Al abrir la puerta del Jet, Sara se quedó de pie al inicio de las escaleras, tenía mucho tiempo de no ver esa ciudad. Desde el día en que partió con nada más que su amiga de la mano y los pocos billetes que cargó en su bolsillo, no había tenido intenciones de volver, pero enterarse que su familia hablaba pestes de ella, la enojó al punto de querer dejarles claro que los había sacado de su vida, pero que ellos también debían hacerlo. Uno de los hombres predispuestos para su seguridad le extendió la mano para ayudarla a bajar, dejándola estática al ver la línea de autos que la esperaban. Pero ¿cuantos eran? ¿ocho? __ ¿Porqué tantos? - cuestionó.__ Porque el jefe lo dispuso de esa forma, señora. - respondió el sujeto. __ No quiero que sean tantos. Solo voy a ver a mi familia, no a un cartel de...__ ¿Cuantos quiere que la sigan con discreción? - la pregunta la descolocó. Pero era algo habitual con ellos, obedecían lo que su jefe diría, pero no estaban autorizados en dejarla sola, po
Sara dejó a su hijo a su lado mientras dormían para descansar de un día lleno de emociones.Le cansó el estar frente a unas personas en el desayuno que la veían incrédulos por lo que dijo, mientras para la tarde, su familia estuvo frente a ella. Eso era más de aquello para lo que se había preparado y aunque se dijo que debía ser fuerte, sintió que podía flaquear. En la mañana preparó un desayuno, omitiendo la curiosidad de conocer el lugar donde al cual la llevaron. No quería recorrer un sitio que no era suyo, pero gritó el nombre de su esposo por todos lados, después de todo esa casa tenía más espacio que las dos casas que tenía su familia juntas. Se vio desayunando en la terraza, admirando la vista, colocando la comida de Queen en el suelo, a su lado, para pasar un momento solo con ella, mientras su amiga y su hijo dormían. __ ¿Estás triste? - le preguntó a la rottweiler al verla desanimada. - No te preocupes, regresaremos. Verás de nuevo a ese gigante y malhumorado animal. - la
Nadie creía que lo que oyeron fuera real, salvo Byron, quien fue testigo de haberlos visto juntos en el evento días antes. Pero para Victoria fue como un golpe de realidad que le dolió más de lo que creyó. ¿Como era posible que su hermana tuviera un esposo como ese? Trató de advertirle a su madre de quién se trataba, pero no pudo cuando esta volvió a hablar la boca.__ No es posible, usted es...__ Leonardo Crown. - dijo Andrés con la mandíbula descolgada. Había hecho malabares meses antes para reunirse con él y aún así no logró nada. - Es un placer...__ Evitemos la hipocresía aquí. - tomó la mano de su esposa. - Estoy esperando una disculpa para mí mujer y aún no la escucho.__ Disculpe, no quiero ser maleducado pero creo que este es un asunto de familia. - interfirió Henry dando un paso al frente, pero fue detenido por su hermana. - No sé lo que ocurre aquí, pero nadie puede...__ Cierra la boca, Henry. - se adelantó su padre y este guardó silencio. - Disculpelo, señor Crown. __
__ ¿Porqué llegas hasta esta hora? - la pregunta de Sara logró que Leonardo se girara, pasaban las tres de la mañana, no tenía que estar despierta en ese momento.__ ¿Como porqué debería responder eso? - dijo con indiferencia al tiempo que dejó su saco en el mueble, soltó dos botones de su camisa y se dirigió a la botella de whisky. - ¿Porqué no te has dormido? __ ¿Como porqué debería responder a eso? - devolvió ella y su esposo bufó al ver que el carácter de la chica volvía a ser esa molestia por la cual estaba comenzando a considerar si era tan buena idea tener una esposa.No contestó, no quería iniciar una contienda para ese instante. Estaba cansado, acalorado y con la cabeza llena de situaciones sin resolver no era buena opción el querer discutir.__ ¿Que tienes ahí? - cuestionó Sara al ver la piel roja en su mano, una que pareció irritada. __ Nada. - respondió él. - Ve a dormir. Necesito pensar.