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—¡Marina! ¿Estás bien? —preguntó Russell Ella enderezó su postura tanto como pudo, se mostró valiente. —Quiero ver a mi marido, ¡Se lo suplico! El doctor asintió. —Yo también quiero ver a mi hijo. Las mujeres siguieron al doctor, mientras Russell y Demian permanecieron ahí. —Ya dime lo que pasó, porque dudo que te hayan asaltado, debió pasar algo peor que eso, Demian lo miró con odio. —¡No te metas en mis asuntos, Russell! Tengo suficiente. Demian estaba por irse, pero Russell lo detuvo sosteniendo su mano con fuerza, impactando al hombre —Ten cuidado con lo que haces, no he olvidado que reemplazaste a Demetrius, tal vez querías su vida, y ahora crees que ya lo has conseguido, pero te lo advierto, no dejaré que hagas daño a Marina y a sus hijas, mientras Demetirus no esté, yo las cuidaré como si fuera él. Demian se liberó de su agarre, sus ojos lo miraron con rabia infinita. —¡¿Quién te crees que eres?! ¿Acaso no tienes de que ocuparte? Tienes tus propios asuntos, ¿No eres
Demian abrazó a las niñas, las consoló, sentía tanta tristeza de verlas así, no soportaba verlas llorar. —Por favor, pequeñas, no lloren. —¿Por qué papito CEO está así? —exclamó Ady Marina entró en la habitación y al verlas llorando se quedó perpleja. —¡Mamita! ¿por qué papito CEO está así? Marina cargó a Mady, luego la bajó. —Les voy a contar, son pequeñas y a veces no pueden entender ciertas cosas, pero, yo sé que me van a entender. Papito CEO tuvo un accidente, golpeó su cabecita, y está en un sueño muy profundo, se hizo un moretón en la cabeza y como es una zona delicada de nuestro cuerpo, tarda más en curarse, ¿recuerdan cuando yo me pegué y me hice un moretón? Las niñas asintieron —Sí. —Bueno, es lo mismo, pero para que papito pueda curarse de su moretón debe dormir, y por eso está así, nadie puede despertarlo hasta que su moretón se cure. —Mami, ¿Y por qué no nos dijiste? —Porque yo no quería angustiarlas, ni verlas lloras, porque papito las quiere mucho, no quiere qu
Al día siguiente. Marina llevó a las pequeñas al colegio, entraron y ella estaba por irse, cuando Trisha se acercó a su lado y comenzó a hablarle. —¡Me enteré de lo que pasó a tu esposo! Lo siento mucho. Marina la miró severa, sintió algo en su cruel tono de voz que odió —Gracias. —Supongo que esperas su muerte, así serás una rica viuda, encima tienes a su gemelo, con él puedes reemplazarlo, ya que lo de ser una zorra no se te complica para nada, y si no, ahí tienes a Russell Hesmer, podría ser otro candidato perfecto para suplir a Demetrius Vicent en tu cama, ¡Mujerzuela! —dijo Trisha disfrutando de insultar a Marina Marina sintió que esa mujer hacía hervir su sangre con su descaro. De pronto, se giró y la tomó de los cabellos con tal fuerza, que la hizo caer al suelo, no le importó que nadie las mirara. Rasguñó su rostro con tanta rabia que surcos enrojecidos quedaron en la piel de la mujer, y la abofeteó. —¡Eres una perra! No vuelvas a hablar mal de mí, porque te juro que
Russell se sintió congelado. Albert sujeto con fuerza del brazo a Demian y lo obligó a entrar a casa, Marina fue tras ellos. Demian se liberó de Albert y le dio tal empujón que el hombre casi cae al suelo. Intentó salir al jardín, pero Marina de le plantó en frente. —¿No has hecho suficiente desastre, Demian? Resulta que ser un desastre es tu segundo nombre. Demian se quedó detenido, respirando lento, mirándola con ojos severos. —¿Qué? ¿Acaso estás de acuerdo con la mentira? Marina mordió sus labios con rabia —¡Nunca! Pero, tú, eres el menos indicado para hablar de mentiras y verdades, has destruido tal vez, una hermosa relación, ¿Sabes que no solo se trata de ellos, si no también de pequeños niños que aman a Victoria como su madre? —¡Esos niños no son sus hijos! Si tanto te importan, vete tú, hazla de madrastra abnegada, que por lo visto el papel de mojigata te resulta bien, despues de todo, has brincado en camas como un maldito grillo, primero a la de mi hermano Finnlay, de a
