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Demian entró a la mansión, la seguía. Estaba enfurecido, perdió el control, subió la escalera, al llegar a la habitación, cuando Liliana intentó cerrar la puerta, él logró adentrarse, y cerrarla. Ella retrocedió al verlo tan furioso. —¿Estabas coqueteando con ese hombre? ¡Eres una mujer casada, Liliana! Ella le dio una fuerte bofetada. —¡Y tú estabas besándote con esa mujerzuela! Él tocó su mejilla que ardía del dolor, luego esbozó una sonrisa burlona. —¿Estás celosa? Ella abrió ojos enormes, retrocedió. —¡Nunca! Él caminó hacia ella, haciéndola retroceder, hasta que topó con la pared, fue acorralada por sus fuertes brazos. —Déjame, Demian. Él se acercó a su rostro de una forma peligrosa. —¿Te dolió verme besando a otra mujer que no eres tú? —exclamó a media voz, ella sintió su cálido aliento en su rostro. —A mí no me importa, puedes besarte con quien quieras, mientras no sea yo —Demian sintió rabia de sus palabras —Entonces, ¿Por qué me reclamas? Además, te vi con el pro
Liliana estaba helada, la cargó en sus brazos, salió con ella ante la mirada de toda esa gente tan sorprendida. Ella tenía los ojos cerrados, los abrió al verlo, había intentado nadar, pero él frío la venció, por un instante se sintió perdida, sin saber en donde estaba, hasta que recuperó toda su cordura, miró su rostro, ¿Cuándo había llegado ese hombre a salvarla? —¿Quién eres? —exclamó ella confusa, él parecía como una visión de un héroe que solía salvarla en cada uno de sus peores momentos. Él la miró con duda ante esa pregunta —¿Quién soy? Soy tuyo —aseveró, luego desvió la mirada, y siguió caminando, la forma en que no miraba a nadie, y solo avanzaba alejándola de ese lugar la conmocionó. Demian House la subió al auto, condujo de vuelta a casa, se lamentó de no tener una manta, todo lo que veía era a Liliana estremecida de frío, temblorosa, sus dientes castañeaban. Odió a esas personas crueles, era cierto que Demian fue cruel en su pasado, pero no con personas inocentes, no
—¿Eres la amante de Demian House? —exclamó Liliana impactada de sus palabras.Aisha sonrió divertida.—¿Y tú quién eres, mujercita?Liliana furnció la boca, dio un paso adelante, sus ojos se volvieron severos.—Yo soy la esposa de Demian House.El rostro de esa chica fue un poema de desilusión, negó, estaba a punto de echarse a llorar, tragó saliva.Demian apareció de pronto, y miró a Aisha sorprendido.—Aisha, ¿Qué haces aquí?—¡¿Te casaste, Demian?! —exclamó con la voz temblorosa—Dile a tu amante que te casaste, querido esposo, pero también dile que solo soy tu esposa obligada, cuando quieras te firmo el divorcio para que te quedes con ella.Liliana estuvo a punto de irse, pero Demian sostuvo su brazo.—¿De qué hablas?—¿De que hablo? —Liliana le miró con odio, él pudo verlo brillar en sus ojos—. Díselo, mujer, no dijiste que eres su amante.—Yo… —Aisha se puso muy nerviosa cuando miró los ojos severos de Demian clavados en ella.—¿Tú dijiste eso?—Era una broma, Demian, solo quería
Liliana fue a la habitación, lo miró dormido, Demian parecía alguien diferente al dormir, parecía dócil, no ese hombre indomable que solo quería someter. Recordó cuando la salvó de la piscina y del ataque de personas malas. «Me ha salvado varias veces, sin pensar en nada, casi todas las personas se piensan en ayudar a alguien. Todos se quieren salvar a sì mismos, pero, a mí me ha salvado dos veces Demian House, ¡es por amor, o solo soy una obsesión en tu vida? ¿será cierto lo que dicen que soy la única mujer en si vida?», pensó Los dedos largos de Liliana tocaron el rostro del hombre, quería sentir su piel, quería sentir como sería tocarlo sin que él lo notara y lo volviera en algo erótico, algo que la volvía débil ante él. Se recostó a su lado. Demian no dormía, fingía, era el mejor momento de su vida cuando la sintió tan cerca de él. Cerró los ojos al verla dormir a su lado, la noche avanzó con rapidez, el sueño los venció, cuando Demian estuvo bien convencido de que ella dormí