__ ¿Me necesitas dormida para pensar? Bueno, al menos a alguien le sirve que yo due
__ Aún sigo sin ver porqué tendría que ayudar. - Sara prefirió ser cortante a darles la oportunidad de hacerle daño de nuevo. - Ustedes se desligaron de mí desde hace ¿dos años? __ No seas egoísta.__ No lo estoy siendo. - se hizo para atrás cuando Andrés quiso tocar su mano. - Estoy correspondiendo lo que ustedes me dieron por mucho tiempo. __ Nosotros no tenemos la culpa de...__ No, la tuvieron de dejar que todos dijeran que yo fui una...__ No dijimos nada.__ Tampoco lo impidieron. No hicieron nada y ahí radica el problema. - les hizo ver. - Cuando yo los necesité, ninguno abogó por mí. Pero ahora que necesitan de mí, quieren que corra a ponerme a su disposición como si ustedes valieran y yo no. __ Esto es algo grave. - exclamó Henry.__ Lo mío también lo fue y lo sigue siendo. He pasado por...__ Y podemos ayudarte cuando nos recuperemos. - la voz apacible de Andrés salió a relucir, queriendo que con eso la credibilidad como padre floreciera. - Solo debes interferir porque Le
Sara celebró para sus adentros al ver a Leonardo tan molesto al subir al auto, que estuviera dispuesta a cambiar por alguien más seria no quería decir que un desliz de sus travesuras se diera de vez en cuando. Sacarlo de sus casillas era su deporte favorito y más cuando sabía que si cumplía su promesa iba a disfrutarlo. __ Señora Crown, ¿desea algo especial para su almuerzo? - l preguntó el consejero Ryan desde la puerta. Señora Crown, que extraño aquel apellido para ella, pero no iba a discutir con él. A quien le gustaba hacer enojar se había ido, por lo que podía darse un descanso. No pidió nada en especial para ella, pero sí para su hijo. No le apetecía cocinar en ese momento, quería descansar de la ansiedad que ver a su padre y hermano le daba siempre. Por eso los evitó por tanto tiempo. __ No me digas que te pagan por verme todo el día - exclamó con diversión, pero lo que para ella fue solo una broma, para el consejero Ryan era su misión. - ¿Si lo dispuso Leonardo? El hombr
__ ¿Una Crown? ¡No seas ridícula! - se burló Henry con una risa gigante. Sara solo lo observó al punto de hacerlo sentir incómodo porque nadie más lo siguió. Se aclaró la garganta, miró a su padre y se volvió el cachorro más tímido del lugar.__ Luego del momento cómico, patrocinado aquí por Henry, creo que podemos hablar de negocios. - se enderezó, pidiendo que el consejero le diera. - Anoche me quedé pensando en algo. __ ¿Como verte más patética presumiendo un apellido que no te corresponde? - atacó su hermano de nuevo.__ La inteligencia quiere ser tu amiga, pero tú te rehúsas. - declaró su hermana en un tono reprobatorio. - Hay algo que se llama matrimonio, si no sabes cómo funciona, tú firmas un papel similar a este. - señaló una hoja de los documentos que tenía en las manos. - Con eso, la esposa adquiere el apellido de su marido. ¿O creías que nuestra madre era Eva Stewart? Si así fuera, serían parientes, lo que nos haría, a tí, a Victoria y a mí como hijos de...__ No es nece
__ ¿Que hacemos los dos, solos en esta casa? - le cuestionó Sara a su hijo, este solo la observó sin poder responder a qué se refería, pero amando pasar tiempo con su madre. - Tu tía nos hace falta en estos casos. Ella sí saca ideas de donde no existen para divertirse. __ ¿Algo que se le apetezca? - quiso saber el consejero. - ¿Bocadillos? ¿Jugo de algo? ¿golo...__ No, solo quiero saber si pudiste comunicarte con...__ El señor está bien. - mintió el consejero pues no había logrado contactara su jefe, pero en ese tipo de casos no debía surgir intranquilidad en nadie, así que lo único que debía preocuparle era que nadie del concejo se enterara, era un secreto que él no iba a revelar.Por lo que distrajo a la esposa de su jefe con datos sobre las pinturas en esa casa, las figuras, todo lo que se le ocurrió. Nadie debía hacer preguntas o mencionarlo para que a otros se les ocurriera hacer preguntas. Se comunicó con Don Braulio para saber cómo iban las cosas con él y si necesitaba algo