E N L A C A S A B L A N C A La pareja presidencial, Taylor y Nathan, observaban con asombro aquellas noticias que se reproducían delante de sus ojos. La noticia de que el coronel Ivanov se había delatado a sí mismo de la muerte de su esposa, llegó rápidamente a ellos gracias a uno de sus informantes que había sido enviado a rusia tiempo atrás, esto lejos del conocimiento de Roksana. Ninguno de ellos estaba dispuesto a decir nada más, sabían de qué se trataba de la madre de Sharon, de la que desconocían aun así su nombre. De un momento a otro, el celular del presidente comenzó a sonar, en la pantalla revelaba un número desconocido; sin embargo, a juzgar por el código que precedía el número celular, se dio cuenta de que la llamada se realizaba desde Rusia. —¿Diga? — cuestionó el hombre con la esperanza de que se tratara de Roksana. Sin pensarlo dos veces puso la llamada en altavoz, los que estaban a su lado, tenían el derecho de saber que ella se encontraba bien. Su sorpresa fue
Una confusa sensación recorrió el cuerpo del presidente, por una parte, se sentía aliviado de tener alguna noticia esperanzadora cerca de Roksana; sin embargo, esa pequeña parte era aplastada por la incertidumbre de no saber si ella continuaba viva o no. De alguna manera podría comprender el motivo que la había llevado a tomar esa decisión, no estaba de acuerdo; ella cambió el plan a última hora, esa era la razón por la que no llegó al lugar acordado, pero, si lo pensaba de una mejor manera, ella no tenía posibilidades de salir por algún otro punto. —¿De qué trata la carta? Debo admitir que no la abrí, a pesar de que realmente deseaba hacerlo — susurró Kyra desviando levemente su mirada, ella no deseaba ver algo que no le pertenecía; pero se trataba de la joven que durante mucho tiempo cuidó y que vi crecer. —¿Dice dónde puede estar? ¿Tiene algún tipo de información al respecto? — preguntó con un poco de esperanza. —Al parecer, ella no estaba segura de si iba o no a sobrevivir. El he
Esa misma noche, Taylor había recibido un mensaje de un número desconocido. A pesar de que se sintiera un poco extrañado por haber sido citado a un lugar bastante lejano, era más, una casa que quedaba casi a las afueras de la ciudad. Una sensación de que podría tratarse de Sharon, debido al gusto extraño que ella había mostrado por esos ambientes macabros, recorrió su cuerpo. Condujo por un par de minutos deteniéndose frente a esa gigantesca casa. Parecía como si estuviera en una escena de película, sí, un escalofrío recorrió su cuerpo, todo alrededor estaba completamente oscurecido, solamente había un pequeño destello de luz en el interior, la puerta estaba entreabierta, por lo que entrar ahí fue mucho más sencillo de lo que parecería. Sus pasos resonaban en la habitación mientras se adentraba a la casa, a pesar de que tuviera la sensación de que se trataba de Sharon, él tenía su cuerpo preparado para responder en cualquier situación que se presentara. —¿Hay alguien aquí? — preguntó
Taylor regresó al vehículo y condujo hasta la Casa Blanca, durante todo el camino no pudo sacar de su cabeza la voz de Roksana, él intentaba por todos los medios distraerse, pero nada le funcionó. En medio de la cena junto con sus padres, el silencio se había vuelto habitual, no había noticias del regreso de Sharon y todos desconocían si estaba con o sin vida, de igual manera, la esperanza que inundaba sus corazones seguía ahí. Por más que las dudas y las probabilidades dijeran lo contrario. «No se encontró su cuerpo» se respetan con constancia, lo que significaba que no era seguro que ella hubiese quedado a la deriva en el mar. Para proteger la identidad de Kyra, ella permanecía en un hotel, según los planes estaría en el lugar un par de días más, para por fin regresar a Rusia, el cambio de coronel había sido una noticia justa para todo, pues… Si un hombre era capaz de lastimar a su familia, ¿Cómo podría cuidar a una nación? La asignación se haría dentro de una semana, tiempo en el c
