Día 02:Tiffany era el jefe de la familia; era más, según ya se ha dicho, su tirano. Tíos, primos y sobrinos acataban sus órdenes, respetaban sus caprichos. Este dominio sobre las almas no se explicaba de modo suficiente por motivos económicos, pero sin duda estos influían bastante. Entre toda la familia no había habido más hombre trabajador en todo el siglo que el padre de Tiffany, el abogado, que también había sido, dentro del matrimonio, menos prolífico que sus parientes. Ya se ha dicho que Tiffany era hija única, y, por tanto, heredera universal del abogado romántico y flautista. Pero los ahorros del aprovechado jurisconsulto llegaron a su hija un tanto mermados; su verdadera virtud había consistido siempre enla prudencia y en el sigilo; sabía que el mal ejemplo y el escándalo son los más formidables enemigos de las sociedades bien organizadas, y él, visto que no le era posible conservarse en casta viudez, tal vez, como la tentación le había apuntado varias veces a la oreja, a las
CARTA...Para: La chica más dulce y amorosa del universo, TiffanyNunca se me paso por la cabeza poniendo palabras de amor sobre un papel, y mucho menos pensé que podría llegar a enamorarme y sentirme de esta manera.Todo lo que un día creía real se desplomo, cambió completamente el día que te conocí, porque aunque me resistí, no pude evitar caer en tu hermosa mirada y ver cambiar todo lo que un día fui, volviendo a nacer solo por ti, solo para ti.Desde que nuestros caminos se cruzaron, descubrí la magia de enamorarse, del amor, de querer a alguien, esa magia que transforma y te convierte en un ser completamente irracional pero, por sobre todas las cosas, te hace ser infinitamente feliz.Gracias a ti, sé lo que es el amor y puedo decir que soy un hombre nuevo, pues ahora soy un hombre enamorado.Haberte conocido fue para mí una de las mejores cosas de mi vida, porque a tu lado logré entender el verdadero significado del amor, y cultivar y cuidar ese sentimiento tan bonito que enciend
― Y si viajamos la próxima semana. ― Le propuse a mi padre ―.― Nos haría bien un fin de semana en la playa, además, debemos aprovechar el tiempo porque si confirman mi viaje de negocios estaremos alrededor de tres meses sin vernos, tienes que invitar a tus amigos y ya sabes a quien....― Por supuesto, sin ellos viajar a la playa no es lo mismo. ¿Padre y porque pasarás tanto tiempo fuera de casa?― Te cuento, Tiffany, lo que ocurre es que el nacimiento de nuevas empresas tiene muy preocupado a los inversionistas porque la competencia está desarrollando productos muy innovadores y sus estrategias de marketing les están posicionando muy bien en el mercado. Los inversionistas temen que sus inversiones no consigan tener rentabilidad a largo plazo ya que de ser así serían grandes las pedidas, para ellos y para la empresa.En ese momento mi celular comenzó a vibrar.― Papá, disculpa que te interrumpa, es una llamada importante. Ya te sigo escuchando. ― Dije levantándome del sofá para subi
Dia 03.Como me huciese gustado que fuese mi historia...La familia adoptiva de Tiffany, oriundos de la montaña, habían bajado a ciudad y por todo recurso acudían al expediente de buscar matrimonios de ventaja, seduciendo a los influencers de la ciudad con pergaminos y escudos de piedra labrada, allá en los caserones de los vericuetos, y a las tiernas doncellas con las buenas figuras de arrogante vigor y señoril gentileza que abundaban en la familia. Casi todos los Valcárcel eran buenos mozos, aunque no tanto como el abuelo heroico, esbeltos; pero de palabra tarda, ceño adusto, voz ronca, trato oscuro y orgullosos sin disimulo; distinguíanse también por su apego exagerado a la capa, cuyo uso era excusado la mayor parte del año en los poblachones bajos, templados y húmedos, donde solían buscar novias. Algunos llevaron su audacia, sin dejar la capa, a extender sus correrías de caballeros pobres hasta laspuertas de la misma capital de la provincia, y por fin Santiago el padre adoptvo d
