Después de cenar Sídney estaba en su cuarto revisando en su ropero lo que se llevaría, no había traído mucha ropa solo lo que había podido. Solo iban a ser dos días, tampoco era para tanto. En su mochila puso todo lo necesario como cepillo de dientes y todo lo imprescindible y lo guardó todo en su mochila. Tocaron a la puerta y entró Nicolás en la habitación, ella se volvió a verlo, traía algo en la mano.
—He estado pensando —dijo —y creo que prefiero crear nuevos recuerdos con mi hermano si es necesario que ver cómo esa gente le toman por un idiota. — le entregó el cuaderno que la resultaba familiar —Quiero que le entregues esto antes de regresar y que tome él una decisión. Sé que no le gustará para nada cuando se entere de la verdad.Sídney cogió el cuaderno de sus manos, era su diario en el cual solo hablaba de Daniel; si este lo leía estaría leyendo su vida, aunque no se acordara de ella, pero si confiaba en ellos se lo creería.—¿Estás seguro de esto? — preguntó, entenSídney estaba detrás de él, le latía el corazón a un nivel inimaginable, se estaba preocupando por lo que él estaría pensando ahora de ella. Se había detenido, pero no se volvía a mirarla. Ella quería hablarle, pero ¿qué le diría? Debía convencer a todos de que estaba aquí por Damon. Al fin Daniel se dio la vuelta y ella no podía describir lo que había en sus ojos, parecía enfadado y decepcionado al mismo tiempo y era con ella. Se acercó poco a poco a ella, pero ella fue retrocediendo hasta que se pegó contra la pared y se quedó atrapada entre los brazos de Daniel que ahora tenía una mirada acusatoria.—¿Así que ahora sales con él? —preguntó, pero ella bajó la mirada, no podía mantenerla, no cuando la miraba de esa manera que la mataba por dentro.—Daniel…yo — susurró, pero no sabía qué decirle.—¿No hay ninguna explicación? ¿qué era eso de que vine a recuperarte y no pienso irme sin conseguirlo? —ella levantó la mirada para verlo, se le hizo un nudo en la garganta, quería
Sídney tocó la puerta del baño unas dos veces y luego la abrió sin esperar a que la aceptaran entrar. Cerró la puerta tras sí, Daniel estaba sentado en el borde de la bañera con la mano ensangrentada. Levantó la mirada y se sorprendió de que Sídney estuviera allí con él. Ella corrió a arrodillarse frente a él mientras tomaba su mano herida.—El botiquín, ¿dónde está? —le interrogó preocupada mientras él estaba ocupado observándola —Daniel, el botiquín, ahora.Daniel resopló y la indicó dónde se encontraba, ella se incorporó y abrió el armario que lo contenía. Regresó de nuevo a los pies de Daniel. Abrió el grifo y dejó que el agua recorriera por su mano permitiendo de esa manera que desapareciera poco a poco la sangre acumulada. Le secó la mano y le hizo la cura, no era tan grave como parecía. Tomó unos vendajes y le vendó la mano. Ya vendada le acarició la mano encima del vendaje, Daniel cubrió su mano contra la de ella, Sídney alzó la mirada y lo miró a los ojos, había evita
Estaban mirando la película que habían escogido. Megan tenía su cabeza apoyada contra el brazo de Daniel mientras miraba la tele. Damon en cambio tenía su mano apoyada contra la pierna de Sídney encima de la manta.Estaban concentrados en la película y cuando se daba la oportunidad la comentaban, pero eso no pasaba con Sídney y Daniel quienes sus manos no paraban de acariciarse bajo la manta sin que los demás se dieran cuenta. Ellos estaban en un mundo distinto al que estaban Damon y Megan. Por primera vez Sídney se sentía a gusto, sin preocupaciones y dispuesta a todo.Megan se levantó y se fue a la cocina a hacer palomitas. Regresó cuando estuvo listo y compartió con los demás mientras continuaron mirando la película.—Quiero que deje de tocarte — le susurró Daniel a Sídney al oído, odiaba tener que desviar la mirada a cada rato y ver que Damon seguía con su mano contra la pierna de Sídney.—¿Y crees que no me molesta que ella esté literalmente pegada a t