Ambos habían llegado al restaurante y habían hecho sus respectivos pedidos. Los ojos de Taylor no se despegaron ni por un segundo de sobre Roksana, algo dentro de él le decía que ella era Sharon, y que, aún ella no revelaría su identidad, quizá, ella debía pasar desapercibida debido a lo sucedido con el coronel, pero ¿Realmente qué estaba sucediendo? —¿A qué se dedica, Ammm… Taylor? — cuestionó llevando un poco de su comida a la boca. No quitaba la atención del joven que se encontraba al frente de ella, su mente intentaba descifrar en dónde más había visto su rostro, se le hacía realmente familiar, pero no sabía con exactitud en dónde. A pesar de todo eso, existía algo que le producía la necesidad de saber quién era, deseaba conocer mucho más acerca de Taylor; aunque no pudiera explicarse el por qué. —Soy militar — sonrió sin darse cuenta, su corazón se sentía de la misma manera que cuando estaba junto a Sharon. Las dudas que él tenía, lentamente, se iban desvaneciendo. —Usted me dij
—¿Interrumpí tu descanso con mi llamada? — Cuestionó el comandante con una sonrisa nerviosa al ver cómo se acercaba Roksana. Él aún se sorprendía de lo descuidado que fue con la identidad de Sharon hace tiempo; había ignorado cada una las señales que ella daba y el misterio que rondaba en su entorno, a pesar de que agradecía lo mucho que fue de ayuda, no dejaba de pensar que puso a todo el estado en peligro; si consideraba que los tenientes Nathan y Taylor estaban al tanto de ella, pensó que era alguien de confiar, lo era… más las sospechas y el riesgo nunca deben pasarse por alto. —Descuide, cuando terminemos con esto tendré suficiente tiempo para descansar — expuso intentando disimular la lástima que perder su tiempo de descanso producía en ella. Además de eso, debía preparar nuevas actividades para sus pequeños estudiantes; cosa que ella realmente disfrutaba. —¿Qué es lo que está sucediendo? — indagó con calma, entre tanto tomaba asiento. Por otro lado, Taylor y Nathan se dirigían
—¿Recuerdas qué fue lo que dijo el comandante? No quiero arruinar tu felicidad, pero deberías por lo menos mantener un poco de distancia por ahora, hasta que ella recuerde lo que sucedió entre ustedes — sugirió soltando un suspiro. Para él, conocer que su compañera había regresado fue como devolverle el aliento; sin embargo, saber que ella no recordaba casi nada de lo que había sucedido en los últimos meses, lo había hecho sentir un poco impotente. Según las palabras del presidente, ella deseaba poder rehacer su vida, pero al regresar a este lugar, no ayudaba en nada. Nathan podía comprender que era necesario que regresara y que no todas las cosas se habían resuelto, mas ella debía por lo menos haber tenido un tiempo de reposo ¿No era así? Él deseaba poder preguntarle acerca de lo sucedido en Rusia, quería conocer qué sucedió entre ella y su padre, cómo había hecho para enterarse de que él había sido el causante de la muerte de Bella, no importaba cuanto quisiera preguntar, simplement
Taylor se encaminó al jardín, en el que veía a algunos animales fuera de su corral ¿Desde cuándo a su hermano le llamaban la atención la crianza de animales? Dejando esa pequeña pregunta a un lado, recorrió cada uno de los rincones, no era simplemente un jardín, había terminado convirtiéndose en una granja en miniatura. Nathan, se dedicó a buscar por la zona del frente de la casa; Dylan y su familia vivían un poco más lejos de la ciudad de lo que él llegó a imaginar, además de eso escuchó que se habían mudado a un espacio más amplio ¿Era a causa de querer tener sus animales? —¿Dónde se habrán metido? — se preguntó lanzando un suspiro. Todo indicaba a que algo que no estaba de la mejor manera —¿Habrán sido secuestrados? — se preguntó por segunda vez… los ojos de Nathan se elevaron y cerca de la montaña vio a un par de personas intentando atrapar a una vaca. —Definitivamente es familia de Taylor, esa no es la manera para enlazar a una — soltó una leve carcajada sin despegar su mirada, e