ADELAIDA:Luego de calmar al lobo nos dirigimos al lugar donde se llevará a cabo el desayuno.En el camino dos sirvientes nos guía a dónde está el comedor con amabilidad.—Es aquí señores Norfolk.Dice uno de ellos con amabilidad mientras nos abren una gigantesca puerta.Raizel asiente y yo los miro con una sonrisa.—Muchas gracias.Menciono con amabilidad y ellos me miran con algo de sorpresa y asienten varias veces.El lobo toma mi mano y entrelaza nuestros dedos para así entrar al gran comedor que por cierto está lleno de nobles que nos miran de arriba abajo, pero sus miradas se detienen en mi vientre.—¡Pero qué alegría verte por aquí hermanita!Escucho la chillona voz de mi hermana y entrecierro los ojos cuándo la veo acercarse a mí.—Me emociona tanto volver a verte… Te he escrito, pero nunca me has contestado, eso está muy mal Adelaida.Dice abrazándome con una fuerza exagerada, pero es apartada con brusquedad.—Lamento hacer esto señorita Ivanov, pero mi esposa está embarazada
ADELAIDA:Sigo a la sirvienta hasta llegar a un pequeño jardín apartado… Observo que se encuentran ambos duques tomando té y conversando entre ellos.La sirvienta solo los señala y se retira de inmediato.Con un respiro camino hacia los duques y estos al verme se colocan y sonríen.—Me alegra que hayas aceptado venir con nosotros hija… Toma asiento con nosotros.Habla mi padre con excesiva amabilidad y yo frunzo el ceño, pero le hago caso.Al tomar asiento mi falsa madre me sonríe.—Dime Adelaida… ¿Cómo va tu embarazo? ¿Cómo te sientes?Me pregunta y yo entrecierro los ojos.—Me siento bien… Gracias por preguntar.Respondo de manera cortante y ambos se miran.—Adelaida… Tu padre y yo queremos discúlpanos por como te hemos tratado… La verdad es que queremos estar en la vida de nuestro nieto… Verte embarazada me hizo recordar cuándo tú estabas en mi vientre.Habla y se limpia una lágrima falsa.—Jajaja ¿Es en serio?Les pregunto con burla, pero mi madre se ofende.—¿Cómo puedes pregunta
RAIZEL:—¿Cómo escapaste de la prisión?Le pregunto y observo una leve sonrisa que solo me hace recordar a mi mujer.—El duque Ivanov fue a visitarme.Dice y puedo ver que ríe al recordar el suceso.—Él muy maldito pensó que podría poner sus sucias manos en mi cuerpo mientras yo dormía… Pero aproveché y golpeé sus partes nobles con todas mis fuerzas… El muy tonto me había quitado las cadenas previamente para hacer sus cochinadas conmigo.Dice y puedo notar un leve temblor en su voz.Entrecierro los ojos y pregunto.—¿Cómo escapaste? ¿Y los guardias?Le pregunto y ella niega.—No hay guardias, ese calabozo está muy oculto y es bien seguro… Si el emperador coloca guardias, las personas podrían sospechar e ir a investigar, y eso es lo que él no quiere.Asiento nuevamente y miro a la mujer dudando antes de preguntar.—Adelia…—¿Sí?—El duque había hecho eso contigo antes… ¿Había intentado abusar de tí antes?Le pregunto con cautela y ella baja la mirada para luego volver a mirarme.—Si… L
ADELAIDA:Luego de comer mi aperitivo me sentía tan cansada que lo único que quería era dormir.—Creo que tenemos demasiado tiempo aquí, es hora de irnos, ya está anocheciendo.Digo al mirar por una de las ventanillas del lugar.—Qué aburrida eres, solo espera un poco más.Dice la vieja y yo solo ruedo los ojos colocándome en pies.—Yo partiré primero, estoy cansada y ya no soporto estar más aquí.—Bueno, haz lo que quieras.Dice la vieja y mi hermana se encoge de hombros.Con pasos decididos camino hasta salir de la tienda y observo que todo se está volviendo oscuro.Busco los guardias que vinieron con nosotras, pero no veo a ninguno en este lugar.—Disculpa señorita… ¿Dónde están los guardias que vinieron junto a mí?—Están ayudando en un imprevisto accidente… Está a dos cuadras.Dice la chica y solo asiento caminando con dirección al cochero.Al entrar al carruaje respiro con alivio.—Podemos partir, mi madre y mi hermana irán detrás.Le aviso y el carruaje comienza a moverse.Miro
