Capitulo 3

Se quedó unos momentos algo atónito cuando notó que estaba afuera de aquel lugar tan extraño. ¿Quien demonios era ese sujeto y porque tenía todos sus recuerdos ahí? ¿Porque demonios tenía que hacerle recordar algo así?

— ¿Estás desconcertado, no es así?

Volteó a ver al chico que estaba detrás suyo, el único que había conocido y que parecía no estar loco como el resto que había estado aquí. 

— El es el encargado de guardar todas las memorias de los que estamos aquí aunque probablemente ya te lo dijo. A veces los demonios que vienen aquí no estan del todo convencidos de que deban estar aquí. Él se encarga de repasar sus vidas como si fueran algún tipo de libro. Aunque eso no tiene sentido porque acepten o no los marca para poder tener un control aunque... los números a veces suelen repetirse, no me preguntes porqué, no lo sé.— Señaló su pierna también, teniendo un número al igual que él.

— Se que al principio duele, pero después de acostumbras. 

Jasper ladeó su cabeza algo desconcertado. El demonio le tomó de su mano tirando un poco de él. — Acompañame ¿si?, te juro que no habrá nada de cosas extrañas que te marquen.— Habló con una voz más calmada.

Ambos caminaron por una bereda bastante solitaria en silencio mientras caminaban.

— Mi nombre es Alexander o más bien, lo fue en vida. — Hablo mientras caminaba a su lado a la par que continuaban caminando, el mérito de hacer eso era que lograra tomar algo de confianza con Jasper sin dejar aquel silencio tan aburrido. 

— ¿Porque estas aquí? — Le miró a los ojos unos momentos cuando pudo generar una pregunta. 

— Defender a mi familia de un asesino. — Se encogió de hombros y Jasper le miró a los ojos de nuevo algo sorprendido de aquello. — Si, a veces no son muy justos, realmente intenté defenderlos pero al parecer eso también es un delito para ellos. — Señaló el cielo un poco y soltó una risa. — Digamos que ambos morimos ese día y desperté aquí. No pude hacer nada incluso frente a ese tipo del juicio tampoco he podido localizar a ese hijo de puta.

— Por cierto ¿Quien es ese sujeto lunático? — Preguntó una vez le habían sacado el tema de improvisto refiriendose al sujeto que había visto hablar anteriormente en el juzgado. El ajeno simplemente se le quedó viendo unos momentos y suspiró negando con la cabeza.

— Ese es el sujeto más deshonesto que conocerás. Nadie sabie como llego a ser el demonio que imparte la "justicia" en los jurados. Tengo relativamente dos semanas más que tú, así que no se con claridad como es que esa clase de criatura está gobernando quien entra y quien no, pero lo hace de una manera fatal. ¿Sabes porque? Porque no es justo, se supone que nosotros tenemos una segunda opotunidad, por eso estamos en el limbo  y aunque para ser un demonio no me esperaría justicia, al menos... una oportnidad.

— ¿Quieres decir que el es la persona que se encarga de ver si te quedas aquí o estás en el otro lado?

— Exactamente.

— ¿Y donde se encuentra?

El demonio señaló una torre lejana. Esta poseía toques al igual que el resto negros y oscuros en su totalidad, parecía mas una casona o un castillo abandonado del cual no desearías entrar.

— Nunca he intentado entrar pero te aseguro que no es buena idea. — Habló Alexander algo nervioso.

— Pero dijiste que merecias una oportnudad ¿Porque no vas con él y lo hablas? — El ajeno caminaba a su lado intentando dar una respuesta concreta, pero al final simplemente se encogió de hombros aún nervioso. Alexander parecía ser un chico bastante tímido ahora que lo pensaba, y realmente comenzaba a ver algo irreal el motivo de su muerte.

— Solo no lo sé, hay rumores, ya sabes, los demonios hablan muchas cosas y me asusta el hecho de que pueda hacer algo incluso estando muertos.