Victoria dio un traspié, alejándose de su alcance. —¿Cuándo ibas a decirme esta verdad? ¿acaso no merecía saberlo? No solo por el hecho de que decidiste sobre mi vida, si no por el hecho de que soy tu esposa, se supone que debías confiar en mí, se supone que debo saber todo de ti, lo bueno, lo malo, pero simplemente me ignoraste, ¿soy algo para ti? ¿o solo la niñera de tus hijas? ¿Una madre de reemplazo? —¡No! —exclamó desesperado—. ¡Eres la mujer que amo! Más que eso, eres mi todo. Perdóname. Victoria bajó la mirada cuando vio las lágrimas en el rostro de su esposo. —Entonces, dímelo todo, por favor, quiero comprender porque actuaste de esta manera, por favor… —Yo…. Estaba asustado. Ambos tomaron asiento en el sofá —Dime que te tenía tan asustado para ocultarme todo. —Escúchame; cuando Iris estaba por nacer, Lucía y decidimos que no tendríamos más hijos, juro que en ese momento mi vida estaba dada por sentada, pensé que estaríamos juntos hasta envejecer, jamás vería a otra muj
La enfermera no tardó en llegar, observó al paciente, pero Demerius ya había cerrado los ojos. —¡Juro que abrió los ojos! Mi esposo despertó, ¡Por favor, dígame que ya despertó! Demian entró al instante en que escuchó todos los gritos, estaba angustiado, temiendo lo peor. —¡¿Qué ha pasado?! —¡Juro que Demetrius despertó! Demian abrió ojos sorprendido, se acercó a su hermano, pero lo vio de nuevo dormido en la cama. —¿Despertó? —exclamó a la enfermera —Lo siento, no ha despertado, solo fue un reflejo, los pacientes en estado de coma suelen tener estos tipos de reflejo, pueden incluso llorar, reír, apretar la mano, pero no significa que haya despertado. Marina negó, rompió en llanto. —¡No, él despertó! Marina salió de prisa de la habitación, se sentía tan frustrada por todo lo que pasaba, no podía soportarlo más. Demian fue tras ella. —¡Marina, espera! No puedes ponerte así, debes ser muy fuerte para tus hijas. —¡No te metas! ¡Ni tampoco te atrevas a hablarme! No despues de
Al día siguiente. Russell y Victoria estaba en la sala de espera del hospital de fertilidad, ella tomaba su mano, estaba ansiosa, nerviosa, pero la sonrisa se dibujaba en su rostro. El doctor les pidió pasar. Entraron juntos, tomados de la mano, Russell sintió que ella estaba nerviosa, temblorosa, en realidad, su propio corazón estaba igual, anhelaba un milagro para su amor. —Doctor, le presento a mi esposa. El doctor le dio la mano y tomaron asiento frente a él. —Bienvenidos, me alegra que hayan venido juntos, porque tengo muy buenas noticias para ustedes. Victoria y Russell se miraron con los ojos bañados de esperanza. —¿Qué ha pasado? —El conteo de espermatozoides en su semen, nos indica que la operación que se realizó de vasectomía hace tiempo, no fue del todo exitosa, quiere decir, que tiene un buen conteo de espermatozoides, suficiente para que puedan concebir un bebé de forma natural. Victoria no pudo evitar sonreír ilusionada, Russell tomó la mano de su esposa, estab
Al llegar al restaurante, comieron y platicaron. —¡Estoy tan feliz! Me alegro, estoy segura de que pronto tendrán a su bebé, Russell, sé que así será confía en el destino, al final los llevó al lugar correcto. —Aunque quisiera odiar a Demian, porque sé que su intención era destruirnos, y separarnos, también le estoy agradecido, me dio el valor que me faltaba para confesarle todo a Victoria y ser yo mismo, al final, supongo que en lugar de hacer el mal, hizo un bien, cuando lo sepa, estará sufriendo mucho. Marina sonrió. —Demian es un caso, pero aun no logro saber si será un caso perdido, espero que no, porque Demetrius lo adora con el alma, y las gemelas también, Dios quiera que reivindique su camino, y pueda también ser feliz. —De verdad, de corazón, también deseo que sea muy feliz. Luego de terminar la comida, caminaron rumbo al estacionamiento que estaba frente al restaurante. —¿Cómo te has sentido, Marina? No debes perder la fe. Ella se detuvo en la acera, lo miró. —Todos