De regreso a la oficina las cosas fluyen un poco mejor. Ya mi dolor de cabeza ha desaparecido y ahora que me encuentro sola, pues los nervios e incomodidad han desaparecido. Los señores Navarro se han reunido en su oficina durante el resto de la tarde y yo, para mi deleite, me la he pasado en mi escritorio, trabajando dos reportes que tengo pendientes, con relación a los cambios en las políticas de calidad para los hoteles.
Debo admitir que me encanta mi trabajo, porque siento que aquí es donde se manejan de manera remota, los veintitrés hoteles que forman parte de la cadena. En estas oficinas se trazan las pautas a seguir por lo empleados que se encuentran allá, cara a cara con los clientes, en los distintos puestos de los hoteles. Podría parecer sencillo, pero no lo es. Es algo que se orquesta con el trabajo de cientos de personas. Desde el tema legal, hasta lo financiero, la tecnología y demás, todo está
Cuando el reloj del ordenador marca las seis y quince, decido que ya es tiempo de terminar mi jornada de trabajo. Oficialmente mi horario es de nueve a cinco, pero como no tengo quien me espere en casa, tengo pocos amigos, por no decir que ninguno, siempre me quedo dando la milla extra, ya sea en la mañana, llegando más temprano o en las tardes, cuando todos ya se han ido. Usualmente me dan las siete u ocho de la noche en la oficina, pero hoy quiero irme a casa, porque ha sido un largo de día cargado de muchas emociones.Los señores Navarro se marcharon hace mucho rato y antes de irse, el señor Felipe me dijo que podía marcharme a casa, puesto que ya eran pasadas las cinco, pero yo decidí quedarme un rato más. Ahora que el lugar está prácticamente vacío, creo que es mejor que me vaya a descansar un poco.Me gustaría salir un rato el día de hoy, aunque sola no tiene la misma emoci
El pincel de mi sombra oscura se me cae debajo de la cama y me agacho a buscarlo rápidamente. Faltan quince minutos para las ocho y ya estoy casi lista. La segunda carga de ropa ya está en la secadora y en eso me he terminado de preparar. Estoy bañada y vestida, por lo que solo me falta maquillarme. Como me lavé el pelo esta mañana, he decidido dejarlo libre del moño que me había hecho y ahora cae ondulado junto a mi rostro. Para la noche es escogido un cómodo vestido de algodón negro, muy corto y sin mangas. Es perfecto para bailar y la noche cálida que me espera.Escojo unas zapatillas de plataforma color crema, lo que me hace sentir verdaderamente cómoda y elegante. Ahora que he recuperado el pincel, me maquillo un poquito más a detalle que en la mañana, aunque nada exagerado porque no me gusta el exceso de maquillaje.Cuando me termino de colocar el labial rosado, me miro en
—Kari — digo con voz estropajosa a la vez que le lanzo un brazo por encima de su hombro para atraerla hacia mí en un abrazo apretado — eres… mi mejor amiga.Siento que me cuesta mucho pronuncias las consonantes, pero no me importa. Acto seguido, suelto una carcajada estridente.—Sí, Oli, lo sé, tú también eres mi mejor amiga — me da dos palmadas en la espalda en señal de cariño —pero ya es hora de irnos a casa.—Nooo, aún es temprano — para mí la fiesta aún empieza — Además, casi no nos vemos, tenemos que recuperar, hip, — un eructo muy poco femenino se me escapa — tiempo.—Cariño, son casi las dos de la mañana. Debo volver a casa, así que mejor vámonos porque ya ha sido suficiente y además, Arturo y Román me esperan.Esas palabras me hacen sentir doblem
Escuchar que me llame “señor Navarro” está empezando a resultarme un poco molesto. Así que no pierdo la oportunidad para corregirla.—¿De verdad seguirás llamándome de usted? ¡Vamos, que somos vecinos! — trato de hacerla sonreír, pero ella se queda seria como una estatua — Por lo menos fuera de la oficina, llámame por mi nombre, eso me haría sentir mucho más cómodo, para serte honesto.Hago un puchero para convencerla, y me quedo así, con la olla en la mano y ojos de cachorrito. Eso parece funcionar, porque ella me regala la sonrisa más encantadora que he visto.—De acuerdo — levanta las manos con si estuviera vencida — Andrés. ¿Qué haces aquí?Se cruza de brazos, haciendo que sus pechos se levanten un poco. Debajo del vestido negro de algodón, puedo ver la marca de sus pezones