Sídney se quedó paralizada por un momento mientras observaba el diario en sus manos, Daniel se dio cuenta y miró igualmente lo que llevaba en las manos. No lo había abierto todavía.—Es tuyo ¿verdad? —ahora tenía curiosidad —¿De qué trata? — como la primera vez, le parecía un libro.—Nada importante — se acercó Sídney sigilosamente a él. —¿Me lo devuelves?Intentó quitárselo, pero él se lo impidió alejando su mano.—¿Por qué te da miedo que lo vea?—Te prometo que lo harás, pero ahora no, créeme.—Entonces tiene algo que ver conmigo.Intentó abrirlo, pero Sídney se lanzó hacia él en un intento de arrebatárselo, pero acabó sobre él y no tuvo fuerzas suficientes para alejarse, su mirada había quedado atrapada con la de él. De un solo movimiento Daniel consiguió que ella estuviera bajo él.—¿No deberías estar con tu prometida? En cualquier momento puede despertarse y notar tu ausencia.—Dudo que eso pueda suceder — apartó un mechón de su pelo —, siempre
Sídney miró la hora en su móvil, daban la una de la madrugada y hacía un par de horas que Daniel había regresado a su habitación.Se levantó de la cama, llevaba puesto su pijama y unos calcetines, cogió un jersey y se lo puso encima por el frio. Ató su pelo en una cola, sacó una llave USB de su mochila y lo guardó en el bolsillo del jersey, cogió su móvil y le marcó a Nicolás quien tardó un poco que contestar.—Sídney — escuchó que le decía con esa voz ronca, acababa de despertarse.—¿Te he despertado? Te necesito.—No importa, dime ¿va todo bien?—Por ahora sí, todos están durmiendo y voy a entrar en el despacho de Damon.—¿En serio? — ahora estaba más atento — por favor ten mucho cuidado.—Por su puesto que lo tendré —se acercó a la puerta y la abrió. Miró a los lados del pasillo, estaba a oscuras. —Todo está en silencio.—Está bien, y procura no colgarme, quiero saber cómo te va todo, por si acaso.—De acuerdo.Sídney salió de la habitac
Daban las cinco de la madrugada cuando Sídney comenzó a despertarse, se retorció en la cama y fue entonces cuando notó el brazo de alguien alrededor de su cintura, lo palpó y se asustó e intentó acordarse de lo último que hizo. Recordó que estuvo en el despacho de Damon y que después llegó éste y la hizo beber, ¡se había emborrachado! Se miró bajo el edredón, todavía llevaba puesta su ropa, suspiró aliviada, no se acordaba de nada de lo que había sucedido después ni cómo había llegado hasta allí, no era la habitación que la habían asignado, ésta era más grande, pero estaba algo oscura porque las luces estaban apagadas. Necesitaba salir de allí cuanto antes.Tomó la mano de quien la tenía agarrada por la espalda y con cuidado intentó apartarla de ella y buscar forma de escaparse.—Olvídalo, no voy a soltarte —escuchó la voz ronca de Daniel mientras se aferraba todavía más a ella. Sídney sonrió aliviada de saber que se trababa de él y no de Damon.Se dio la vuelta para
¿Que tenía un padre? ¿Que Nicolás era su hermano? ¿Cómo podía ser eso posible? Su padre había muerto hacía dos años y solo tenía una hermana, Jessica ¿qué es lo que Sídney quería decirle al contarle aquello justo ahora?—¿Qué fue lo que te dijo? —preguntó Damon al notarlo tan chocante.Daniel se recompuso y lo miró furioso, acaba de descubrir que a pesar de ser su médico no tenía intenciones de hacerle recuperar la memoria. Damon lo miró confuso por la forma en que lo miraba. ¿Pero cómo enfrentarle a algo que desconoces? El diario debería tener alguna información que le ayudara. Pasó por Damon sin pronunciar ninguna palabra y entró de nuevo en la casa, subió las escaleras y entró de nuevo en la habitación de invitados. El diario seguía en la cama, se acercó a ella y tomó el diario. Todavía las palabras de Sídney seguían resonando en su cabeza una y otra vez “tu hermano”.Se sentó en la cama y abrió el diario, aunque no entendía por qué alguien escribiría un diario so
Nicolás aparcó el auto en el patio, todo era silencio, nadie había pronunciado ni una palabra desde que salieron de la casa de Daniel. Abrieron las puertas y se bajaron del coche. Entraron en la casa todo en silencio. Sídney se acercó al sofá, se desprendió de la mochila y se dejó caer en el sofá. Nicolás la siguió y se sentó junto a ella, estaba pensando en la mirada de su hermano, Sídney debía haberle hablado de él.—Le dije que eras su hermano — dijo ella como si hubiera leído su mente, él la miró, pero ella tenía la mirada fija hacia el vacío.Después de unos segundos la escuchó suspirar profundo y después apoyó su cabeza contra su hombro y enrolló sus manos alrededor de su brazo.—Supongo que le entregaste el cuaderno —dijo Nicolás—Así es. Ah