REENCUENTRO FAMILIAREstoy sentada en la cabaña, con la mirada perdida en la ventana sucia. Afuera, el sol comienza a descender, bañando el paisaje con una luz dorada. Han pasado horas desde que el hombre me trajo aquí, dejándome con más preguntas que respuestas. La espera es tortuosa, cada segundo que pasa sin saber qué va a suceder aumenta mi ansiedad. Intento no pensar demasiado, pero los recuerdos de la prisión y los errores del pasado se cuelan en mi mente como sombras inquietantes.De repente, la puerta de la cabaña se abre con un chirrido. Me levanto de golpe, mi corazón late rápido. Al ver a la figura en la entrada, siento un gran alivio, aunque también sorpresa. Es mi hermano, Lee Tae-Young. Se ve igual que siempre, con esa presencia imponente y la mirada fría. No puedo creer que esté aquí, libre y frente a mí.—¿Tae-Young? ¿Cómo es posible? —Mi voz sale ahogada, incrédula. Él había sido arrestado por sus actividades ilegales en el hospital Asan, el mismo que ahora le pertene
PASADO TORMENTOSOLa noche cae lentamente y la oscuridad envuelve la cabaña. Estoy sola, completamente sola. Afuera, puedo escuchar los pasos pesados del hombre que dejaron vigilando la entrada. Cada crujido, cada sonido nocturno parece amplificarse en esta soledad asfixiante. Intento dormir, pero los pensamientos no me dejan en paz. Me echo en el viejo colchón, abrazándome a mí misma, con los ojos cerrados, tratando de encontrar algo de consuelo. Pero todo lo que encuentro es un vacío aplastante.Las lágrimas comienzan a deslizarse por mis mejillas, primero una a una, luego en una cascada incontrolable. Nunca me había sentido tan encerrada, tan atrapada. Incluso en la prisión, había descubierto un extraño sentido de libertad. Libre de las expectativas, libre de tener que rendirle cuentas a nadie. Pero aquí, me siento prisionera de nuevo, prisionera de mi pasado y de los fantasmas que no me dejan en paz.Mi mente me arrastra hacia recuerdos que preferiría olvidar. Me veo a mí misma, u
ALGO VUELVE A NACER DENTRO DE MÍDae-Hyun me guía por un sendero que parece no tener fin, mientras la noche empieza a envolvernos. No tengo idea de a dónde me está llevando, y la incertidumbre es un nudo en mi estómago que se aprieta a medida que avanzamos. Finalmente, nos detenemos frente a una mansión imponente, rodeada de árboles altos que parecen protegerla del resto del mundo. Mis ojos se abren con asombro al contemplar la estructura elegante, casi irreal, oculta en este rincón apartado.—Entra —dice Dae-Hyun, sin esperar mi reacción.Lo sigo en silencio, pero mi mente está llena de preguntas. ¿Quién es este hombre realmente? ¿Cómo es que tiene acceso a un lugar como este? La puerta de la mansión se abre con un leve crujido, y me encuentro dentro de un vestíbulo amplio y decorado con un lujo discreto. Cada detalle parece haber sido cuidadosamente seleccionado, desde los cuadros en las paredes hasta el mármol brillante bajo nuestros pies.—Puedes ir a ducharte y cambiarte —me dice
CAYENDO EN LA LOCURA... DE NUEVODe regreso en la mansión, mi mente no deja de dar vueltas a lo que acabo de presenciar. Elena, tan feliz, tan completa junto a Hyun-Soo y sus hijos. Esa imagen de ellos juntos, riendo, disfrutando de una vida que podría haber sido mía, se queda grabada en mi mente como un hierro ardiente. La envidia y el odio, que creía haber enterrado, resurgen con fuerza, apoderándose de cada pensamiento.—Los quiero a todos de rodillas ante mí —murmuro, mis palabras están llenas de veneno—. Quiero que paguen por haber destruido mi vida.Dae-Hyun, sentado frente a mí, sonríe con una frialdad que me hiela la sangre. Con un movimiento pausado, saca una carpeta de cuero negro y la coloca sobre la mesa.—Tu hermano tiene un plan —dice, deslizando la carpeta hacia mí.Mi corazón late con fuerza mientras abro la carpeta, revelando fotos de Elena, Hyun-Soo, y sus hijos. Hay notas, horarios, detalles sobre sus rutinas. Mis manos tiemblan al hojear la información, cada imagen