Siempre había soñado con conocer un hombre que me hiciera sentir como me siento con Andrés: atraída hasta las trancas. He tenido algunos noviecitos en mi vida, pero nada serio y nada que pueda compararse a la que experimento cuando estoy cerca de él. Mi cuerpo siente un hormigueo cada vez que lo veo, y, a pesar de no haber compartido más que varias conversaciones banales, sé que hay algo fuerte entre nosotros. Además, a eso hay que sumarle la manera en que me ayudó anoche, que eso le suma muchos puntos a su favor.Recuerdo que estando en la universidad, me involucré con un chico llamado Jairo y salimos durante poco más de un mes, pero cada vez que me besaba, me sentía totalmente incómoda. Luego, me di cuenta que era que no me gustaba, no había química entre nosotros. Lo mismo me pasó con Pedro y Alonso. Sin embargo, con Andrés hay una especie de electricidad
Me miro en el espejo plenamente satisfecha con el resultado obtenido, porque no creí que quedaría tan bien, con tan poco tiempo para prepararme. Si bien es cierto que tenía mis dudas con relación al atuendo que usaría para esta ocasión, ahora todas se han disipado cuando me contemplo en el espejo de arriba a abajo. Tras darme un rápido baño, con lavado de cabello incluido, y secármelo muy bien, hasta dejarlo con estilizado pero con suficiente volumen, he decidido maquillarme para la ocasión. A diferencia de la rutina básica que empleo para el trabajo, esta noche he optado por aplicarme todas las técnicas que conozco y que casi nunca uso: me he puesto un poco de base, he delineado mis ojos, un toque oscuro para mis cejas, así como una combinación de sombra oscura también en mis párpados, para resaltar el color claro de mis ojos. Todo eso lo he completado con un labial rosa oscuro, que me da el aspecto divino. Una vez maquilla y peinada, l
Mi intuición no me falló: tal como predije, la fiesta de cierra de carrera laboral del señor Felipe Navarro es sencillamente exquisita. Mientras me acerco al espacio que han preparado para el evento, me doy cuenta de lo delicado de cada detalle y de que, en efecto, es un asunto de gala. Eso me da cierto grado de seguridad, porque no quería quedar fuera de lugar y mucho menos, pasar por la vergüenza de tener que preguntarle a cualquiera de ellos el código de vestimenta.En medio del enorme patio, han colocado una especie de alfombra en el piso, que permite que los invitados puedan transitar sin tener que mojar sus zapatos en el césped. Las mesas, puestas debidamente con toda la cubertería de lugar, están combinadas con unas sillas doradas y en el centro de las mesas, hermosos arreglos de flores blancas y violetas, embellecen el espacio. Cada mesa está ocupada por diez personas y en cada lugar, hay una etiqueta
—Buenas noches, damas y caballeros — la voz del maestro de ceremonias se escucha por todo el lugar, haciendo que el silencio reine — esta noche, nos encontramos reunidos para celebrar una de las más grandes victorias que ha tenido Madrid, y es la carrera de nuestro estimado Felipe Navarro.Una ronda de aplausos interrumpe el discurso y yo miro a mi padre con orgullo.—Sabemos que emprender, en cualquier área que sea, implica un alto nivel de valentía, persistencia y determinación, por eso, crear de la nada una empresa como lo es OffShore Enterprises, demuestra la gran capacidad y persistencia de ese hombre que logró su sueño y junto a él, el de muchos más que se han sumado en esta causa — otra vez los aplauden llueven y veo que mi papá está a punto de llorar— Por eso, esta noche queremos celebrar con usted, Felipe, levantamos nuestras copas a su salud, y agradecemo