Ella grita, y no para de grita

lo cual es más excitante para él.

Charles la cambia de posiciones, y luego la acuesta a ella en la alfombra poniéndola en 4, se introdujo en ella tomando sus manos teniéndola hacia atrás como una prisionera.

—¿te gusta Pocahontas?— pregunta él agitado y mantiene un ritmo perfecto

—mmmm señor... Charles, si siga así por favor, no pares señor

Él sonrrie satisfecho y siguió haciéndola suya hasta que ella ya se veía agotada fueron 5 veces que la hizo suya sin parar.

Ella queda dormida en la alfombra

Charles la lleva al baño y la pone en la bañera, mientras el agua tibia cae en su preciosa piel morena.

Ella abre los ojos, esos ojos que lo cautivan.

—señor...

—dime Pocahontas

—gracias

—¿por qué?

—por cuidar de mi

—no quiero que te ilusiones conmigo por favor— dijo él mientras enjabonaba su cuerpo con delicadeza —yo cuido tu cuerpo por

que eso me pertenece, nada más el día se mañana no se cuándo serás libre y no volveré a saber de ti y tú de mi

—yo no tengo s