SUCUMBIRLa oscuridad de la habitación se siente opresiva, como un peso que no me deja respirar. Intento cerrar los ojos y apagar las imágenes que pasan en mi mente, pero es imposible. El sonido del disparo aún resuena en mis oídos, la imagen de Dae-Hyun apretando el gatillo está grabada en mi memoria. No había un rastro de duda en sus ojos, solo una frialdad que me aterra y fascina al mismo tiempo.No debería estar aquí. Esto no está bien. Pero entonces, ¿por qué no puedo moverme? ¿Por qué, a pesar del miedo, hay una parte de mí que quiere entender más de él, que quiere saber hasta dónde puede llegar?Mis pensamientos son interrumpidos por un suave golpe en la puerta. Dae-Hyun entra con la misma calma que antes, como si no acabara de asesinar a un hombre frente a mis ojos. Me incorporo, mis manos temblorosas buscan algo en lo que aferrarse, pero solo encuentro las sábanas.—No deberías estar despierta —dice con un tono bajo y controlado.Lo miro, intentando encontrar una respuesta, a
UNA NOCHE CON EL MAFIOSOLas manos de Dae-Hyun recorren mi cuerpo con desenfreno, de una forma que me hace sentir poseída. Nunca nadie me había tocado de esa manera. Nuestras respiraciones se agitan, el jadeo que escapa de mis labios lo anima a tocarme con más posesividad.Se deshace de mi blusa, dejando mi pecho al descubierto. Antes me habría sonrojado, tal vez lo hubiese alejado, pero ahora todo lo que quiero es ser suya. Estar bajo su cuerpo y temblar mientras se encuentra entre mis piernas.Dae-Hyun me toma en sus brazos y sin dejar de besarme me conduce de vuelta a la habitación. Le quito la camisa con la misma ansiedad, la ropa me estorba, solo quiero sentir su piel. La euforia y la exitaci0n por lo que acabamos de hacer me ha enloquecido por completo.Él me arroja a la cama sin ningún tacto, me jala la bota de los pantalones dejándome únicamente con la braga de color blanco que traigo puesta. Una sonrisa se curva en sus labios. Se quita el pantalón dejándolo caer al suelo. Un
NO NECESITO TU COMPASIÓNEn el fondo, sé que esto es parte de lo que me atrajo a él en primer lugar. Esa crueldad fría, esa capacidad de hacerme sentir tan insignificante en un momento y tan poderosa en otro. Es un juego que él domina a la perfección, y yo soy su marioneta, movida por hilos invisibles de deseo y odio.Me visto rápidamente, tratando de calmar la tormenta interna que amenaza con consumirlo todo. No le daré la satisfacción de verme flaquear, de mostrarle cuánto me afecta su indiferencia. No soy la misma Min-Ji que temía la oscuridad. Ahora soy parte de ella, y no voy a permitir que me controle.Salgo de la habitación con la misma determinación con la que sostuve la pistola anoche. Mi mente se fija en un solo objetivo: Elena. Si Dae-Hyun cree que puede jugar conmigo, está equivocado. Haré lo que sea necesario para demostrarle que estoy a la altura, que soy tan despiadada como él me ha enseñado a ser.Pero mientras camino por los pasillos de la mansión, el eco de sus palab
CAUTIVADA POR ÉLVuelvo a la mansión después de horas siguiendo a Elena, con la mente inundada de pensamientos oscuros. Mi odio hacia ella ha crecido, alimentado por su aparente perfección y su absurda compasión. Cada sonrisa suya, cada gesto amable que tiene hacia los demás, todo me resulta insoportable. ¿Cómo puede pretender ser tan pura después de todo lo que me hizo? Esa falsa bondad me revuelve el estómago, pero también me alimenta, me mantiene firme en mi misión.Cuando llego, Dae-Hyun ya está esperándome. Está sentado en su estudio, rodeado de papeles y planos. La luz tenue del escritorio ilumina apenas su rostro, revelando su expresión siempre tranquila y calculadora. Ni siquiera levanta la vista cuando entro, lo que me molesta más de lo que debería. Me acerco despacio, intentando contener las emociones que hierven dentro de mí.—¿La seguiste? —pregunta sin mirarme aún, su tono de voz es tan casual que podría estar preguntando por el clima.—Sí —respondo, intentando sonar firm