Iván, se removió saliendo de la inconciencia en la que se encontraba, sintió como sus manos estaban privadas de la libertad de movimiento, recordándo la desgracia que lo cubría y sintiéndo la muerte descender sobre él, se negó a sucumbir ante el desespero de lo inevitable, sabiendose inmerecedor del perdón, debía encarar a su suerte; Iker Sokolov, le había encontrado, había llegado en busca de Miranda, trayendo a su paso muerte y destrucción. —Hasta que al fin abres los ojo, traidor— Iván, simuló depertar al escuchar la voz de quién sin lugar a dudas seria su verdugo. —Tardabas en unirte a la fiesta, Sokolov— intentó que sus palabras sonaran animadas. ¿Sería tentar demasiado a su suerte, usar el sarcasmo en aquel momento? —Qué bueno que tengas tan buen animo— le respondió con una macabra sonrisa— dame la clave de acceso. —No creeras que será tan facil. ¿O si?—sonrió— sería decepcionaste si así lo creyeras. —No tengo tiempo para juegos, Novikov, dame la clave y sacaré a Miranda
Miranda, se encontraba mirando directamente al techo, con la espalda recargada en la cama, se preguntaba cuánto tiempo sería capaz de seguir soportando aquello, extrañaba mucho a Iker, queria estar en su casa, lejos de Iván y su desbocada obsesión por poseerla. Sus ojos se llenaron de lágrimas, ¿Sería posible escapar de todo aquello?, ¿Sería posible librarse de la locura de Iván Novikov?, a diario rogaba para que Iker la encontrase pronto, pero con el paso de los días, sus esperanzas se iban desvaneciendo de a poco. Iván habia dicho que estaba en un lugar seguro e insonorizado, nadie podrá escucharla aunque se desgarrara la garganta gritando, así que no tenía animos de hacerlo, sus esperanzas eran cada vez menos. Agradeció haberse aseado antes de que él se marchara, una suave bata de seda cubría su cuerpo, miraba hacia la mesa de noche junto a la cama, alli estaba su desayuno, pero lo que menos quería era alimentar su estomago, cuando su alma moría de inanición conservando la lejaní
Lara, se encontraba en el recibidor, rodeada de las Sokolova, esperando ansiosa alguna noticia, según le habìa dicho Angelo, tenían una buena pista y rogaba al cielo porque pudiesen estar encaminados a encontrar a su hermana y que la pesadilla al fin terminara, necesitaba tener a Miranda cerca, para que todo pudiese estar medianamente bien. —¿Cuánto tiempo más tardarán?— preguntó Irina ansiosa— tengo los nervios de punta. —No lo sé— Annika, revolvió sus manos—estoy intentándo mantener la calma, pero la verdad sea dicha, creo que no lo soportaré por mucho mas tiempo. —Siento que ha pasado toda una eternidad desde que se fueron— los ojos de Irina estaban llenos de lagrimas, mientras luchaba por no dejarlas deslizarse por sus mejillas, ella era una mujer fuerte, criada en medio de entrenamiento, dispuesta a todo por defenderse, pero desde que Miranda había sido secuestrada, se sentía demasiado sensible, no solo por extrañarla tanto, sino por ver el enorme sufrimiento reflejado en lo
Un nuevo día llegó y Miranda, amaneció rodeada de los brazos del hombre que amaba, la pesadilla se había acabado, había regresado a casa junto a Iker, donde debía estar, sintió ganas de llorar pero de felicidad.—Buen día, amor mío.— la abrazó, estrechándola fuertemente contra su pecho.—¿Descansaste?— le preguntó abrazandose a él y depositando un tierno beso en su pecho.—Si, más de lo que he decansado en muchísimo tiempo.— le besó la frente—pienso quedarme todo el día abrazado a ti, no quiero alejarme, Miranda, no quisiera pasar nuevamente po el temor que me invadió estos meses. Casi muero, enloquezco, temía no volver a verte, quería desatar un infierno, hacer arder a Rusia en pleno, solo para poder ver tus ojos de nuevo— ella le sonrió con ternura— moría por la necesidad de que me mirases, y saber que seguías aqí conmigo.—Tuve miedo, pensé que jamás volvería a verte— sus ojos se llenaron de lágrimas, mientras observaba los hermosos ojos de Iker— no entendía por qué tenía que estar
