ADELAIDA: A pasos lentos me acerco al carruaje donde se encuentran las dos mujeres y con una sonrisa perversa lo abro lentamente. —No nos haga daño por favor. Grita mi hermana mientras se abraza en el cuerpo de la mujer que le dió la vida y sonrío. —Vaya, no sabía que eran tan cobardes. Digo con burla y ambas abren los ojos para mirarme. —Oh, gracias al cielo que eres tu Adelaida, pensé que eran unos bandidos. Dice la señora mayor con alivio y comienzo a reír. —Si, que alivio. Digo mirandolas y mi hermana se endereza y me mira de manera altiva. —Me alegra que seas tú, ahora sacanos de aquí, no podemos perder lel tiempo. —Claro, con mucho gusto. Murmuro y levanto mis manos haciendo que mis niñas levanten el carruaje para luego lanzarlo con suma fuerza al bosque. —¿Vienen conmigo? Le pregunto a Marla y Lili. —Gracias por la invitación, pero nos quedaremos aquí, ve y diviértete. Dice Marla tomando a Lili por los hombros y yo asiento caminando al bosque. Mi caminata se de
MARLA: Los días en la capital del reino han sido divertidos, pero también algo tristes por la falta de mi compañero de vida. —Oye ¿Estás bien? Me pregunta Lili acercándose a mí y sonrío de medio lado. —Me hace falta. Murmuro con un suspiro y ella asiente comprendiendo. —Entiendo… Pero creo que no deberías de extrañarlo tanto. Murmura mientras me hace señas a mi izquierda y yo giro sin comprender hasta que lo veo. —Suerte linda. Me murmura y yo me quedo sin saber cómo reaccionar o hablar. —Mierda. Murmuro colocándome en pies y el lobo se acerca a mi con media sonrisa divertida en los labios. Al estar cerca cerca de mi Zacary toma mi mano dejando un dulce beso en ella. —Con que me extrañaste ¿He? —¿Escuchaste eso? —Por supuesto… Yo también te extrañé… Y mucho. Sus manos toman las mías entrelazando nuestros dedos y yo sonrío emocionada al ver que él toma la iniciativa. —¿Por qué no me dijiste que vendrías? Hago un puchero y el lobo vuelve a sonreír. —Quería darte la so
—¿Sorprendidos? Pregunta mi madre entrando con elegancia a la sala y el emperador se coloca en pies. —¡Guardias! ¡Encierrenla! Grita y los guardias comienzan a movilizarse, pero el gruñido de Raizel los hace detenerse y yo me coloco en pies de manera delicada. —Un solo dedo a mi madre y juro que me las pagarán. Hablo con autoridad y todos los nobles comienzan a murmurar entre ellos. —Señores, ante ustedes les presento a la antigua emperatriz ninfa Adelia Chandler. —¿Adelia Chandler? Pero está muerta. —¿Muerta? Jajaja, no lo creo. Dice mi madre y mueve sus manos para así crear una hermosa rosa de color rojo. —Mi verdadera madre estuvo cautiva todo este tiempo gracias a el duque Ivanov y nuestro emperador ¿Qué tienen ambos que decir al respecto? Todas las miradas se dirigen a ambos hombres y mi padre junto al emperador me miran con evidente odio. —Hija, se que no te sientes bien por lo que ha hecho tu madre… Creo que deberías ir a descansar. —Ya he descansado lo suficiente
ADELAIDA: —Mi pequeña niña… ¿No estás feliz de ver a tu padre? Dice con una sonrisa siniestra mientras siento el pesado aire en el ambiente. —¿Por qué haces esto? ¿Por qué? Pregunto mientras trato de mantener la distancia con mi progenitor. —¿Por qué? Es una excelente pregunta. Menciona mientras deja salir un aura demoníaca que hace que los vellos de mi cuerpo se me ericen. —Eres un demonio… Murmuro y su sonrisa se ensancha más. —¡Sorpresa! Exclama y yo alzo mis manos para comenzar a luchar, pero él levanta la mano. —No tan rápido querida hija… No termina de hablar cuándo alguien más se coloca detrás de él con una capucha. —Todo está listo señor, debemos irnos. —Excelente. Dice y un abrir y cerrar de ojos lanza una especie de aura negra sobre mi, haciendo que me paralice. —Un dato muy importante querida hija… Cuándo un demonio mayor desea más fuerza y más poder… Sólo debe de hacer una cosa… —Devorar a su propia sangre en la luna roja, y si este recipiente posee un gra
