinas, a su portentosa estampa sobre el río Lot y a su perfecto estado de conservación.Camille Dubois era una pintora afamada y sumamente reconocida, que le había enseñado años atrás a desarroll
Adara había desaparecido.Noah marcaba nuevamente y con desesperación, el numero celular de su ahora prometida. Se había ya hecho el anuncio a los medios sobre su compromiso, sin embargo, ella parecía haber sido devorada por la tierra. Nuevamente, había huido…huido de él.Adara solía hacer ese tipo de cosas. Era como si realmente nunca hubiese sentido nada hacia él. Ese sentimiento le hacia sentir realmente miserable. Siempre parecía rehuir a su amor, como si de alguna manera realmente le molestara que la amara.Además de tener que lidiar con la desaparición repentina de su prometida, tenia que apagar su celular a ratos, de lo contrario, miles de llamadas y mensajes de Omara Dánae llegaban sin parar. La mujer había sido una buena entretención durante varios meses, pero era tiempo de que aquello se terminara, después de todo, tan solo le interesaba tener a Adara consigo, una mujer sin valor como lo era su hermana, no tenia una cabida real en su vida que no fuese la de un papel muy secu
—Esa mujer lleva saliendo con ese hombre desde hace tiempo, como lo solicitó señor Altamira, pedí que se me diera el acceso a las cámaras del hotel en el que la señorita Dánae se esta hospedando, y, en efecto, el Duque de Lennox ha frecuentado la habitación de la señorita varias veces, incluso amaneciendo con ella al día siguiente, me parece que esta mas que claro que existe una relación no profesional entre ambos, además, algunas recamareras aseguraron haberlos visto juntos compartiendo momentos íntimos —Héctor miraba aquellas fotografías extraídas de las cámaras de seguridad del hotel en el que Omara se estaba hospedando. El duquecito estaba engañando a Adara con su propia hermana, y le resultaba mas que obvio que ella no sabia nada, de lo contrario, jamás habría aceptado casarse con un hombre que la estaba traicionando, la conocía bien, ella no era el tipo de persona que dejaba pasar una situación como esa.—Esta bien, ya puedes irte, por favor, mantén vigilada a esa mujer, manda