Banfield debía hacer todo como se lo ordenaba Samael, si no deseaba sufrir las consecuencias por no cumplir con cuidar a la madre de los serafines infernales, así como entregar un primogénito varón. Sin embargo, Banfield no tenia de momento otra opción más que seguir al pie de la letra las directrices de Samael sin intentar nada con Daniels, cuidar de ella y alimentarla como su propia hija. Proveerle comodidades y brindar las oportunidades que se le negaron durante vidas pasadas y las oportunidades que aún no recibía en su vida desde su nacimiento en esta nueva vida.

Daniels tras abandonar esa habitación que durante años alquilo con el sudor más que de su frente para evitar que en incontables ocasiones se encontrara al borde de ser echada del lugar por no cumplir con la renta, ese día Daniels dio un fuerte suspiro al momento de salir de esa habitación que fue su terrible tormento y así mismo su refugio eterno durante noches y días llorando amargamente por la condición que padecía y pa