Demian bajó la escalera, Liliana iba detrás de él, lo alcanzó y tomó su mano. Él la miró impactado, una gran sonrisa se formó en sus labios, la sostuvo y juntos salieron al jardín. Ahí estaba la señorita que venía a hacerles la revisión. Alcanzaron a escuchar las preguntas que hacía. —¿Y cómo te la has pasado con tus nuevos papitos, Carlitos? —¡Muy bien! —dijo emocionado—. Mi mami todas las noches me arrulla, menos ayer porque estuvo malita de gripe, pero papito me arrulló, además ellos siempre me cuidan, mami va a la universidad y papito va por mí al colegio y me ayuda a hacer mi tarea, papito es muy listo, como un genio y dice que yo seré algún día tan listo como Anustein. —Einstein —dijo Demian, corrigiendo. La señorita sonrió al verlos. —Mi nombre es Paula Rodríguez, estaré haciendo la revisión, sé que quedamos en dos semanas, pero, el proceso se adelantó, ¿Espero que no les moleste? —No, claro que no, estamos muy comprometidos con Carlitos. Iremos a la playa a pasar un dí
«POV Liliana Sus labios besan mi mejilla, hasta llegar a mis labios, la forma en que me besa, como si quisiera devorarme, hace que tiemble, mi cuerpo urge por algo que desconozco, entre el miedo y la necesidad. ¿Quién es él? ¿Es así como se siente el amor? No lo sé, lo único cierto es que no quiero dejar de besarlo, incluso si quiero callar mis sentimientos no puedo. Sus manos viajan por mi cuerpo, las entrelazo, porque quiero detenerlo, sus ojos castaños me miran, ¿Por qué debe ser tan guapo? Su mirada es tan dominante, está encima de mí, recostados en esta cama. —Te amo tanto, Liliana, te he esperado tanto, yo sé que tú eres mía, y soy tuyo, te pertenezco, tú eres mi alma gemela, ¿no es demasiado cursi? Solo tú puedes salvarme de toda mi maldad. Me besa, no soy capaz de razonar en sus palabras, como puedo odiarlo y desearlo de esta manera anormal. Sus labios descienden a mi cuello, mi piel se eriza, siento su cálido aliento, sus pupilas son tan grandes, se aleja un segundo de
Demian abrió los ojos, sintió los rayos de sol, un calorcillo lo impregnaba, cuando miró a su lado de la cama, estaba Liliana, una sonrisa burda se dibujó en sus labios, ella estaba abrazada a él. «Es el mejor despertar de mi vida», pensó Se levantó tan lento como pudo, para no despertarla, estaba aún vestido de las ropas de ayer. Su cabeza dolía un poco. Entró al cuarto de baño, se dio una ducha. Liliana despertó y sintió el lado vacío de la cama, escuchó la regadera abierta, se negó a entrar. Él salió despues, ya estaba vestido, ella lo miró. —Debemos hablar. —Claro. —¡Aisha debe irse! Ella fue quien te drogó. Las palabras de Liliana fueron caóticas, Demian estaba confuso, pronto los recuerdos de ayer vinieron borrosos a su mente, estaba furioso. Salió de prisa. Liliana se apuró a arreglarse, debían despedir a la señorita del orfanato. Demian caminó hasta la habitación de Aisha, pero ella no estaba ahí, miró por la ventana y la vio por el patio trasero. Salió tras ella,
Liliana miró a Aisha, abofeteó su rostro tan fuerte, la mujer intentó golpearla, pero Cedric intervino. —¡Se acabó, Aisha! Has perdido —dijo y la sacó fuera de la casa. Liliana respiró tranquila. Fue a su habitación, pero no dejó de llorar, pensando en que no volvería a ver a Carlitos, nunca más. Demian aceleró su auto, hasta que, por fin, pudo detener el auto, rebasándolo, y poniéndose frente a él, se apuró a abrir la puerta del auto. —¡Llamaré a la policía! Demian bajó a la mujer del auto, y ordenó al chofer del auto que se fuera, amenazando de que si decía algo lo mataría. Demian cargó a Carlitos que no dejaba de llorar. Lo metió en su auto y miró a la mujer. —Toma este cheque, es más dinero del que verás por el resto de tu vida, lo suficiente para que renuncies compres una casa lejos de aquí, y vivas tranquilamente, pero si eliges convertirte una piedra en mi camino, y de mi hermosa familia, acabaré contigo. La mujer le vio con temor. —¿Por qué haces esto? Demian la mir