ADELAIDA: Raizel me mira mientras somos llevados por estrechos y oscuros pasillos que conectan con el palacio. —Estoy bien. Murmuro y este asiente mirando mi vientre para luego volver a mi rostro. —Estaremos bien. Murmura transmitiendo seguridad y yo asiento. —Lo sé. Mi voz sale baja y el lobo asiente mirando a todos lados. —Tenemos que librarnos antes de llegar a nuestros destino. —Estoy de acuerdo… Pero ¿Cómo lo haremos? —¡Silencio! Uno de los demonios habla haciendo que me sobresalte de mi lugar. —¿Por qué no vienes y me callas tú? Lo desafía mi lobo y lo miro con los ojos bien abiertos. —Raizel… —Con gusto cerraré tu boca sucia perro. Dice y mi lobo gruñe haciendo que el demonio se acerque a él para golpearlo, pero es detenido por James. —Ya basta, es suficiente. Dice y el demonio lo mira para luego asentir y continuar con el camino. —Continúen caminando. Dice James y Raizel alza las cejas. —No lo puedo creer… ¿Ahora obedecer órdenes de un demonio? Le pregunt
Dan se acerca a su compañera y la abraza con fuerza. —Me encantaría ir, pero sé que solo estorbaría. Dice la chica con aflicción y el lobo la abraza con más fuerza. —Amor, que estés aquí protegida me hace sentir aliviado. —Pero yo no estaré aliviada de que tú estés luchando de vida a muerte. —Volveré a tí, lo prometo. Murmura el lobo para luego separarse un poco de su chica y besarla con toda la pasión de devoción que tiene hacia ella. —Te amo Dan. —Te amo Lili. Murmura sobre sus labios para volver a besarla. ADELAIDA: —Madre. La llamo mientras me acerco a ella. —Dime cariño. —Hay algo que me tiene inquieta y quiero saber. Le digo y ella toma mi mano para llevarme a un lugar más privado. —¿Qué te inquieta hija mía? Pregunta con calma y suavidad. —Mi padre es un demonio… ¿En qué eso me convierte? Mi voz sale con un leve temor y ella suspira acariciando mi mejilla con suavidad. —No te convierte en nada cariño. —Por mis venas corre sangre de demonio madre… ¿Y si me c
La brisa fría comienza a azotar mi rostro mientras nos adentramos en un tenebroso bosque. —¿Te encuentras bien? Escucho la voz de mi lobo por medio de nuestro link. —Si, solo es algo de frío, estoy bien, no te preocupes. Menciono abrazándome al lomo de mi inmenso lobo y este adelanta el paso al igual que los demás. La fría brisa y el silencio profundo nos hacía entender que algo no estaba bien, haciendo que mire a todos lados de manera discreta. De pronto Raizel y los demás lobos se detienen de golpe mientras comienzan a olfatear todo el lugar. —Raizel… No termino de hablar cuándo varias flechas se dirigen a nosotros a una velocidad increíble. Levanto las manos haciendo un escudo de ramas para que ninguno de nosotros salgan lastimados. —Están aquí. Menciona mi lobo por medio del link y yo inmediatamente me bajo de su lomo para luego mirarlo. —Debes de regresar vivo a mí… Es una orden Raizel. Hablo con autoridad y el lobo baja la cabeza para lamer mi rostro. —De acuerdo,
RAIZEL:Me enfrento en contra del duque en una sangrienta lucha de vida a muerte.En un leve descuido de su parte impulso mi dos patas de atrás y brinco para luego encajar mis colmillos en el hombro del duque con mucha fuerza.Este grita y clava su espada en mis costillas haciendo que lo suelte y me aleje un poco.—Maldito perro sarnoso.Gruñe el duque para luego lanzarse a mi con furia.Me defiendo de sus ataques con agilidad, pero no me libro de que su espada roce algunas partes de mi cuerpo haciendo que las heridas ardan debido a la plata.—La plata nos debilita.Escucho la voz de mi lobo y asiento de acuerdo con él.—Entonces acabemos con esto, no podemos dejar que gane.—Estoy de acuerdo.Dice mi lobo y ambos nos unimos para acabar con él.Esquivo con algo de dificultad el filo de su espada y con agilidad y rápiddez me transformo en humano, saco mis garras y las clavo completamente en su cuello dejándolo paralizado.—El infierno te espera maldito.Susurro para luego alejarme de é