Episodio 2

Habían tocado la campana para el receso y como siempre nos íbamos a donde estaba Zachary, que era la enfermería, donde tenía que aguantar las bromas mal echadas de Zachary y a un idiota de Thomas riéndose de todo lo que decía nuestro hermano mayor... No puedo creer que tenga hermanos tan imbéciles.

-¿Qué le dice la foca a su madre? - preguntó Zac y cómo siempre Tom contesta.

-¿Que le dice?- le siguió la corriente un imbecil de Thomas.

-I love you, mother foca - ambos estaban muertos de la risa yo por mi lado no le veía gracia.

A veces me pregunto, ¿en verdad son mis hermanos? La cosa era que si lo eramos, más cuando los tres nos parecíamos, éramos como tres gotas idénticas y cuando se me salía y decía delante de mi padre que ellos no parecían mis hermanos, que eran adoptados, el me regañaba hasta más no poder, pero es que ellos son tan diferentes a mi.

-Tu si eres amarga- bufo Tom poniendo su brazo en mi hombro.

-No soy amargada, si no que Zac ya tiene sus 26 años y no madura- digo seria.

-Y tu tienes 17 y eres una amargada a tu edad yo salia con chicas y gozaba mi vida- dijo Zac riendo.

-Si claro y tu Tom con 22 y no cambias- dije mirándolo.

Y si Thomas estaba en mi grado y todavía en la escuela por ser un bruto, el muy pendejo se había peleado en una escuela donde estudiábamos y perdió el año, y en nuestro antigua escuela volvió a perder el año, y esta vez mi padre lo amenazó, diciendo que si vuelve a perder el año lo matará a golpes.

Nunca he visto que mi padre no cumpla lo de promete.

-Amargada- rió- di otro para ver si esta ves se rie la amargada- dijo Tom y Zac ni corto, ni perezoso, asintió.

-Bueno, Doctor, tengo todo el cuerpo cubierto de pelo. ¿Qué padezco? - dijo Zac más que serio.

-¿Que padece?- dijo Tom aguantando la risa.

-Padece uzté un ozito - me abraza y se ríe, yo no resistí y me reí con ellos, no se podía mentir que a veces solía reírme, después de todo ellos hacían lo posible para ponerme feliz.

Estuve escuchando más de los chistes de mi hermano mayor, hasta que sentimos que abrieron la puerta y dejamos de reír y miramos el que estaba allí, bueno los que estaban en la puerta de la enfermeria.

-¿Necesitan algo?- Zac se puso serio y acomodo su bata. Se alejo de mi y se acerco un poco a los que habían entrado.

-Es solo que yo me rompí una uña- contesto uno de los chicos.

Trate de no reírme, puse mi cara más dura, es que no quería hacerlo sentir mal, menos cuando parecía una nena llorando.

-¿Es por eso? Qué infantil- habló el burlon de Tom, bueno al menos no seré yo la que me sienta mal si se pone a llorar.

-Es lo peor que me puede suceder- dijo exagerando.

Después decían que somos las mujeres las que somos exageradas y ni hablar cuando un hombre le pasa algo... Son unos llorones de primera y más cuando les pasaba algo, es como Zac siempre le pasaba algo y se ponía todo dramático.

-Te entiendo es feo — lo defendió Zac, ¿como no? Si también es un dramático — Ven, vamos a curarte. — el chico lo siguió sin ningún problema.

Me volteo a mirar a los chicos que habían entrado y ahora que los veía mejor, eran los nuevos, no pensaba que les pasaría nada, más cuando son nuevos, esa escuela no suele meterse con los nuevos, eso significaba que se lo hizo el solo.

-¿Y ustedes para que están aquí?- mire a cada uno de ellos, incluso los señale y ellos solo fruncieron el ceño y señalaron hacia donde se fue el exagerado... ese será su apodo.

-Acompañando a nuestro amigo- dijo un rubio.

-Hasta tiene que acompañarlo, no puede venir solo a la enfermería, es como un bebe - como siempre Tom burlándose de las desgracias de los demás.

                         

-No te metas con el - el rubio se molesta con Tom.

-¿Y que si lo hago?- dijo Tom acercándose a el sonriendo cinicamente.

Thomas siempre solía ser problemático y sabía que ese rubio de cara bonita se salvaría de mi hermano que era más alto que el.

-No van a pelear aquí, y si lo van hacer háganlo afuera- dijo Zac curando la pequeña herida del chico que se le rompió la uña, en eso entra un pelinegro y si mi memoria no me falla su nombre es Jacob, cuando Tom lo ve se tira encima de el.

-¡Oh!, Jewel, ¿te gusta la escuela?- preguntó un curioso Thomas, con su brazo en el hombro del pelinegro.

-Si, es muy bonita y con buenas personas- dijo tímido.

-Ja, ¿buenas personas? Mi trasero- digo riendo.

-Es verdad, aquí lo que hay son puras ofrecidas y puros idiotas- dijo Tom riendo.

No podía negar lo de mi hermano, porque desde que entramos a esta escuela todas se han querido acostar con mi hermano, aunque muchas lo consiguieron, pero gracias a mi padre dejo de estarse acostando con ella, y si lo sigue haciendo será en otra parte, pero a la casa tenia prohibido llevar mujeres.

-Es verdad, no puedes confiar en nadie, Jewel y si lo haces atente a las consecuencias- digo y Tom se pone a mi lado asintiendo.

Decidimos por mejor irnos, después de todo el ambiente con ellos allí era más que fastidioso y yo quería paz ahora mismo y solo mis hermanos me transmitían esta clase de paz, más nadie lo hacía.

-¿Como conoces a Jacob ,Tom?- le pregunto y el me mirara con el ceño fruncido.

-¿No te acuerdas de los Jewel?- preguntó y yo asentí.

Claro que los conocía, esa familia por generaciones han querido joder a los King y aunque pocas veces lo han logrado, nosotros seguimos fuertes.

-Claro, como olvidar aquellas personas que mataron a mama- digo seria.

-Bueno Jacob es un Jewel y su papa es un superior en el FBI, así que hay que tener cuidado con ellos - dijo y yo lo mire.

-Osea, ¿qué Jacob es familia, de aquel imbecil? - dije y Tom asiente.

No podía creerlo, tenía a un Jewel a mi lado y no me había dado cuenta. Esas personas no tenían corazón, me habían arrebatado a la mujer que más amaba en este mundo, ellos me quitaron a mi madre y los haré pagar por eso.

Nos fuimos a clase, lo bueno es que no eran muchas, ya que una de las maestras no había venido así que era lo mejor y nos iríamos temprano.

Cuando ya terminaron las clase nos fuimos los tres juntos como siempre y Zac nos iba contando todo lo que había pasado hoy en la enfermería y Tom como siempre se burlaba de las desgracias de los demás, algo que a nuestro padre le molestaba a muerte, porque hasta de nuestro padre se burla.

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