¿Nos dejaras pasar?— Pregunta el señor Arturo, que aún sigue de pie en toda la entrada de la puerta.

—claro señor Arturo, siga por favor

—hola Emma ¿como estas?

—un poco mejor Charles— responde Emma, trata de ocultar su asombró al verlo tan guapo

—¿te ves más recuperada y mi princesa?

—esta dormida, ya sabes como y duerme como un angelito

Charles toma asiento al lado de Emma.

—Emma, Emma te estoy hablando— la nombra Fabián seguidamente

—¿Qué me decías?— aterriza Emma, y Charles la está mirando fijamente

—que el señor arturo dice, que le compró un auto de juguete a Dulce María

—por favor señor Arturo es una bebé

—eso le dije Emma, mi hija aun no esta para esas cosas, aun así me lo pidiera no se lo daría le puede pasar algo

—hijo, eso lo dices pero espera que ella empiece a hablar y te enamore con su voz consentida y ojitos tiernos a ver si te resistes— sonríe el señor Arturo

—¿quieren café?— ofrece Fabián

—¿Qué piensas hacer cuando pase tu reposo?— pregunta él señor Arturo

—bu