En la capital del imperio todo era un caos… Bastian desesperado al ver que su compañera no despierta después de recibir la marca. Lili y Marla estaban desesperadas buscando a Adelaida por todas partes, mientras Raizel tiene a la duquesa Ivanov y su hija haciéndole un interrogatorio. —Se lo juro archiduque, nosotras no sabemos nada de Adelaida, ella decidió partir por sí sola. Dice la vieja temblando al ver el rostro del lobo. —Es cierto lo que dice mi madre… Cuándo viene a ver mi hermana se fue con otro hombre… Ella no es muy confiable, ya puede ver lo que le hizo al príncipe. Raizel gruñe fuertemente mientras sus ojos se vuelven rojos y toma a la media hermana de su mujer por el cuello. —No quieras compararte con mi mujer zorra apestosa. Le gruñe y antes de cometer alguna locura Dan lo detiene. —Señor, tenemos pistas. Dice este llegando ante el alfa con la respiración agitada. Raizel lo mira para luego soltar a la zorra apestosa y con una sola mirada las pone a te
ADELAIDA: La mirada de Raizel se detiene en mi mejilla y yo lo miro haciendo ojitos. —Beatriz me golpeó… Y mira lo que les hizo a mis delicadas muñecas… Creo que se merece un castigo de parte ¿Verdad? Le muestro mis muñecas que están rojas debido a las ataduras y Raizel gruñe fuertemente mientras me sostiene con fuerza de la cintura. —Por supuesto que todo aquel que se atreve a poner sus sucias manos encima de de tí merece un castigo. Dice y yo sonrío mirando a Beatríz de reojo. Permito que mis niñas la dejen libre y mi lobo se aparta de mí para caminar hacía ella. —Mi alfa… Yo… —¡Cállate! Eres una vergüenza para todos los lobos Beatriz… Lo lamento por tu loba, pero tú castigo por haber atentado contra la vida de mi luna y mi hijo, es la pena muerte. —¿Qué? No, usted no puede hacer eso mi alfa, yo debería de ser su luna, no una humana insignificante como ella. Nos grita arrodillada y antes de decir algo más, el lobo de Raizel le salta arriba quitando su cabeza mientras su cu
ADELAIDA: La emoción invade cada fibra de mi ser y sin darme cuenta las lágrimas ruedan por mis mejillas. —Mi pequeña… Eres toda una mujer… Susurra ella acercándose a mí y yo camino hacia la mujer que me dió la vida y la envuelvo en mis brazos. —Mama… Eres tú. Susurro con la voz quebrada y ella me abraza haciendo que sienta su amor incondicional. —Mi niña… No sabes cuánto me alegra poder volver a verte mi amor. Sus brazos hacen que me separe para ella observarme sin dejar de llorar de felicidad, y acaricia mi mejilla limpiando mis lágrimas. —Eres tan hermosa. —Tu igual, te miras tan joven… Parecemos hermanas. Sonrío sorbiendo mi naríz y mi madre vuelve a sonreír. —¿Joven? Pero si ya me harás abuela. Dice con una sonrisa mientras toca mi vientre con amor y cariño. Vuelvo a llorar y ella me envuelve en sus delgados brazos mientras me acaricia con suavidad y cariño. Luego del encuentro con mi madre no me he separado de ella y aquí estamos reunidos en la habitación. —A ver
El salón del gran baile estaba listo y el emperador estaba desesperado en búsqueda de su madre. —¿La has encontrado? Le pregunta al mayordomo con esperanza. —No señor, lo último que se sabe de la señora es que salió desde ayer oculta en una capucha. —Maldita sea. Murmura este frunciendo el ceño enojado. —¿Los invitados? —Todos están llegando… La gran mayoría se están preguntando por qué la puerta aún permanece cerrada. Explica el mayordomo y el emperador golpea el escritorio furioso. —Abre la puerta y encárgate de todo, riega la voz de que la emperatriz madre está indispuesta por salud. —Como ordene señor. Dice el mayordomo antes de retirarse. —Espero que pronto aparezcas madre… Susurra este apretando su puño con fuerzas. ADELAIDA: El hermoso vestido color turquesa deja ver mi vientre que está creciendo de manera considerable y eso me hace muy feliz. Lili se encargó de hacerme una hermosa trenza adornada con varias flores dándome un toque angelical. Toco mi vientre c