— En todo caso ¿Que sería lo peor que podría pasar? — Soltó Jasper.

— No lo sé, algunos dicen que en vida fue alguna especie de chamán o vudú, quizá titiritero entonces rumuran que puede aún afectar en la vida de los vivos si así lo desea.

Eso lo dejó helado, pensativo en miles de situaciones caóticas en las que se podría desenlazar una influencia como esa, pero a la vez le causaba intriga por saber si eso era real.

—¿Porque mejor no lo olvidas por ahora y te muestro la ciudad? Al menos para que te vayas familiarizando un poco... ya habrá tiempo para lo demás. — Habló Alexander intentando dicipar la idea del ajeno por quedarse ahí o ir a aquel edificio del cual no estaba para nada encantando con la idea de visitar.

— Un momento. — Jasper se detuvó y el otro se tuvo que detener también de improvisto.

—¿Porque me ayudas con todo esto? ¿Acaso ese tipo te envió o algo parecido?— Le miró con desocnfianza.

— No, para nada, solo...me dieron órdenes de que debia acompañarte en el recorrido. Y tienes suerte, no a muchos demonios les dan un recorrido breve por la ciudad y el área de registro... algunos solo son desterrados por su cuenta y que encuentren la ciudad a su suerte. — Soltó nervioso metiendo las manos en sus bolsillos.

Eso no le hizo sentir mejor pero al fin y al cabo ¿Que importaba? Tampoco es como si fuera algún experto por estos lugares. Se veía en la obligación de creer en el por la fuerza al fin y al cabo.

Después de unos minutos más de caminata por los bosques, Jasper observaba con más detalle cada pequeña parte de este antes de llegar a la ciudad.

Por ejemplo, que el ambiente desde que había llegado aquí tenía un intenso olor a azufre al cual se había comenzando a acostumbrar con el tiempo. Pese a que el suelo era de tierra carbonizada también se comenzaban a ver pequeños tramos de azulejos oscuros en algunas zonas cuando comenzaban a traspisar tierra. Los árboles lucían flores bastante atractivas pero todas lucían también venenosas con la capacidad de marchitarse con rapidez, los troncos por su contrario se veían viejos, pero vivos. El pasto y los animales ahí perentes tenían aspectos monstruosos, a veces, podrías ver alguna ardilla con los sesos de fuera merodear por los alrededores en un intento de inmitar a una ardilla en el mundo real, intentando buscar alguna nuez para comer. Era como si quisiesen ser una replica de un mundo que ya no existía y eso le aterraba.

Poco a poco el silencio le dio paso a un poco de ruido. Las voces se mezclaban al unisón a la vez que escuchaba con atención ahsta que alzó la vista mirando con algo de asombro una gran ciudad a unos cuantos pasos.

Casi parecian como Las Vegas. Estaba llena de luces rojizas, azules, de múltiples colores. Se adornaban edificios altos, otros más bajos y finalmente lo que parecía ser también residencias de algunos demonios. Con esa llegada también comenzaron a surgir muchas preguntas ¿Ellos también comían? ¿Se hospedaban? ¿Pagaban impuestos? Y pensaba que esto no podría ser peor.

— Bienvenido a la ciudad central. Esta ciudad esta perfectamente echa para todos nosotros. Aunque no es para nada tranquila.. tienes un lugar donde pasar los días sin sentirte completamente desconocido.

A Jasper no le gustaba demasiado como sonaba eso, sonaba solo a mas probleams de los que ya tenía por digerir hoy. Lo habían marcado, juzgado injustamente y después había llegado a una extraña ciudad plagada de extraños seres ¿Realmente estaba muerto o por el efecto de alguna otra sustancia? Si era lo último, le había durado ya bastante y, siendo sinceros preferiría que asi fuera.

Pero no.

Tuvo que seguir al extraño chico que estaba a su lado, a correr su suerte para ver que le deparaba aquel destino.

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