El salón del gran baile estaba listo y el emperador estaba desesperado en búsqueda de su madre. —¿La has encontrado? Le pregunta al mayordomo con esperanza. —No señor, lo último que se sabe de la señora es que salió desde ayer oculta en una capucha. —Maldita sea. Murmura este frunciendo el ceño enojado. —¿Los invitados? —Todos están llegando… La gran mayoría se están preguntando por qué la puerta aún permanece cerrada. Explica el mayordomo y el emperador golpea el escritorio furioso. —Abre la puerta y encárgate de todo, riega la voz de que la emperatriz madre está indispuesta por salud. —Como ordene señor. Dice el mayordomo antes de retirarse. —Espero que pronto aparezcas madre… Susurra este apretando su puño con fuerzas. ADELAIDA: El hermoso vestido color turquesa deja ver mi vientre que está creciendo de manera considerable y eso me hace muy feliz. Lili se encargó de hacerme una hermosa trenza adornada con varias flores dándome un toque angelical. Toco mi vientre c
Mientras el salón de fiesta era un caos, Bastián y Adelia están de lo más cómodos tomando una taza de té. —¿Crees que todo haya salido bien? Le pregunta Adelia al lobo y este la mira con ojos brillantes. —Por supuesto que sí, confío plenamente en la luna y el alfa. Responde mientras come las deliciosas galletas de chocolate con tranquilidad. —Mmm, entonces me siento más tranquila. Dice está dando un suspiro y Bastián se detiene a mirarla de manera intensa haciendo que ella se ponga nerviosa. —Deja de mirarme así Bastián. —¿Por qué? ¿Te pongo nerviosa? Le pregunta en un tono burlón y Adelia arruga el ceño y tuerce la boca. —Ja, ya quisieras. El lobo observa a su hembra y se relame los labios mirando su hermoso rostro y sus hermosos labios carnosos. —Adelia. —¿Si? —¿Puedo besarte? —¿Qué? —Se que escuchaste. —Si lo hice… Sólo quiero confirmar lo que acabas de decir. —¿Puedo besarte? El chico vuelve a decir y la ninfa se muerde los labios mirando al lobo. —¿Por qué qui
ADELAIDA: Es media noche y Raizel y yo caminamos por el claro de un bosque. —¿Si sabes dónde está el lugar? Le pregunto a mi lobo a lo que esta asiente. —Era el punto de reunión de mis padres y sus hombres más cercanos. Susurra y yo asiento sintiendo su nostalgia. —Estoy contigo cariño. Susurro. —Lo sé, hermosa. Dice este y llegamos a un lago que aún en medio de la oscuridad se mira muy hermoso. —Es ahí. Dice señalando una especie de cueva en medio de dos rocas muy grandes. Ambos caminamos en dirección a la cueva y puedo sentir nostalgia y dolor en mi lobo, así que me detengo. —Cariño… Susurro tocando su mejilla y él toma mi mano entre las suyas. —Estoy bien, es solo que desde que mis padres fallecieron nunca había venido aquí. —¿Estás seguro? —Si. Responde dejándome un casto beso en los labios para luego continuar con el camino. Al llegar a la cueva Vitales nos recibe con una sonrisa. —Sabía que vendría. Murmura y Raizel asiente caminando hacia la cueva para lueg
ADELAIDA: A pasos lentos me acerco al carruaje donde se encuentran las dos mujeres y con una sonrisa perversa lo abro lentamente. —No nos haga daño por favor. Grita mi hermana mientras se abraza en el cuerpo de la mujer que le dió la vida y sonrío. —Vaya, no sabía que eran tan cobardes. Digo con burla y ambas abren los ojos para mirarme. —Oh, gracias al cielo que eres tu Adelaida, pensé que eran unos bandidos. Dice la señora mayor con alivio y comienzo a reír. —Si, que alivio. Digo mirandolas y mi hermana se endereza y me mira de manera altiva. —Me alegra que seas tú, ahora sacanos de aquí, no podemos perder lel tiempo. —Claro, con mucho gusto. Murmuro y levanto mis manos haciendo que mis niñas levanten el carruaje para luego lanzarlo con suma fuerza al bosque. —¿Vienen conmigo? Le pregunto a Marla y Lili. —Gracias por la invitación, pero nos quedaremos aquí, ve y diviértete. Dice Marla tomando a Lili por los hombros y yo asiento caminando al bosque. Mi caminata se de