El buen esposo durante mucho tiempo no paró mientes en tales injurias.En el fondo del alma, y a pesar de los elegantes trajes de paño inglés que se le había hecho vestir, continuaba considerándose el antiguo escribiente de Santiago, a quien había pagado sus favores con la más negra ingratitud. Todos eran para él los _señoritos_. En vano, allá en los rápidos días, ya remotos, de aquella luna de miel que Emma había decretado que fuese tan breve, en vano la enamorada esposa le había exigido más dignidad y tesón en el trato con los primos y tíos; él, Bonifacio, no podía menos de estimarlos siempre muy superiores a él por la sangre, por los privilegios de raza en que confusamente creía. Juan le aterraba con sus grandes patillas cenicientas, sus ojos fríos de color de chocolate claro y su doble papada afeitada con esmero cancilleresco; le aterraba sobre todo con sus cuentas embrolladas, que él miraba como la esencia de la sabiduría. Siempre que Juan daba noticia somera de las mermas de l
Se iba a una tienda. Tenía tres o cuatro tertulias favoritas alrededor de sendos mostradores. Repartía el tiempo libre entre la botica de la Plaza, la librería Nueva, que alquilaba libros, y el comercio de paños de los Porches, propiedad de la viuda de Cascos. En este último establecimiento era donde encontraba su espíritu más eficaz consuelo; un verdadero bálsamo en forma de silencio perezoso y de recuerdos tiernos. Por la tienda de Cascos había pasado todo el romanticismo provinciano. Es de notar que en el pueblo de Carlos, como en otros muchos de los de su orden, se entendía por romanticismo leer muchas novelas,Esta era la mejor y más sana parte de lo que se entendía por romanticismo. Su complemento consistía en aplicar a las costumbres algo de lo que se leía, y, sobre todo, en tener pasiones fuertes, capaces de llevar a cabo los más extremados proyectos. Todas aquellas pasiones venían a parar en una sola, el amor; porque las otras, tales como la ambición desmedida, la aspiración
Ocho días después estaban en el pueblo el tenor Mochi, famoso en todos los teatros de provincia del reino, y su protegida y discípula la Gorgheggi. Cantaron _La Extranjera_ la primera noche, y aunque el diario más filarmónico de la capital «no se atrevió a emitir juicio por una sola audición», el público, menos circunspecto (verdad es también que con menos responsabilidad ante la historia del arte), se entusiasmó desde luego y juró en masa que «desde la _Tiplona_ acá no se había oído prodigio por el estilo. La Gorgheggi era un ruiseñor; y además, ¡qué guapa, qué amable, qué atenta con el público, qué agradecida a los aplausos!». Sí que era guapa; era una inglesa traducida por su amigoMochi al italiano, dulce y de movimientos suaves, de ojos claros y serenos, blanca y fuerte; tenía una frente de puras líneas, que lucía modestamente, con un peinado original, en que el cabello, de castaño claro y en ondas, servía de marco sencillo a aquella blancura pálida, en que, hasta de día, como pe
Por la noche Tiffany le echó del seno del hogar por algunas horas, yCarlos volvió al ensayo. Ahora no estaba sólo en calidad de público; en todas las _faltriqueras_ había abonados, y en la de los tertulios de Cascos se destacaba la respetable personalidad del Gobernador militar, que honraba a aquellos señores aceptando un asiento en lo oscuro. Reyes se sentó en primera fila, y en cuanto Mochi miró hacia el palco, le saludó con el sombrero. No contestó el tenor por lo pronto, lo cual desconcertó al buen aficionado, principalmente por lo que pensarían sus amigos; mas ¡oh gloria inmortal, oh momento inolvidable!, al lado de Mochi, frente a la cáscara del apuntador, había una mujer, una señora, con capota de terciopelo, debajo de la cual asomaban olas de cabello castaño claro y fino; y aquella mujer, aquella señora que había notado el saludo de Reyes, tocó familiarmente con una mano enguantada en un hombro del tenor, y le debió de decir:--En aquel palco te han saludado.Ello fue que Moc