— ¿Sigues preocupada, amor mío?—No puedo evitarlo, Iker— suspiró— la angustia me calcome, deseo que esto pase pronto y que vuelvan sanos y salvos.—Ten paz, te prometo que si se complica, viajaremos de inmediato a Italia y le apoyaremos.—Pero Angelo dice que eso las cosas— dijo preocupada.—Me tiene muy sin cuidado, Miranda. Lo único que deseo es que estés tranquila, me angustía verte en ese grado de ansiedad.—Te prometo que intentaré calmarme— le regaló una dulce sonrisa— estás a mi lado, sé que cuento contigo, estará bien, tendré fe de que todo estará bien.—Así está mucho mejor— le dió un rápido beso en los labios— ahora, ¿Que te parece si nos alistamos para una noche romantica?, tengo una sorpresa para ti— dijo con dulzura. —Sabes que me encantan tus sorpresas— lo acercó a ella— ¿No es mejor una dosis de amor, ante la sorpresiva noche?—Esperaba una dosis de amor, despues de la sorpresiva noche— ronroneó contra la femenina boca.—¿Quién dijo que no podrías obtener ambas?— fue
Lara, estaba en el balcón del segundo piso, de la elegante villa siciliana, con la vista fija en las cristalinas aguas de la piscina, sostenía en su mano derecha una copa de vino tinto, estaba allí, solo observando el lugar, Angelo había salido, quizás no tardaría en volver, estaba afinando los últimos detalles para la tarde siguiente, cada vez más cerca de volver a ver el rostro de Giovanni Di Luca... en su propio territorio, estaba intentando no preocuparse, sabiendo que estaban al borde de lanzarse al abismo, de revelar sus vidas ante su verdugo, estaba por comenzar un nuevo roun, y quizas el último... En el primero, habían logrado salir airosos de aquella casa en la isla,huir para vivir un tiempo idílico. En el segundo roun, Giovanni habría asestado un golpe mortal, de no haber sido por los isleños que le ayudaron, ahora... comenzaba el definitivo. ¿Quién sería el ganador? ¿Matarían a Giovanni? ¿Los mataría él? ¿Serían víctimas o verdugos? Llevó la copa a sus labios, d
El camino al Duomo di Cefalù, resultaba un poco largo, pero tenían más que tiempo suficiente para llegar a la hora pautada, Sacó su celular, con la intensión de llamar a Mateo, quién había quedado al resguardo de la mansion en Estados Unidos, después de dos repiques, la voz del hombre se escuho alta y firme.—Buen día, señor.—Buenas tardes, Mateo, ya sabes la diferencia horaria.—Si claro, señor.—¿Y bien?, ¿Cómo está todo por allá?— preguntó con tranquilidad.—Todo en orden, señor, los club bien, en la casa, no ha habido ninguna novedad, anoche estuve en el Piacere, hubo buen flujo de personas, esta mañana he pasado por su oficina, le informé a su secretaria que cancelara las citas hasta nuevo aviso.—Pudiste hacer eso por telefono, Mateo.—Lo sé, señor, pero quería cerciorarme de que no hubiese margen de error, la mujer me ha informado que un par de socion, han intentado solicitar una que otra reunión, pero ella ha sido clara en que se encuentra de viaje de negocios y que, en cuant
Lara sonrió ante la expresión de asombro de Giovanni, era obvio que estaba incrédulo ante o que veían sus ojos, ella lo estaba disfutando, realmente disfrutaba esa expresión en su rostro.—Lara...— le escuchó decir, e intentar avanzar hacia ella.—Detente— le advirtió— mis hombres tienen ordenes especificas, si te acercas a menos de un metro de mi, van a dispararte.—¿Tus hombres?— tensó la mandíbula.—¿ Desde cuándo tienes hombres?, ¿Desde cuándo te interesa la mafia?, si bien recuerdo, querías mantenerte muy lejos de todo lo que implicara este oscuro mundo.—Me interesa— sonrió— me interesa todo lo que arruine tu vida.—¿Ahora se supone que quieres venganza?—¿Esperabas menos?— volvió a sonreir.—Me engañaste—tensó la mandíbula— escapaste con ese traidor, ¿Qué querías?, ¿burlarte eternamente de mi?—Al parecer eso es lo que querías tú— le acusó— después de todo lo que me hiciste vivir... Yo misma hubiese acabado con mi vida, aquel día, no soportaba un minuto más a tu lado— lo miró co