MARLA: Los días en la capital del reino han sido divertidos, pero también algo tristes por la falta de mi compañero de vida. —Oye ¿Estás bien? Me pregunta Lili acercándose a mí y sonrío de medio lado. —Me hace falta. Murmuro con un suspiro y ella asiente comprendiendo. —Entiendo… Pero creo que no deberías de extrañarlo tanto. Murmura mientras me hace señas a mi izquierda y yo giro sin comprender hasta que lo veo. —Suerte linda. Me murmura y yo me quedo sin saber cómo reaccionar o hablar. —Mierda. Murmuro colocándome en pies y el lobo se acerca a mi con media sonrisa divertida en los labios. Al estar cerca cerca de mi Zacary toma mi mano dejando un dulce beso en ella. —Con que me extrañaste ¿He? —¿Escuchaste eso? —Por supuesto… Yo también te extrañé… Y mucho. Sus manos toman las mías entrelazando nuestros dedos y yo sonrío emocionada al ver que él toma la iniciativa. —¿Por qué no me dijiste que vendrías? Hago un puchero y el lobo vuelve a sonreír. —Quería darte la so
—¿Sorprendidos? Pregunta mi madre entrando con elegancia a la sala y el emperador se coloca en pies. —¡Guardias! ¡Encierrenla! Grita y los guardias comienzan a movilizarse, pero el gruñido de Raizel los hace detenerse y yo me coloco en pies de manera delicada. —Un solo dedo a mi madre y juro que me las pagarán. Hablo con autoridad y todos los nobles comienzan a murmurar entre ellos. —Señores, ante ustedes les presento a la antigua emperatriz ninfa Adelia Chandler. —¿Adelia Chandler? Pero está muerta. —¿Muerta? Jajaja, no lo creo. Dice mi madre y mueve sus manos para así crear una hermosa rosa de color rojo. —Mi verdadera madre estuvo cautiva todo este tiempo gracias a el duque Ivanov y nuestro emperador ¿Qué tienen ambos que decir al respecto? Todas las miradas se dirigen a ambos hombres y mi padre junto al emperador me miran con evidente odio. —Hija, se que no te sientes bien por lo que ha hecho tu madre… Creo que deberías ir a descansar. —Ya he descansado lo suficiente
ADELAIDA: —Mi pequeña niña… ¿No estás feliz de ver a tu padre? Dice con una sonrisa siniestra mientras siento el pesado aire en el ambiente. —¿Por qué haces esto? ¿Por qué? Pregunto mientras trato de mantener la distancia con mi progenitor. —¿Por qué? Es una excelente pregunta. Menciona mientras deja salir un aura demoníaca que hace que los vellos de mi cuerpo se me ericen. —Eres un demonio… Murmuro y su sonrisa se ensancha más. —¡Sorpresa! Exclama y yo alzo mis manos para comenzar a luchar, pero él levanta la mano. —No tan rápido querida hija… No termina de hablar cuándo alguien más se coloca detrás de él con una capucha. —Todo está listo señor, debemos irnos. —Excelente. Dice y un abrir y cerrar de ojos lanza una especie de aura negra sobre mi, haciendo que me paralice. —Un dato muy importante querida hija… Cuándo un demonio mayor desea más fuerza y más poder… Sólo debe de hacer una cosa… —Devorar a su propia sangre en la luna roja, y si este recipiente posee un gra
ADELAIDA: Raizel me mira mientras somos llevados por estrechos y oscuros pasillos que conectan con el palacio. —Estoy bien. Murmuro y este asiente mirando mi vientre para luego volver a mi rostro. —Estaremos bien. Murmura transmitiendo seguridad y yo asiento. —Lo sé. Mi voz sale baja y el lobo asiente mirando a todos lados. —Tenemos que librarnos antes de llegar a nuestros destino. —Estoy de acuerdo… Pero ¿Cómo lo haremos? —¡Silencio! Uno de los demonios habla haciendo que me sobresalte de mi lugar. —¿Por qué no vienes y me callas tú? Lo desafía mi lobo y lo miro con los ojos bien abiertos. —Raizel… —Con gusto cerraré tu boca sucia perro. Dice y mi lobo gruñe haciendo que el demonio se acerque a él para golpearlo, pero es detenido por James. —Ya basta, es suficiente. Dice y el demonio lo mira para luego asentir y continuar con el camino. —Continúen caminando. Dice James y Raizel alza las cejas. —No lo puedo creer… ¿Ahora obedecer órdenes de un demonio? Le pregunt